El 28 de noviembre de 1783, Thomas Jefferson le escribió una carta a su hija Patsy, de 11 años, en la que entre otras cosas le decía lo que tenía que hacer cada día:
De 8 a 10: Ejercicios de música.
De 10 a 1: Baila un día y dibuja el otro.
De 1 a 2: Dibuja el día que has bailado y escribe una carta el día siguiente.
De 3 a 4: Lee libros en francés.
De 4 a 5: Ejercicios de música.
De 5 a la hora de dormir: Lee libros en inglés, escribe, etc.
Lo único que se me ocurre decir es que ya no quedan hijas como las de antes.
Hijos tampoco. Si uno le echa un vistazo al primer capítulo de la autobiografía de John Stuart Mill, en la que cuenta cómo fue su formación desde la más tierna infancia, resulta difícil no poner cara de asombro, o cara de tonto con la boca abierta.
ResponderEliminarEn caso de que la criatura no hubiera tenido unos padres tan celosos en lo referente a la educación de sus retoños, ahí estaba Thomas de Quincey para arreglarlo con sus Cartas a un joven cuya educación ha sido descuidada.
¿Qué hubiera sido del bueno de John Stuart si hubiese tenido que hacer la ESO?
EliminarParece ser que Patsy decepcionó a su padre:
ResponderEliminar" I am afraid you do not comply with my desires expressed in that letter. Your not writing to me every week is one instance, and your having never sent me any of your copies of Mr. Simitiere's drawing lessons is another. I shall be very much mortified and disappointed if you become inattentive to my wishes and particularly to the directions of that letter which I meant for your principal guide."
http://www.eyewitnesstohistory.com/jeffersonadvice.htm
No quedan/quedamos padres como los de antes. Hoy diríamos: hija, tienes que salir, no trabajes/estudies demasiado....
Impresionante. ¿Existe realmente una reducción cualitativa tan enorme en el ser humano como la patente en cuanto al tiempo de dedicación a las cosas? ¿Es la carencia de voluntad disminución de la voluntad de poder? ¿Es esto la decadencia?
ResponderEliminarUn abrazo y hasta pronto
Simplemente, amigo, en aquel momento aún no se había inventado la infancia.
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