El mal político fundamental de los españoles es que creemos que podemos vivir sin mitos colectivos. Más aún: que nuestro deber político es desmontar inmediatamente todo mito en formación. España es el paraíso del higienismo político. Ese es precisamente nuestro mito: que creemos que la salud consiste en arrojar lejos las prótesis que nos permiten caminar.
En España hay muchos más salvadores de la verdad que de la patria.
En realidad, los mitos se han multiplicado. Ahora tenemos los mitos del nacionalismo catalán, los del nacionalismo vasco, los del nacionalismo gallego, los de Al-Andalus y algunos más.
ResponderEliminarSí, esos sí, pero el de España todos han estado de acuerdo en destruirlo.
EliminarTampoco estoy de acuerdo con Gregorio: creer siquiera que hay una verdad, más allá de las ciencias físico-matemáticas, se tacha de reaccionario, y a Platón, de totalitario.
¿Aprenderemos algún día a convivir sin mito(s) o en el mito del mito interrumpido?
ResponderEliminarhttp://es.scribd.com/doc/190536054/Nancy-El-Mito-Interrumpido
Uno que pasaba