El cristianismo es una religión tan rara que hasta su mismo fundador duda de sí mismo. O sea que dudar viene a ser si no la esencia, si algo esencial del cristianismo.
En la duda es donde más humano se muestra Jesús y lo que viene a decirnos en el huerto de los olivos, mientras mira con temor lo que le espera, es, resumiéndolo mucho: "Esto es lo que hay".
Lo que hay es que si lo que dijo e hizo Jesús nos sigue emocionando, es noble y, además, hermoso, en cierta forma que sea Dios o no… es lo de menos.
Aún no ha cantado el gallo y no tengo por qué ser yo menos que Pedro.
Dada esa identificación, espero con expectación su continuidad en la evolución petrina pascual.
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