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miércoles, 31 de enero de 2024

Mascando la nada

 I

Aquello de san Agustín: Nadie me conoce tan bien como yo mismo y, sin embargo, no estoy seguro de lo que haré el día de mañana.

II 

Actuamos, creyéndonos los protagonistas de nuestras vidas, sobre estados de ánimo que van y vienen a su antojo. Son lo más libre de nosotros mismos. Y lo más impertinente. Suelen presentarse sin avisar y te okupan la casa. 

III

A veces me dejo llevar por un estado de ánimo inoperante, perezoso y muelle. Es lo que me pasó ayer. Fue un día improductivo en todo... excepto en la experiencia de la dulce pereza. Todo lo que tengo que hacer puede esperar un día más, me dije, y lo aparté de mí. 

IV 

Por la mañana me llamó Olga Pereda, periodista de El periódico, y le expliqué por qué las dificultades de un niño con la mecánica de la lectura le lastran gravemente la comprensión de un texto. Cuanto más te cuesta leer "antepenúltimo", por ejemplo, más tienes que concentrarte en cada grafía para convertirla en fonema y, mientras tanto, el sentido de la frase se te escapa. De ahí la importancia de tercero de primaria, que es cuando los niños han de pasar de aprender a leer a aprender leyendo. Parece que esta expresión, que comencé a usar hace unos años, se ha convertido en popular. Pero nada se convierte en popular sin que pierda algo en la mudanza.

V

Lorena Heras me anuncio que tengo cena el miércoles que viene en Madrid y me dio los nombres de los invitados. Ya contaré aquí lo que pueda contarse.

VI

El resto del día lo pasé mascando la nada, que tenía un buen sabor, sin ningún retrogusto de mala conciencia,

martes, 30 de enero de 2024

2 cartelas

 


La portada del inminente libro de aforismos.


El anuncio de mi conferencia en la Tatiana el miércoles que viene.

Lo anfibio

 I

Insiste Platón en sus diálogos que no siempre es fácil poner límites a las cosas y, por lo tanto, que no siempre es fácil la definición. Pero ante la dificultad, él apostaba por el límite porque es la condición sin la cual no es posible el concepto.

II

Platón parece convencido de que sin amor al lenguaje (filología) no hay amor al hombre (filantropía) y de que las reticencias al lenguaje (misología) nos llevan directos a las reticencias ante el hombre (misantropía).

III

Hoy parece que ni los límites ni, por lo tanto, los conceptos bien delimitados, nos interesan mucho. Lo que nos interesa es lo anfibio. Nuestra cultura parece subyugada por lo anfibio.

IV

Lo anfibio no ama la reclusión, sino la exhibición. Le gusta convertir su excentricidad en espectáculo. 

V

Lo anfibio no aprecia el concepto, sino la imagen en movimiento.

VI
Si esto es así -que bien puedo estar completamente equivocado- entonces lo anfibio está condenado a la autofagia.

lunes, 29 de enero de 2024

Pelos

 I

El hombre es un animal de hábitos. Nos vamos haciendo a lo que hacemos y de esta manera vamos domesticando el tiempo.

II

Cada mañana bajamos mi mujer y yo a desayunar al Petit Cafè de la plaza de Ocata y cada mañana leemos allí un rato; si hace sol, acogidos a su generosidad en invierno y protegidos de ella por la sombra de los plátanos en verano; si hace frío, adentro y, si no, afuera. Todo esto es trivial e insustancial, ¡pero cómo se echa en falta lo habitual cuando estás solo ante las rutinas!

III

Hace unos años, exactamente el 12 de febrero del 2013, dos pianistas (los hermanos Tena Manrique) y un servidor estrenamos en el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona una conferencia-concierto sobre la obra musical y filosófica de Nietzsche que poco después repetiríamos en el Casino de Soria. Ayer, porque la vida está llena de casualidades, decidimos recuperar el experimento y hacer algo semejante en la Tatiana de Madrid.

IV

Intento ver alguna serie en la televisión, pero me parecen tan insustanciales que difícilmente las puedo soportar más de 10 minutos. Cuando veo cómo alargan ciertas situaciones, pienso que John Ford resolvería eso en 10 segundos. Las series consistirían, entonces, en deconstruir a John Ford.

V

Tengo tantas cosas en marcha que mi vida es a un frente amplio.

VI

Cosas deprimentes de la vejez: esos pelos impertinentes y absurdos en las orejas y en la nariz.

domingo, 28 de enero de 2024

De Copertenencia a Cosmovisión

1
Me divierte mucho el Abecedario filosófico que quincenalmente publico en El Debate. Me lleva una semana escribir mi columna, que es una especie de turismo intelectual caprichoso, pero me siento satisfecho con el resultado:


II
Sin levantarme de la cama -lujos de andar de Rodríguez- escribí ayer un artículo para el Diario de Navarra que titulé "El precio de maltratar el saber". Y tras levantarme, no dejé de escribir en todo el día.

III
De aquí a 8 días tengo que dar una conferencia en Valladolid en la que explicaré por qué he estado defendiendo, insistentemente y en solitario, desde el 2009 que había que viajar a Soria y no a Finlandia si se quería aprender algo sensato sobre educación. Los hechos me han dado, indiscutiblemente, la razón. Hoy Castilla y León tiene mucho mejores resultados que Finlandia y curiosamente todos quellos que creían que la solución de cualquier problema educativo era el país escandinavo, ¿dónde se han metido? 

IV
Ayer murió Eugenio Nasarre. Montserrat Gomendio me lo comunicó por WhatsApp.  Descanse en paz. No lo conocía mucho, pero comimos juntos en Madrid hace unos años, cuando publiqué La imaginación conservadora, y, mucho después, me invitó a colaborar con un libro del que fue editor, titulado Por una educación humanista, reservándome el capítulo introductorio.


