Quien se miente a sí mismo tiene siempre motivos para creerse.
La hipocresía en las relaciones sociales tiene algo de higiénico. La sinceridad tiende a infectarse.
¿Dónde radica el valor de "nuestros valores", en ser "nuestros" o en ser "valores"? ¿Y la inconsistencia de "sus” “prejuicios"?
Es sabio aquel que elige sus prejuicios.
Rectificar es de ignorantes con sentido de la vergüenza.
Precisamente porque debemos fidelidad a nuestros principios, debemos incluir entre ellos a nuestros prejuicios. Son los prejuicios compartidos los que permiten entendernos unos con otros y hacernos compañía.
Emborracharse de virtud, eso sí que es onanismo.
Es mucho más fácil amar a la patria que al vecino del quinto. El sueño del patriota: una patria sin vecinos del quinto.
Tener cuerpo nos hace culpables.
Yo normalmente miento, sobre todo cuando soy sincero (le dijo el amante a su imagen del espejo).
Para no tener cara de cuerpo sin alma conviene creerse uno mejor de lo que es. Pero no demasiado, que entonces se te pone cara de alma sin cuerpo.
No porque se sucedan las páginas escritas se encuentra una vida en un relato; ni porque se sucedan los días, un relato en una vida.
Si no temiera malinterpretarme, algunas veces me atrevería a creer en lo que pienso.
Y si supiera expresarme, no hay duda: creería en lo que digo.
No conviene ser demasiado exigente con uno mismo, para evitar defraudarse.
Los masoquistas están exentos de cumplir el precepto de amar al prójimo como a uno mismo.
A "solitario" lo separa de "solidario" un mero matiz fonético.
La ética: una tregua que nos concede la naturaleza (que nunca capitula).
En nuestros tiempos el artista que no quiere moralizar añade, por lo visto, un plus de honestidad a su obra. ¿Pero acaso se puede no moralizar?
El único mandamiento de la nueva ley: “¡Que seas autónomo, coño!”
La hipocresía en las relaciones sociales tiene algo de higiénico. La sinceridad tiende a infectarse.
¿Dónde radica el valor de "nuestros valores", en ser "nuestros" o en ser "valores"? ¿Y la inconsistencia de "sus” “prejuicios"?
Es sabio aquel que elige sus prejuicios.
Rectificar es de ignorantes con sentido de la vergüenza.
Precisamente porque debemos fidelidad a nuestros principios, debemos incluir entre ellos a nuestros prejuicios. Son los prejuicios compartidos los que permiten entendernos unos con otros y hacernos compañía.
Emborracharse de virtud, eso sí que es onanismo.
Es mucho más fácil amar a la patria que al vecino del quinto. El sueño del patriota: una patria sin vecinos del quinto.
Tener cuerpo nos hace culpables.
Yo normalmente miento, sobre todo cuando soy sincero (le dijo el amante a su imagen del espejo).
Para no tener cara de cuerpo sin alma conviene creerse uno mejor de lo que es. Pero no demasiado, que entonces se te pone cara de alma sin cuerpo.
No porque se sucedan las páginas escritas se encuentra una vida en un relato; ni porque se sucedan los días, un relato en una vida.
Si no temiera malinterpretarme, algunas veces me atrevería a creer en lo que pienso.
Y si supiera expresarme, no hay duda: creería en lo que digo.
No conviene ser demasiado exigente con uno mismo, para evitar defraudarse.
Los masoquistas están exentos de cumplir el precepto de amar al prójimo como a uno mismo.
A "solitario" lo separa de "solidario" un mero matiz fonético.
La ética: una tregua que nos concede la naturaleza (que nunca capitula).
En nuestros tiempos el artista que no quiere moralizar añade, por lo visto, un plus de honestidad a su obra. ¿Pero acaso se puede no moralizar?
El único mandamiento de la nueva ley: “¡Que seas autónomo, coño!”
¿Y no sera que somos, y salvese el que pueda, demasiado exigentes con nosotros mismos? ¿o demasiado exigentes con los ajenos? Ser o ser distintos... o algo parecido.
ResponderEliminarUn pesado dia me dejo llena de agujeros. La lectura llena de preguntas.
A "solitario" lo separa de "solidario" un mero matiz fonético.
ResponderEliminarMuy "camusiano"!
¡Pues sí que hay noveno malo! ¡Quién me lo iba a decir! ¿"Culpables" de qué? Sin apologizar lo que no lo necesita, "habitar el cuerpo" fue la consigna par excellence de Nietzsche. Y me sumo. Sólo soy en mi cuerpo: holismo total, y viva la redundancia, como esta otra: "¿Vd. forma una pareja de hecho con su mujer?" "De hechos..."
ResponderEliminarMe ha parecido estar oyendo una frase de Jose María Escrivá de Balaguer en aquellas jocosillas tertulias televisivas que recreó Boadella con acierto insuperable en "El retablo de las maravillas".
"Es mucho más fácil amar a la patria que al vecino del quinto. El sueño del patriota: una patria sin vecinos del quinto."
ResponderEliminarMe recuerda aquella otra formulación: Amo a la humanidad, lo que no soporto es la gente!