Ayer al enterarme de que Iker Jiménez, el oximorónico periodista de lo desconocido, hablaba de uno de los lugares míticos de Navarra, San Miguel de Aralar, aún sabiendo que iba a arrepentirme, caí en la tentación y lo vi. En el pecado, por supuesto, iba la penitencia. Pero una conclusión se me impuso con fuerza: Belén Esteban me parece mucho más honesta. Así que animo a los Jeremías que se escandalizaron porque saliera en la portada de El País Semanal, a que se hagan mirar sus convicciones.
O sea, ¿que no era un astronauta? :)
ResponderEliminarJ: Comparado con el periodista de lo desconocido, Belén Esteban es una dignísima educadora moral del pueblo.
ResponderEliminarPor cierto, me pareció imperdonable que no se hablase del auténtico milagro de la zona: el queso Idiazábal de Baraibar.
Ni de las pulgas feroces que se ocultaban en las bordas de la zona hace unos años. Espero, por el bien de pastores y ovejos y del ecosistema del paraje, que los extraterrestres se hayan llevado a otro planeta a la especie pulgueril aralarense.
ResponderEliminarGregorio, me paso para mandarte un abrazo de Año Nuevo y para desearte a ti y los tuyos todo género de felicidades.
ResponderEliminarCon relación a tu post, te diré que hace más de un año que no tengo tele y estoy contentísima. Ojalá más gente se rebelara contra la estulticia de la mayoría de la programación.
Mujerárbol: En Navarra es feroz hasta la mediocridad.
ResponderEliminarQuerida Gabriela: Ya sabes que aquí siempre tienen una mesa reservada.
ResponderEliminarYo podría prescindir de la tele...si no fuera por los Simpson.
Tienes, Gabriela, tienes.
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