V
Me fui tarde a la cama, pero como las ideas no paraban de rondar por mi cabeza, me tuve que levantar varias veces para cazarlas en la escritura. Es desesperante recordar al levantarte que ayer tuviste una idea que ahora no recuerdas sobre un problema que tampoco recuerdas, pero que era importante. Esto, el levantarme a escribir lo que no me deja dormir con su merodeo, es algo que me pasa con frecuencia, por lo cual mis libros los debiéramos firmar yo y ese desconocido que vive en mí y me brinda respuestas a su antojo que me resuelven tantos problemas.

VI
Me lo acaba de enviar mi mujer, que está en Pamplona:



sábado, 27 de enero de 2024

Mi bufanda

 I

He perdido la bufanda que tanto me gustaba. De lo único que estoy seguro es de que la he perdido en Madrid, pero no sé si en un taxi o dónde. Hasta esta mañana no la he echado en falta. La he perdido por culpa del buen tiempo. Suelo coger bastante cariño a la ropa que me ha usado de medio de transporte y ha ido adquiriendo la patina de mis rutinas, que es como una licencia de habitabilidad en exclusiva. Esta bufanda me gustaba. Era muy mía. Ya le perdí otra vez en Madrid y Ricardo Calleja me la guardó durante meses. Es una bufanda tan singular que estoy convencido que encontrará el camino de vuelta a casa.

II

Javier García Cañete de la Fundación Botín me dice que viene a Barcelona y quedamos para vernos, claro. Pero no viene hasta finales del mes que viene. Es igual. Concretamos lugar y hora del encuentro, que hay que tenerlo bien amarrado. Javier es un tipo fenomenal... Pienso ahora que los javieres que conozco son todos grandes tipos. 

III

En la Francisco de Vitoria hemos hablado, mucho, de educación, pero en el campus me he encontrado con otro Javier, Javier Redondo, y hablamos de la importancia de la repetición y de de un congreso internacional de filosofía política para septiembre. Allí estaremos. Sin saber muy bien cómo, la Francisco de Vitoria se ha convertido para mí en una especie de imán guadanesco. 

IV

Vuelvo de Madrid, como siempre, con las maletas llenas de proyectos. Creo que si tuviera dinero me compraría un piso en Madrid y desde allí añoraría el Mediterráneo cada día. Como todos los paisajes, que son estados del alma, el mar gana mucho con la añoranza.

V

Un Javier más, Javier Sánchez Menéndez, que es un ser redundante, por ser poeta y sevillano, me manda las pruebas de la cubierta de mi próximo libro de aforismos. Decido dejarlo en sus manos. No hay propuesta de cubierta que no haya empeorado mi intromisión en su diseño.

VI

En casa, rodeado de cosas caseras, acogedoras, cálidas, mías... pero solo. Mi mujer está en Pamplona. 

jueves, 25 de enero de 2024

Un taxista polaco

I

Me levanto pronto y me pongo inmediatamente a escribir. Tengo la cabeza hirviendo de ideas que, por lo visto, han estado a remojo durante la noche. Sin darme cuenta me dan las 9:00. Me ducho y bajo a desayunar. Sigo escribiendo y a las 11:00 voy para la estación María Zambrano. Una pareja joven con un niño autista van delante de mí. El padre se desvive por la criatura y esta no deja de estirar los brazos hacia su padre.

II

El viaje, rápido, tranquilo y productivo. El tren se ha convertido para mí en un lugar en el que pululan las musas. 

III

Me llaman de un periódico para que les escriba un artículo. La persona que habla conmigo no deja de darme coba. Finalmente le digo que sí.

A los pocos minutos me envía un mail: "Para ser totalmente claro, este tipo de colaboración que pedimos de vez en cuando es sin retribución. Lo digo por si puede suponer algún inconveniente.

¿Cuándo voy a aprender a preguntar en el moemtno oportuno a ver cuánto pagan?

Le contesto: "Como somos adultos y tenemos el privilegio de poder hablar con claridad, permíteme que te haga una observación: ¿No crees que hay algo contradictorio entre las grandes alabanzas que me has dedicado por teléfono y vuestra tacañería? Contribuimos muy poco a valorar las humanidades si lo que no nos atreveríamos a pedirle a un mecánico, a un fontanero, a un dentista o a un churrero, se lo pedimos a quien se dedica a trastear con las cosas humanas.

IV

En Madrid me lleva a la Fundación Tatiana un taxista polaco que suelta, en perfecto español,  tacos enormes, estentóreos, a todos los conductores que no se comportan como él cree que deberían (o sea, casi todos). Lanza unos "¡Coño!" que parecen granadas. Me asegura que es más español que muchos españoles y que solo volvería a Polonia para comprar un terreno en un lugar que no puede olvidar y hacerse allí una barbacoa "Para usarla a mí gusto cuando me salga de allí!" Después me habla de los malos y me asegura que hay que matarlos a todos.

- No se dé usted prisa, que se mueren solos -le digo.

- Pero yo quiero verlos morir -me contesta, muy serio.

V

Mi nieto Bruno se ha roto la mano y me duele la mía.

VI

En la Tatiana planificamos un ciclo de filosofía al que me gustaría mucho traer al farero de la isla de Ons. Se lo he pedido y me ha dicho que no. Le doy su dirección a A., cuyo don de gentes es mucho más convincente que el mío. A ver qué.

VII

Duermo en Pozuelo.

Málaga

I

Málaga nunca defrauda. Los turistas caminan en mangas de camisa bajo un sol que parece de junio y en el aire hay ese chisporroteo de alegría propio de los pueblos vivos.

II

Tres horas hablando en el Centro Andaluz del Deporte que se han pasado como un suspiro y que me han servido, entre otras muchas cosas, para conocer personalmente a Esteban de las Heras, sobrino de África de las Heras, la agente soviética -pero nacida en Ceuta- que tras casarse con Felisberto Hernández consiguió crear una red de espionaje en el Cono Sur.

