Decía el pasado miércoles, 23 de abril, que la vida es una intuición narrativa. Ahora añado que es una intuición trascendental. Lo que quiero decir es que no podríamos vivir en un medio formado exclusivamente con datos atomísticos, aislados. Nuestro ecosistema vital es narrativo. Vivimos gracias a que unimos datos entre sí en busca de sentido. La vida, en definitiva, es lo que nos empuja de un dato a otro transformando este empuje en una narración. Hagamos lo que hagamos, tramamos narraciones y, en consecuencia, vivimos entre tramas narrativas. La literatura, en este sentido, no es sino el arte de tirar de la intuición narrativa para tramar con ella algo en lo que nuestras vidas pueda encontrar consuelo. Necesitamos consuelo porque nuestras vidas suelen tener un narrador bastante mediocre.
Las categorías vitales serían, entonces, categorías narrativas.
Las categorías vitales serían, entonces, categorías narrativas.
¿Ha estado leyendo a Paul Ricoeur?
ResponderEliminarSiempre lo he tenido cerca
EliminarTesis: La vida es una intuición narrativa porque en medio de datos atómicos tenemos que establecer una urdimbre, y esta es narrativa.
ResponderEliminarFalacias:
1) No existen los datos atómicos, el concepto de dato supone cuantos de información. Pero el organismo no es un intérprete ni un decodificador de cuantos de información mental sino un organismo que opera en un entorno a su escala (ese entorno tampoco es puro y transparente sino que resulta de operaciones perceptivas). Las operaciones lingüísticas supone una tecnología sobre elementos discretos con un determinado cierre tecnológico (el lenguaje). Es en el lenguaje donde aparecen esos datos atómicos. Así que no es que la narración de una urdimbre a los datos atómicos (eso es un mentalismo empirista bastante naif) sino que la narración hace posible los datos atómicos. Nuestro entorno vital es operatorio y no narrativo (el mundo no está a escala del lenguaje sino de las operaciones), el lenguaje es una parte del mundo y no al revés.
2) "Hagamos lo que hagamos, tramamos narraciones. y, en consecuencia, vivimos entre tramas narrativas". Las operaciones lingüísticas están trabadas con otros muchos sistemas de operaciones pero también con campos científicos que anulan a las operaciones (aunque dependan genéticamente de ellas), pero nada de esto resulta de intuiciones mitopoieticas de un espíritu. Igual que no suponemos que la tecnología levallois para obtener lascas de piedra que usaban los neandertales nació de una inspiración del espíritu sino más bien de la gradual mejora del trabajo, tampoco hay que suponer que el desarrollo del lenguaje está en la cabeza de los pensadores sino en su rodamiento en multitud de situaciones prácticas. La tarea de la filosofía no puede estar entonces conectada a generar mitos, leyendas y otras hierbas.
3) Reducir la literatura a su capacidad de dar consuelo es definitivamente no tener una Idea acerca de lo que la literatura puede ser.
Fdo: D
Debería usted aprender a leer.
EliminarSu comentario por supuesto deja en tablas la discusión: tú dices lo tuyo y yo digo lo mio. Y ninguno de los dos sabe leer al otro. .
EliminarPero yo al menos intenté leerle desde mis coordenadas necesariamente deformadoras. Si le leo desde las suyas estaré haciendo doxografía, no argumentando. Criticar es deformar/transformar a partir de un marco más potente, pues si acepto sus formas acepto su argumento.
Una posibilidad es siempre el parapeto autista de afirmar que el otro no sabe leer salvo cuando me elogia (en otra modalidad el problema es que el otro no se atiene a las evidencias) . Modelo metafísico; narración de lindas historias.
Otra posibilidad es tratar de reducir mi comentario desde sus coordenadas: defender sus formas de mi deformación y deformar mi posición desde sus formas. Eso nos permitirá comprobar qué coordenadas tienen más potencia o qué deformidad es más grotesca. Modelo dialéctico.
Y además es usted muy pesado. La tesis que usted discute no es la mía. Ni me reconozco en ella ni la he defendido. Creo que un tercero no tardará en ver que, para empezar, el "tenemos que" es algo que usted, gratuitamente, supone que está en mi texto. Igualmente supone usted que afirmo la existencia de datos atómicos, etc, etc. No volveré a contestarle. Porque yo no digo mi canción más que al que conmigo va. ¿No tiene usted entuertos más nobles que deshacer?
Eliminarenséñele ud. a hacer un blog, que otra cosa no se deja...
EliminarComo creo que dice Mendoza en una novela, espero que antes de morir no pase toda nuestra vida delante de nuestros ojos, porque, de ser así, lo último que veríamos sería una película española.
ResponderEliminar¡Cómo se puso de firmar Mendoza el día de Sant Jordi! ¡Y eso que no tenía nada nuevo.
EliminarEn realidad ninguno de los que vi yo, con estos ojos míos, firmar ejemplares a destajo apareció después entre los autores más vendidos. Creo que a los que hacen esas listas les da una cierta vergüenza la realidad.
Completamente de acuerdo. De hecho esto es la razón vital. Hasta tal punto es así que las categorías que emplea son narrativas: drama, argumento, misión, vocación, circunstancia, generación, creencias...
ResponderEliminarPienso que de ahí se puede derivar una antropología verdaderamente fecunda.
Quizás no sea muy soberbio intentar corregir a Kant y adjetivar narrativamente las intuiciones trascendentales del espacio y del tiempo: espacio narrativo y tiempo narrativo. Lo que sí me parece es que si pasamos de la estética a la analítica trascendental, las categorías pueden ser vistas como categorías del decir con sentido, o sea, narrativo. Y si Heidegger tiene razón al leer a Kant y en el fondo de todo esquematismo está la imaginación, tendríamos otro argumento más para esta empresa. Efectivamente, esto nos conduce a la razón vital y pienso que también, por filiación, a la razón poética de Zambrano.
EliminarCompletamente cierto.
ResponderEliminarY es lo que realizan padres y enseñantes cuando cuentan cuentos: modelos de vida, vidas que dan ganas de vivir, y de hallar sentido a la vida