viernes, 18 de abril de 2014

Viernes Santo, a la sombra de Pedro

Podría haber dicho "¡Padre, dales una buena paliza, ojo por ojo y diente por diente!", es decir, "¡Padre, haz lo que has venido haciendo, que aprendan!", o sea, "¡Aplícales el Código de Hammurabi!". Pero dijo "¡Perdónales!" y al decirlo, se convirtió en Edipo. El cristianismo es una religión edípica. Jesús vino a reformar el Código de Hammurabi. Por eso mismo el anticristianismo suele ser tan reaccionario, tan babilónico.

8 comentarios:

  1. ¿Has dormido bien esta noche, Gregorio?

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No. Estoy de Rodríguez. Yo descubrí pronto que prefería vivir contra ella a vivir sin ella, aunque sea una semana.

      Eliminar
  2. Y es que aún hay clases.

    http://www.firstthings.com/blogs/leithart/2014/04/hierarchy-of-victimhood

    ResponderEliminar
  3. Los anticristianismos sí. Los postcristianismos, depende.

    Aunque para un cristiano todo postcristianismo es cosa del Anticristo, claro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo creo que en Europa en los tiempos modernos no ha habido apenas ateos, pero sí muchos postcristianos.
      El Anticristo… yo eso lo entiendo a partir de Carl Schmitt.

      Eliminar


    2. Para un cristiano el postcristianismo, incluso el de los hombres de buena voluntad, siempre es algo diabólico .

      Lo que es el Anticristo para el Catolicismo Romano en forma lo explicó muy bien el cardenal Newman en cuatro sermones que están traducidos al español.
      Sólo hay que leer lo que dice sobre el postcristianismo en general , Mahoma incluido...

      Ratzinger - cuando habla de la crítica bíblica no-confesional- o Brague a propósito del diálogo con el Islam , o Augusto del Noce sobre el marxismo tienen muy presente esta figura. Explícitamente.

      Eliminar
    3. No se lo estaba negando, Karl, sino al contrario. Lo que pretendía era apuntar al concepto de "katechon" de Schmitt para señalarle cómo entiendo yo la figura política del Anticristo.

      Eliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...