III 

Cena agradabilísima con esta buena gente malagueña a la que tanto aprecio. A Berta González la conozco desde que era periodista de El Mundo; a Juan Bueno, que acaba de jubilarse y comparte conmigo la pasión por don Juan Valera,  lo conocí virtualmente hace al menos, un par de años; a Inma un años... a los otros, desde hoy. Pero la cosa promete. Y arrieros somos...

IV

Paseo hasta el hotel en esta noche tranquila, pero a la que la humedad convierte en fría y un poco desangelada. Seguimos con la conversación, que queda interrumpida al llegar a mi hotel, pero que cualquier día volveremos a despertar.

V

¿Qué habrá pasado hoy por el mundo"


martes, 23 de enero de 2024

Amén

I

Mi nieto Bruno hace atletismo. Y aunque de las cosas importantes de casa se ocupa mi mujer, de vez en cuando tengo que llevarlo yo. Esta misma tarde ha sido el caso. Va con dos amigos. Uno de ellos viene a casa y al otro tenemos que pasar a recogerlo. En el coche los oigo y a veces me parece estar oyendo una lengua extranjera. Creo que hablan de videojuegos. Pero no estoy seguro. Yo simplemente soy el orgulloso chófer.

II

Me siento orgulloso de mi nieto. Esto de que haga atletismo le convalida las horas de pantalla, que no creo que sean más que las que yo dedicaba a los cómics. A los tres adolescentes se los ve sueltos, dicharacheros, con ganas de vivir. Y yo siento que por mucho cariño que le tenga a mi nieto, no es solo nieto mío. Es nieto también de su tiempo, que no es el mío. Y está bien que sea así.

III

Me llaman de la Consejería de Educación de Castilla y León y hablamos del Presidente de la autonomía y de Villablino. Me gusta la manera de ser de los castellanos. Son gente que prioriza el hacer al decir que hacen. Y eso, en nuestros tiempos, es casi una excentricidad.

IV 

Betty me envía las primeras páginas del último libro de Finkielkraut ("Finki"), Pêcheur de perles, cuyo prólogo comienza así: "Walter Benjamin collectionnait amoureusement les citations". Al prólogo le sigue esta cita de Paul Valéry: «Le cœur consiste à dépendre!»

V

Balmes no deja de darme alegrías.




lunes, 22 de enero de 2024

Naturaleza

 I

Alguna vez he dicho que la naturaleza es lo que de joven te empuja y lo que de viejo te espera (te acecha, mejor). Me reafirmo.

II

Soy consciente de que ya he entrado en la edad de las despedidas. La Parca va afinando el tiro.

III

Cuando no es un pariente, es un conocido y cuando no, un vecino o un nombre anónimo en el tablón del ayuntamiento que anuncia las defunciones. Las calles se van vaciando de rostros conocidos mientras nos asomamos a la edad a la que no llegaremos, poblada de rostros nuevos.

V

Conversación agradabilísima con el maestro B. sobre Bruckner. El maestro es un sabio entrañable que está atravesando, probablemente, la etapa más creativa de su vida. Y uno, humildemente, a buen árbol se arrima.

VI

Comida con el nieto adolescente, que nos habla apasionadamente de sus descubrimientos históricos y naturales. ¡Cuánto aprende este niño a espaldas de su instituto! ¡Y con cuanto entusiasmo nos lo cuenta! Tiene todo el sentido del mundo, si se mira bien, esto de ser discípulo de tu nieto. Nos lleva de la mano a la naturaleza.


domingo, 21 de enero de 2024

Bergson sobre la religión

Encuentro en "Les deux sources de la morale et de la religion" de Bergson (PUF, París 58 ed., 1948), las siguientes definiciones de "religión":

1. La religión primitiva es una precaución contra el peligro que se corre, a partir del momento en que se piensa, de no pensar más que en uno mismo. Es, pues, una reacción defensiva de la naturaleza contra la inteligencia (p. 128) .

2. La religión es una reacción defensiva de la naturaleza contra la representación, por la inteligencia, de la inevitabilidad de la muerte. (137)

3. Todas las representaciones religiosas se pueden definir de la misma manera: son reacciones defensivas de la naturaleza contra la representación, por parte de la inteligencia, de un margen decepcionante de imprevistos entre la iniciativa tomada y el efecto deseado (146)

4. La religión es una reacción defensiva de la naturaleza contra lo que podría haber de deprimente para el individuo, y de disolvente para la sociedad, en el ejercicio de la inteligencia (217).

5. La religión es lo que debe compensar, en los seres dotados de reflexión, el déficit eventual del compromiso con la vida (223).





Los míos

 I


La Vanguardia recoge esta foto de la playa de Ocata que le envió un vecino de mi pueblo. Al fondo, consumida por el sol declinante, Barcelona. Hay puestas de sol en esta playa que son espectaculares y que, sin duda, se incluirían en las guías turísticas si para verlas hubiese que pagar.

II

Comida familiar con hijos y nietos y mucha comida. La felicidad también es tener muchos platos por fregar. Hay cosas que son tan evidentes para mi que no pierdo el tiempo intentando defenderlas ante los escépticos, pero les aseguro a ustedes que hay una satisfacción íntima enorme en encerrarse en la cocina a cocinar para los tuyos.

III

Los míos son, en primer lugar, mi familia, y, en segundo lugar, mis amigos. El viernes me llamó F.R. "Que vamos a cenar", me dijo, Y cuando este hombre dice que vienen a cenar puede presentarse con seis personas más. Y eso también es hermoso.

sábado, 20 de enero de 2024

Releer

I


El pobre libro no ha resistido una segunda lectura. Es, desde luego, un libro fundamental y a los libros fundamentales por su contenido hay que tratarlos sin mucho respeto por su materia. Al volverlo a leer iba subrayando sobre todo ideas que pasé por alto en la primera lectura. Me he encontrado, de hecho, con una lectura nueva y con la experiencia de ser un lector nuevo que ha recibido las ideas del texto en un lugar mucho más hondo. 

