viernes, 21 de marzo de 2014

El juego

Ahab, según Rockwell Kent (y  según mi propia imaginación, modelada por él)

"Vive en el juego y muere en él": este es el mensaje del Capitán Ahab. Y con esto es con lo que me he quedado en mi reciente relectura de esta novela infinita que es Moby Dick. Melville es, por su ambición, semejante a Hegel, pero lo aventaja en una cosa: nos conduce más cerca del abismo que da al Absoluto… que es eso que está ahí, frente a nosotros, inocente y voraz.

4 comentarios:

  1. Otra visión, entre gnóstica y romántica.

    "Moby Dick habla del capitán Ahab" de Carlos Duart.

    Sé que sigue mis huellas en la espuma.
    Sé que busca mi rastro no existente,
    que vive para mí, que le obsesiona
    el combate final. Soy su destino.

    Y me duele esa cita inevitable.

    Yo, la Ballena Blanca, la Invencible,
    ¿dónde podré encontrar otro enemigo
    tan fiel en el amor de la batalla?

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    1. Magnífico.
      Si yo pueda poeta le dedicaría mis versos a esa cabeza de ballena que Melville convierte en esfinge. Ha recorrido las profundidades, ha visto lo que hay bajo nuestros pies, pero justo cuando la atrapas… es cuando no puede decirte nada.

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  2. Mi Ahab se parece mucho más a Gregory Peck.

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    1. Ya. Lo entiendo. Pero aunque no son lo mismo… tampoco son completamente diferentes.

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