Ayer me desperté desvelado a las cuatro y pico de la madrugada. Visto que no podía volver a conciliar el sueño, di un par de vueltas por la casa (frigorífico, libros, ordenador…) y acabé encendiendo la tele. Apareció Cayo Lara cantando entre un grupo de músicos que parecían profesionales, pero como no me interesaba ni lo más mínimo, seguí saltando de canal en canal… hasta que de repente la sospecha me hizo volver atrás. ¿Cayo Lara cantando? Di con él. Lo reconocí por la voz: era Victor Manuel. Apagué, meé y me volvía a la cama.
Y al despertarme he descubierto sin preocupación que no sé bien quién es quién.
Son diferentes, Gregorio.
ResponderEliminarVíctor es un millonario que de joven escribió un elogio en verso al Generalísimo.
Cayo es el destinatario de la siguiente carta de Aberasturi:
La Federación Autismo Madrid apoya la carta que el conocido periodista Andrés Aberasturi ha redactado al líder nacional de Izquierda Unida, el manchego Cayo Lara, respondiendo a unas declaraciones del político en las que se preguntaba si habría que seguir apoyando la monarquía si al rey le saliese “un hijo tonto”.
El motivo de esta carta es sencillamente explicarle algo que, por lo visto, usted ignora y todo hace sospechar que desprecia: un hijo tonto. Yo tengo un “hijo tonto” Sr. Cayo Lara y le podría explicar qué hemos hecho y que hacemos su madre, su hermano, su familia, cada hora de cada día en los últimos 32 años.
Mire usted, se me ocurren mil formas de cuestionar la monarquía bastante mas inteligentes que decir lo que usted ha dicho y que transcribo textualmente para quien no lo sepa: “No entendemos que alguien por el hecho de ser hijo de, tenga que ser jefe de un Estado. ¿Y si sale tonto? ¿Tenemos que cargar con un jefe del Estado tonto?” La primera frase incluso la comparto plenamente, pero en la segunda me temo que no sólo no ha estado usted muy afortunado sino que, más que ofender, ha herido a demasiada gente de forma gratuita.Sabemos que no era su intención, faltaría más, pero cuando algo se dice sin intención, es lícito pensar que de alguna forma funciona el subconsciente y, en su caso, lo de menos es la realidad que ponía como ejemplo; lo que duele es el desprecio que se traduce en ese “y si nos sale tonto”, en ese “tenemos que cargar”. Ya, ya sé que habla usted de un presunto Jefe de Estado pero eso no le justifica en absoluto. Ustedes -y hacen bien aunque equivocados- se pasan el día con lo de “compañeros y compañeras” para no discriminar a la mujer. ¿Qué le parece que podemos sentir todos los que tenemos un hermano con síndrome de Down o un hijo con parálisis cerebral, eso que usted llama genéricamente “tonto”?.
Sé que algunos van a entender que exagero, que saco las cosas de su contexto, que voy más allá de lo que en realidad no deja de ser una expresión casi coloquial. Y ese es precisamente el problema, que se hayan convertido en algo coloquial adjetivos como subnormal y derivados. Hay tanto desprecio, tanta ignorancia del dolor y el trabajo y la lucha y la alegría de quienes sí tenemos no un adjetivo sino una realidad “subnormal” a la que amamos sobre todas las cosas, que oír lo que usted dijo en RNE -y no he visto que haya pedido disculpas por ello, puede ser, pero yo no lo he leído- nos produce primero incredulidad y luego desprecio. El mismo desprecio que sentimos por el concejal de Izquierda Unida -mire usted, también de IU- en el Ayuntamiento de Badajoz, Manuel Sosa, cuando en una rueda se comentó sobre el accidente de Froilán que lamentaba “que el nieto del Rey se haya pegado un tiro en el pie con la cantidad de sitios que hay en el cuerpo para pegarse un tiro”.
Señor Cayo Lara, créame: así no vamos a ninguna parte.
Ni suyo y afectísimo, firma esta carta el padre de un niño tonto.
Andrés Aberasturi
Sí que se parecen, sí.
ResponderEliminarPor cierto felicito a Andrés Aberasturi por su carta, ni que decir tiene que el amigo Cayo no estuvo muy afortunado con sus palabras.