II
Basta comparar a Bergson con Popper para comprobar el gigante que era el francés. Popper no sabía de qué hablaba cuando hablaba de la "open society". 

III
Recupero con voracidad las rutinas. La felicidad (o eso que imaginamos como tal) está hecha de retales de pequeñas cosa triviales, por las que ningún ajeno pagaría un euro, pero que llevan la forma de tu uso y de todos esos momentos plenos que has pasado junto a ellas. 

IV
Más quiero yo mi café con leche cotidiano en el Petit Cafè de la Plaza de Ocata que un desayuno con diamantes.

V
Sí, salimos de casa para encontrar el camino de vuelta. Y a eso se reducen las biografías.

VI
Ayer cuandi bajé del tren, en El Masnou, descubrí con una gratísima sorpresa que me estaba esperando mi mujer. Hacía frío y lloviznaba. Pero ella estaba allí, dando pleno sentido a la vuelta a casa. Y volvimos acogidos al abrazo del paraguas.

viernes, 19 de enero de 2024

En el AVE

 I

Viaje a Madrid. Llegué a Atocha a las 16:00. Me esperaba un taxista ecuatoriano. Me llevó a Pozuelos mientras hablábamos de Guayaquil y los narcos. Hice el chek in. Me trasladó a la UFV. Di una charla. Cené con Carlos Granados dos huevos fritos con patatas y jamón. Carlos me trasladó al hotel. A las 7:30 me esperaba el mismo ecuatoriano para llevarme a Atocha. Dentro de poco estaré en Barcelona.

II

Estar fuera de casa es estar en un mediocre hotel de paso en un lugar carente de atractivos al que absolutamente nada te liga. La familiaridad con los propios objetos es esencial para sentirte cobijado.

III

La amistad es un lujo que te elige. No puedes elegir ser amigo de este o de aquel. No puedes elegir que al sentarte al lado de alguien te encuentres inmediatamente inmerso en una conversación que parece venir de muy lejos y promete continuar hasta muy lejos. Esas complicidades del asentimiento, esa cordialidad en la diferencia, ese descubrir en el amigo una luz nueva sobre una preocupación vieja. Ese disfrutar intenso de una humilde cerveza y del festín de dos huevos fritos con jamón y patatas.

IV

En el AVE, Ha estado lloviendo durante toda la noche y los campos se ven empapados, como esponjas, con charcos dispersos y grupos de árboles desvalidos reunidos en la intemperie. Al entrar en Aragón nos recibe una niebla densa que cubre los campos escarchados. La tentación de lanzar mi alieno contra el cristal de la ventana y trazar surcos con el dedo. Pero no estoy solo.

V

Me envía E. el inicio de su tesis doctoral. Le he contestado que no sobrestime al tribunal que la juzgará y que escriba de manera que sea inteligible para un alumno de bachillerato. Creo que se ha escandalizado. E. es una persona honesta y exigente que da por supuesto que en la universidad hay que actuar con rigor académico.

jueves, 18 de enero de 2024

Lujos

 I

Me envía Javier Sánchez Menéndez las segundas correcciones de Una búsqueda triste de alegría. Es un lujo publicar con la Isla de Siltolá. ¡A ver cuándo me puedo poner con ellas!

II

Día largo. No es que se hiciera largo, es que al recordarlo se me amontonan las vivencias. Desde las 6 de la mañana fue un no parar. Pero tuve tiempo de leer un par de extensos artículos sobre el constructivismo pedagógico y de terminar La presentación de la persona en la vida cotidiana, de Goffman. Tiene páginas inolvidables, especialmente aquellas que recomienda la hipocresía como terapia para los males del alma.

III

A las 16:30, videoconferencia con Juan Bueno, del CEP de Málaga y un buen número de directores de centros educativos. Hablamos de lectoescritura y de la "Science of reading".  Nos dieron las 19:30 y allí estábamos, dale que te pego. Acabé agotado, pero satisfecho. ¡Y qué pocas cosas hay más gratificantes que el cansancio satisfecho!

IV

Me llegan dos libros. El primero, inesperado, es de Olga García y Enrique Galindo, se titula Aprendizaje basado en Proyectos, y lleva este provocador subtítulo: "Un aprendizaje basura para el proletariado". El segundo, que lo esperaba con muchas ganas, es del sabio Héctor Ruiz Martín y se titula Edumitos. Ideas sobre el aprendizaje sin respaldo científico. Héctor me ha escrito una dedicatoria entrañable.

V

Invitaciones para participar en un congreso en Valencia, en una charla en Vic, en unas jornadas en Madrid, en una cena en esta misma ciudad, en otras jornadas en Ávila, en un encuentro en Girona, en una videoconferencia con directores de centro en Perú... Imposible responder afirmativamente a todo el mundo, a pesar de que todo es interesante. 

VI

En la cama abro el libro de Ruiz Martín, pero, por mucho que me interese, no tengo fuerzas para resistir el peso de los párpados.

Es un lujo estar jubilado.


miércoles, 17 de enero de 2024

Lo serio

 I

Con cada vez mayor frecuencia me siento como un viejo cascarrabias al que la mayoría de las cosas que pasan le parecen poco serias. Cuando esto ocurre me pregunto si ser joven no se reducirá a tomarse la vida demasiado en serio. Me refiero a la inconsistencia de lo que se presenta como obvio, a ese componen de patio de colegio que tiene la política, etc.

II

¿La escritura es un refugio por lo que tiene de ejercicio solipsista?

