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domingo, 23 de marzo de 2014

Veíamos ayer...

Esta criatura, que debe ser de mi quinta, es expuesta en un zoo humano en la Bélgica de mediados de los cincuenta a la curiosidad higiénicamente filantrópica de las miradas cautivas (de sus prejuicios). De aquí venimos… y nadie sabe a dónde vamos.

De AQUÍ

A las 22:04 añado el comentario de un amable anónimo:
"La foto circula como lo que ud. indica y así la utilizan en foros africanos para denigrar a las potencias europeas. La realidad es que se trata de una foto de una reproducción de una aldea del Congo en la exposición de Bruselas, del año 1956. Por supuesto ver una persona de color ya no era algo de circo ni producía ninguna expectación, por lo que el comentario del pie de la foto inmediatamente levanta sospechas de que ahí hay algo raro, como efectivamente sucede."

9 comentarios:

  1. Lo siento, si es para el Domund ya he dado,

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  2. Le sigo desde el discreto anonimato. La foto circula como lo que ud. indica y así la utilizan en foros africanos para denigrar a las potencias europeas. La realidad es que se trata de una foto de una reproducción de una aldea del Congo en la exposición de Bruselas, del año 1956. Por supuesto ver una persona de color ya no era algo de circo ni producía ninguna expectación, por lo que el comentario del pie de la foto inmediatamente levanta sospechas de que ahí hay algo raro, como efectivamente sucede.

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  3. Sin embargo, sí hubo africanos exhidos en Exposiciones Internacionales y zoológicas. Al menos, ese fue el caso de Ota Benga, a principios del siglo XX en Estados Unidos. Su condición de pigmeo le supuso ser capturado y vendido como "ejemplar" exótico, en un confuso caso de semiesclavitud al servicio de la Ciencia. Algo más sobre su trágica existencia, aquí: http://es.wikipedia.org/wiki/Ota_Benga

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    Respuestas
    1. Joaquín, me alegra verte por aquí. Un saludo.

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    2. Sí, los hubo, y también hubieron blancos (Ahora los llaman europeos no se porqué) devorados en el menú de algún negro (Ahora los llaman africanos, tampoco sé porqué) como si de animales se tratase. Es lo que tiene la historia, ¿Y?

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    3. D. Gregorio: Venir, vengo mucho a Ocata, aunque hable poco. Y siempre es un placer.

      Anónimo: Ocurre en este caso particular que ese negro era también africano, de ahí mi precisión geográfica. En general eso les ha pasado a casi todos los pigmeos, por lo que no creo que sea motivo de escándalo o verguenza. De todas formas, y al margen de su pigmea pigmentación, hay muchas cosas fascinantes en las desventuras de Ota Benga, de las que en mi comentario apuntaba torpemente sólo dos: lo primero es que nunca fue considerado un esclavo por sus patricinadores, al menos una vez que dejó su país (de hecho, había sido liberado). En su periplo por EEUU nadie reclamaba su propiedad ni estaba literalmente preso, así que fue nominalmente libre de hacer lo que quisiese... que poco podía ser, en sus circunstancias de valioso especimen extraído de un ecosistema lejano. En cualquier caso, estaba en un país que acababa de abolir la esclavitud y hubiese sido indecoroso considerarlo mercancía comercial. La otra cuestión interesante de su caso es que quienes lo exhibían al público no eran ni traficantes de esclavos, ni feriantes ni empresarios, sino científicos solventes y reconocidos, bendecidos además con una loable vocación pedagógica hacia sus conciudadanos y un no menos agudo sentido del espectáculo.

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  4. También en Madrid hubo una "Exposición etnográfica":la exposición de Filipinas de 1887 ,con algunas características propias que la diferenciaron algo de la brutalidad que tuvieron las exposiciones realizadas por otras potencias coloniales.
    http://rdtp.revistas.csic.es/index.php/rdtp/article/viewFile/174/175

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