III

Cuando todo parece irreal es el momento de cocinar algo que inunde la casa con aromas viejos. Ayer fueron unos pies de cerdo. El domingo, un cocido.

IV

Los catalanes le han puesto un 6,9 a su felicidad. ¿Es esto serio? Barcelona es tan poco seria que tiene, a la vez, una de las tasas de fertilidad más bajas y una de las tasas de esperanza de vida más altas.

V

Repaso con Juan Bueno que todo esté listo para una videoconferencia que tengo que dar esta tarde a profesores de Málaga. Compruebo, una vez más, lo torpe que soy en cuestiones tecnológicas. Los meros nombres de las cosas son para mí como una barrera infranqueable. Pero a la gente les gusta pronunciarlos con la misma seriedad con que hablan de estrafalarios nombres de medicamentos. 

VI

Buena parte de lo que hacemos es una búsqueda de paliativos existenciales. Esta búsqueda fracasada es lo más serio del hombre.

martes, 16 de enero de 2024

Una búsqueda triste de alegría

I

Andamos por Cataluña con una sequía considerable y con cielos primaverales. Los amaneceres son de lujo.

II

Me llamó ayer Eva Millet porque anda escribiendo un artículo sobre el miedo de las nuevas generaciones al futuro. Le digo que no es tanto miedo al futuro como miedo a sí mismos. Los jóvenes ven al hombre como un desastroso gestor de sus recursos, lo cual los condena a vivir en una grave incertidumbre y a soñar con la posibilidad de un poshumanismo o de un transhumanismo.

III

Julio Borges Junyent y Javier Ormazábal Echeverría han escrito un libro más que interesante, La posmodernidad en jaque, que quiere ser ni más ni menos que un debate entre C.S. Lewis y Gianni Vattimo. Julio me envío un ejemplar con una nota manuscrita: "Nuestra intención con este libro es contribuir con seriedad, argumentos y casos de la vida real al combate cultural que erosiona la verdad y la dignidad humana".

No me gusta la expresión "combate cultural". Pero no me gusta por una cuestión táctica. Como decía Maquiavelo, quien quiere ir a la guerra en serio comienza proclamando que lo que busca es la paz.

IV

Javier Sánchez Menéndez me envía las galeradas de mi nuevo libro de aforismos, que se titulará Una búsqueda triste de alegría. Creo que es el mejor libro de aforismos que he escrito, porque es el más sincero.

lunes, 15 de enero de 2024

Hoy me asomo al ABC

A John Müller lo conocí hace ya algunos años en Valladolid y me cayó muy bien. Estábamos invitados a una cosa bastante loca que organizó Quintana Paz cuando era profesor... creo que de la Miguel de Cervantes. Estaban también María Blanco, Vidal Arranz, Jaume Vives... y una  "dominatrix" que, según nos dijo, se llevaba muy bien con su suegra.

Recuerdo de aquellos días especialmente un largo paseo nocturno con Juan José Laborda, que hablaba, con cierta melancolía, del poder absoluto de la efebocracia en política. Dijo muchas cosas y en todas ha acertado. Pues bien, el día 13 de diciembre John Müller me hizo una larga entrevista en el CaixaForum de Madrid. Ese mismo día me entregaron el Premio magisterio. 



sábado, 13 de enero de 2024

Altivo

Esta mañana he mantenido una disputa considerable, a cara de perro, con un vecino de mi pueblo. Creo que tenía razón yo, pero eso, ahora y aquí, es lo de menos. Lo importante es que al final de la bronca me ha llamado "altivo". Y yo he pensado que no debía enfadarme con alguien que que sabe utilizar este adjetivo. Pero él se ha dado media vuelta y se ha ido, muy enfadado, y no he tenido oportunidad de decírselo. Si por casualidad me lee, que sepa que, por mi parte, todo olvidado.

¿Para qué sirve viajar?

I

Fui un gran dormilón. Hasta bien entrada mi juventud, el paraíso era para mí un lugar en el que podías dormir ininterrumpidamente cuanto quisieras y nadie vendría a arrancarte de la cama con premuras. Ahora, sin embargo, hay días que a las 5 de la mañana ya estoy leyendo o escribiendo. Y resulta que me gusta madrugar y seguir el amanecer cotidiano, tan igual, tan nuevo, tan distinto día a día. 

II

Hay libros que se te resisten. No es que no te gusten. No es que no los consideres relevantes. No es que estén mal escritos... Es, simplemente, que se te resisten. Comenzaste a leerlos hace meses y los tienes aquí delante llamándote la atención. Los coges. Lees unas cuantas páginas. Subrayas tal o cual idea que te parece brillante. Y los dejas para leer otras cosas. Pero no los abandonas. Es lo que me está pasando con "La presentación de la persona en la vida cotidiana", de Erving Goffman (Amorrortu, 1987).

III

Hay encuentros que dejan un sabor largo y cordial en la memoria, y te gusta darles una vuelta y volver a rememorar aquel gesto, aquel detalle, aquella palabra. Es lo que me está pasando con mi visita a la escuela La Pau.

IV

Olga Sanmartín me cita en un artículo de El Mundo: «Sabemos lo que somos capaces de recordar. Por tanto, cuanto menos seamos capaces de recordar, menos sabemos», sostiene el filósofo Gregorio Luri, que arremete contra aquellos que dicen que aprender de memoria no sirve para nada porque todo está en internet. «¿Para qué viajo si todo lo puedo ver en internet? Viajo porque la experiencia es sólo mía. Y lo mismo pasa con el conocimiento», argumenta el autor de La escuela no es un parque de atracciones.

Luri recuerda que una vez un profesor le preguntó: «¿Para qué sirve aprenderse de memoria una fecha histórica?» y él le respondió: «Aprenderse una fecha histórica no sirve para nada. Aprenderse 10 fechas es útil. Y aprenderse 30 permite tener un mapa cronológico de la Historia».

jueves, 11 de enero de 2024

La Pau


Esta tarde he visitado el colegio La Pau, en el barrio del mismo nombre de Barcelona. He ido en tren hasta Sant Adrià y de allí he seguido caminando en zig-zag. Me apetecía pasar por el barrio de la Verneda, donde estuve viviendo un tiempo a finales de los 70, hasta que una noche vino la policía a echarnos. Nos llevaron a comisaría. Nos trataron bien, pero nos aconsejaron abandonar el piso. Un vecino nos había denunciado acusándonos de ser lo que no éramos. El barrio ha cambiado, pero aquellos mastodónticos e impersonales bloques de viviendas siguen ahí, mirando al futuro, pero indiferentes con las personas. Ahora abundan los Döner Kebab y la gente de color. De allí he continuado mi camino hasta el barrio de La Pau, un barrio en el que pocas personas elegirían vivir si tuvieran otras opciones. Pero allí, amigos, me he encontrado con una escuela. Una escuela de profesionales entusiastas y alegres, con ganas de hacer cosas y dispuestos a hacerlas bien, luchando contra los elementos, si hace falta. Pocas cosas son más gratificantes que un encuentro con maestros que conocen su oficio y lo ejercen serena y juiciosamente, sis aspavientos, pero con seriedad.

Aunecer

 I

Estar jubilado es una buena cosa. Te permite, primero, seguir vivo, y, segundo, disponer de tiempo para bajar tus ideas de la nebulosa de tus pensamientos a lo concreto de la escritura. Con este descenso siempre se enriquecen, porque escribir no es solo un medio de transmitir ideas. Es, sobre todo, un medio de tenerlas. Escribir con libertad significa con frecuencia, someterse a la lógica que va desplegando tu propia escritura. Si, además, eres un poco disciplinado y lees cada día un par de horas (al menos) y escribes otro par (al menos), el trabajo cunde.

II

Escribo "el trabajo cunde" y pienso en un verbo que utilizaba mi madre y que yo hace tiempo que he dejado de utilizar. "Aunecer". Significa aumentar, cundir, dar de sí o rendir una obra o trabajo. Me imagino que proviene del latín "adolescere", "crecer". Recuerdo la expresión "aunece más que el arroz". 

Es curioso comprobar cómo estas palabras se despiertan y sacan la cabeza del fondo de tu memoria, impregnadas de recuerdos antiguos, demostrando así que la memoria es mucho más compleja y menos olvidadiza de lo que tendemos a pensar. 

III

Sobre aprender de memoria. Cada vez que oigo eso, hoy tan común entre pedagogos a la violeta, de que no hay que aprender cosas de memoria porque se olvidan pronto y además todo está en internet, pregunto: "¿Y para qué viajar, si todo lo que puedas ver ya lo tienes en un vídeo en internet?" En este caso se me suele contestar que para tener la experiencia propia de algo. "Pues por eso mismo hay que memorizar, para guardar la experiencia propia del conocimiento.

Aumentar. cundir. dar de sío rendir una obra o trabajo.

miércoles, 10 de enero de 2024

Perú

 I

Aquí, en Ocata, el invierno sigue demorándose. Hace fresco, pero es un fresco tonificante, casi cordial, que se combate bien con un poco de ropa y una bufanda. Al atardecer apetece salir de casa y apretar el paso por las calles del pueblo.

II

Una universidad me invita a visitar Perú. He aceptado encantado. ¿Acaso una persona en sus cabales puede negarse a visitar ese país? Nunca me ha interesado mucho viajar a África o a países exóticos y remotos del Oriente, pero América... América ha formado parte de mis sueños desde que en la remota infancia jugaba a indios y vaqueros. Cuando en mi primer viaje a los Estados Unidos recorría California, Nevada, Utah, Arizona y Nuevo México, tenía la permanente sensación de estar viajando por mi propio imaginario. Todo me recordaba a alguna película o a alguna novela y me veía a mí mismo dentro de esos recuerdos. Después he viajado a México, a la República Dominicana, a Colombia, Ecuador, Uruguay... y allí quedaba Perú, como una ilusión postergada a la que, sin embargo, era imposible renunciar, porque sería como renunciar a mis lecturas juveniles de Vargas Llosa o Brice Echenique. Hay muchas cosas de España que solo se ven desde América y hay muchas cosas de América que solo se comprenden desde España. 

III

Mail de Betty:

"Savez -vous que le compagnon de Gabriel Attal s’appelle Stéphane Séjourné, député européen et proche conseiller de Macron?

Ah! Laurette, Serge, qu’êtes-vous devenus dans le placard de G.?"

martes, 9 de enero de 2024

Improbabilidades

I

Es curioso nuestro tiempo. Lo posible parece haberse comido lo real de tal manera que no nos sorprende que una mujer quiera casarse con un árbol, un loco se corte una pierna para demostrar su dominio de sí, o un excéntrico médico chino anuncie la posibilidad de un transplante de cabeza, pero convertimos en noticia, en todos los medios, el hecho de que en invierno haga frío.

II

Ayer por la mañana desayuné en el Café de la Ópera, en las Ramblas. Hacia al menos 30 años que no entraba allí. Todo es distinto, aunque todo está igual. Ayer me pareció solo un café caro que conservaba una decoración de otro tiempo. Después fui a grabar un programa de televisión y acabé la mañana en unos grandes almacenes, aprovechando las rebajas. No había más que jubilados con sus mujeres que tardaban una eternidad en salir de los vestuarios. En la mayoría de los casos ellos eran maniquís de los caprichos de ellas. Ellos insinuaban querer estos pantalones o aquella camisa, pero ellas decidían qué pantalones y qué camisas les iban bien. Y solían tener razón.

III

Cada cosa que nos pasa no es sino el último eslabón de una larga cadena de improbabilidades que viene a dar casualmente en nosotros. ¿Qué probabilidades había de que ese señor, precisamente ese, salga del vestuario con ese pijama puesto, me pida que le vigile las cosas y se recorra media planta en busca de otro pijama dos tallas mayor? ¿Y de que en el tren de vuelta a casa se siente frente a mí una joven brasileira con el cuerpo atravesado por piercings? Podríamos decir que nuestra biografía es el intento de convertir la sucesión de lo improbable en un relato con introducción, nudo y desenlace.

lunes, 8 de enero de 2024

Vuelta a empezar

 I

Esta mañana hablaré, de nuevo, de Caridad Mercader, mi vieja conocida, para un programa de Betevé que describe lugares de la ciudad de Barcelona relacionándolos con algún personaje histórico. He elegido la Capitanía General, que es donde Caridad se ganó el título de Pasionaria Catalana al detener al general Goded. Intentaré contar lo que hizo durante los días 18 y 19 de julio de 1936. 

Ya ves, querida Betty, comienzo el año con nuestras compañeras inseparables. 

II

Por la tarde me hacen una entrevista en el programa Planta Baixa de TV3 para hablar de la educación catalana. Me espera un duro ejercicio de ecuanimidad.

III

Estoy releyendo, muy despacio, Las dos fuentes de la moral y de la religión de Henri Bergson. Creía haber leído este libro, pero descubro que en la primera lectura no entendí nada. Ahora encuentro en sus páginas, primero, a un enorme filósofo y, por eso mismo, un inagotable manantial de sugerencias. Tanto es así, que me he puesto a escribir un pequeño ensayo de filosofía de la educación que tiene como base teórica la diferencia que establece Bergson entre sociedad abierta y sociedad cerrada. Mi tesis: No hay manera de vivir serenamente en la sociedad abierta, pero nadie está dispuesto a retornar a una sociedad cerrada (en el caso que tal cosa fuera posible). 

domingo, 7 de enero de 2024

Las heridas del alma

I

Bien está la cabalgata de reyes, magnífica la noche de reyes, mágica la mañana del 6 de enero... pero la tarde del día 7 es, quizás, la peor tarde del año para un niño en edad escolar. Si todas las tardes de domingo provocan una desazón profunda en el alma, la de este domingo de vuelta al cole con la casa llena de juguetes nuevos es comprensible que resulte desoladora. El paraíso era solo el título de un capítulo de la historia.

II

Estaba ayer leyendo un artículo de un famoso pedagogo en el que presenta la educación emocional como la clave para alcanzar la felicidad personal y colectiva. Y es que vivimos unos tiempos en los que, en cuanto te descuidas, alguien se aprovecha para intentar hacerte feliz. ¿Cómo es que no se dan cuenta de que las tarde del 7 de enero son inevitables y que transitar por ellas es uno de los precios de estar vivo?

III

Como vivimos en una sociedad terapéutica, nos cuesta entender que no hay almas sanas. Pero si los reyes magos son la realidad de lo posible, la tarde del día 7 de enero es la realidad de la realidad de lo posible. Y así vamos creciendo, entre ilusiones y desengaños, llenos de muñones.

IV

Feliz aquel que solo necesita tiritas para las heridas de su alma.

sábado, 6 de enero de 2024

Lo mágico

Lo mágico, en realidad, es que le compres a tu hijo ese regalo que tanto desea y le digas, para mantener viva la magia, que el regalo se lo han hecho esos tres desconocidos remotos.

Identidad

En En busca del tiempo en que vivimos sostuve que el problema de la identidad personal era irresoluble en los laboratorios, pero se disolvía de manera natural en el mundo de la vida como un terrón de azúcar en el agua. Por las razones que sean mis argumentos han merecido la atención de algunas personas y una de ellas me invita a dar una charla sobre ellos. He aceptado gustosamente. Mi aceptación ha tenido como causa inmediata una experiencia muy concreta del mundo de la vida. Uno de mis nietos tenía un problema que le preocupaba mucho y yo, como abuelo, intentaba calmarlo, pero lo que me hubiese gustado de verdad es que me transfiriera su dolor, cosa imposible, claro está, porque el dolor es intransferible. El placer también, pero a nadie queremos transferir nuestro placer, en cambio nuestro dolor... quisiéramos librarnos de él como de una carga de la que podemos prescindir, y no hay manera.  No sé si hay algo más nuestro que nuestro dolor y, por eso mismo, más incomunicable. En resumen: la identidad duele.

La identidad de mi dolor es también el limite de todo proyecto de igualdad. No puedo socializar ni mi dolor de muelas ni mi mala conciencia.

viernes, 5 de enero de 2024

Va a llover

 I

Al fin parece que va a llover. La sequía en Cataluña ha sido tan prolongada y severa que necesitamos que llueva a mares, hasta -como decía uno de mi pueblo- que Dios pueda beber a morro. Esperemos, pues, que este regalo de los Reyes Magos sea copioso. Sin embargo el ayuntamiento ha suprimido la cabalgata de reyes por miedo a la lluvia, cuando lo que correspondería es lo contrario.

II

Ayer por la tarde, compras. Peor que trabajos forzados, peor que trabajar en una mina de azufre, peor que el dentista y que cualquier cosa imaginable. Acabé agotado. Mucho podría decir sobre lo que nos pasa a ciertos hombres cuando vamos de compras con nuestras mujeres, pero me temo que no sería prudente en estos tiempos de corrección política. En cualquier caso nosotros -mis hermanos- nos reconocemos cuando se cruzan nuestras miradas y sentimos que una solidaridad infinita nos hermana.

III

Ayer en el Paseo de Gracia me encontré con una alegría un poco infantil con un amigo al que hacía años que no veía. Siento que esta alegría, ingenua y simple es una de las pruebas de la verdadera amistad. Es hermoso y terapéutico comprobar que el ayer forma parte del presente continuo, que podemos repetir con gozo las anécdotas de siempre e interesarnos, vivamente, por los planes y proyectos del otro. Hoy hemos desayunado juntos en la plaza de Ocata y el tiempo se ha detenido alrededor nuestro. 


jueves, 4 de enero de 2024

La tabarra de los móviles

I

¿Recuerdan cuando los juegos de rol eran motivo de escándalo porque se suponía que fomentaban todo tipo de violencias entre los adolescentes? ¿Y de cuando el motivo de escándalo pasó a ser el videojuego? Pues posiblemente dentro de unos años tampoco recordarán cuando el motivo de escándalo era el teléfono móvil. 

Si un aparato como el móvil despierta tanto interés entre los adultos, ¿por qué no debiera despertarlo entre los niños?

La tecnología más peligrosa para los niños que he conocido en mi vida ha sido la azada. Pero curiosamente a nadie le molestaba ver a niños trabajando de sol a sol en el campo, desriñonados,  expuestos al sol y al frío.

No hay tecnología que no pueda usarse para el bien o para el mal y cuanto más poderosa sea, más bien y más mal podrá producir. Lo sabemos desde Sócrates. El mejor médico, que es el que mejor sabe curar, también es el que más sabe cómo matar.

Las tecnologías no son más que prótesis antropológicas que amplifican lo que somos. Lo importante, por tanto, no es su capacidad amplificadora, sino lo que amplifican, esto es, lo que somos, que es lo que debe ser educado.

Sospecho que en el escándalo con los móviles lo que realmente ocurre es que los padres no quieren ejercer su deber de dar la tabarra a sus hijos. Preferirían ser obedecidos sin necesidad de mandar, porque mandar cansa y causa problemas. Y si no puede ser, que los prohiban. Pero que los prohiban otros. 

En el último informe PISA se dice algo llamativo sobre los móviles: que aquellos adolescentes a los que se prohibe el uso del móvil en la escuela son los que más lo usan cuando se van a dormir. Pero la solución es fácil. Bastaría con que los padres se opusieran a que por las noches se llevaran los móviles a su habitación. ¿O no?

II

Una sorpresa muy, muy agradable:





miércoles, 3 de enero de 2024

El olfato reticente

 I

Segundo día de retorno al Café. A ver si voy convirtiéndolo en hábito para cumplir el precepto de "nulla dies sine linea". 


II

Ando dándole vueltas al "Enfoque de las capacidades" de Martha Nussbaum, preparando una charla que tengo que dar en Madrid en un par de semanas. Nunca me ha convencido y sigue sin convencerme. Para aceptarlo hay que ser más partidario de la sociedad abierta que el mismísimo Popper.  Y no es mi caso. Pero una cosa es ser plenamente consciente de que algo no te convence y otra muy distinta tener argumentos bien articulados para aclarar tus reticencias. En cierta manera mi pensamiento olfatea primero y argumenta (si puede) después.


III

Hipótesis: Pensar es llevar el olor al concepto.


IV

Chiste que ha contado una clienta en la carnicería hace solo un rato: "Un albino se pierde en el bosque y su padre, para localizarlo, coge la escopeta y pega dos tiros al aire. Y claro, al pan, pan; y Alb/vino, vino." Una sosada, sí, pero me llevo riendo media hora.


V

Le he enviado a Javier Sánchez Menéndez, de la editorial sevillana La Isla de Siltolá, el manuscrito del que será mi próximo libro de aforismos. ¡Cuánto le debo a Javier!

martes, 2 de enero de 2024

Feliz

 I

"A veces pienso -me dice M. en el cercanías- que soy la versión desechada de mí mismo".

No le hago caso, sé que simplemente le gustan las frases así, un poco dramáticas, pero en cuanto me quedo solo -¿no te sabrá mal, verdad, M.?- la escribo en el móvil para no olvidarla. Al llegar a casa decido recuperar el blog. A ver si consigo mantenerme fiel.

II

Decidí comprarles un pastel a los curas del pueblo y me presenté en la casa parroquial con él, tan ufano. Pero a pesar de que llamé con insistencia en la gran puerta de la entrada, no me abrieron. Al dar la vuelta a la casa vi que estaban en una planta superior de sobremesa. Intenté llamar su atención, pero como no lo conseguí, me fui para casa con el pastel en la mano. El problema es que estaba de Rodríguez y me parecía excesivo para mí solo. En esto vi que venía en dirección contraria a la mía una mujer relativamente joven a la que la vida no ha tratado nada bien y ella, para resarcirse, no para de beber cerveza, desde primera hora de la mañana. Se nota bien por dónde ha pasado a lo largo del día por el reguero de latas de cerveza vacías que va dejando.

- ¿Quieres un pastel? -le pregunté.

- ¿Qué?

- Que si quieres este pastel...

- Así, sin más.

- Sin más.

¿Pero por qué?

- Porque estamos en navidad.

Se lo di y lo aceptó con una cara de perplejidad un poco desconcertante. 

- ¿Te puedo dar un abrazo? -me preguntó.

- ¡Claro!

Y se me abrazó como si yo fuera el salvavidas provisional de su naufragio.

- Muchas gracias -me dijo.

- De nada. Déjalo un par de horas para que se descongele.

Seguí mi camino y la dejé a mi espalda. A los pocos pasos escuché de nuevo su voz. Me volví. Ahora estaba acompañada de dos hombres que parecían haber salido de la nada. Los reconocí. Poseen la misma afinidad por la cerveza.

- ¿Puedo compartir el pastel con mis amigos?

- Es tuyo. Puedes hacer con él lo que quieras.

- Feliz Navidad.

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...