... no he podido reprimirme la vena lírica:
... mientras el caballo bebe
se oye un hermoso cantar:
"Dios nos libre, alazán mío,
de mal viento en alta mar
y de estos diseñadores
de farolas de ciudad".
Las musas que iban volando
se paraban a llorar.
He dicho
A los arquitectos nos gusta marcarnos un farol, don Goyo
ResponderEliminarTocho a tocho
Don Tocho, usted ya tiene noticias fidedignas del inmenso odio que le tengo, pero tras este viaje suyo a Etiopía lo que parecía imposible se ha hecho realidad: aún le odio más.
ResponderEliminar¿Esa cierto que los han llevado porteadores a hombros desde Awasa hasta Desé.
Durante una temporada el Jaume Msrzal y yo, tras descubrir que ya no ganaríamos nunca el tour de Francia(por el miedo que nos da pincharnos) decidimos aprender copto.
Pero no nos hemos puesto manos a la obra... aún.
"He cantado", sería lo propio. La poesía es música, no discurso.
ResponderEliminarHermosa plantilla, con todo, y enigmática.
Cantado pues, que en esto de la poesía usted es el maestro.
ResponderEliminarAh, Don Goyo, en nuestra bajada a Etiopía, éramos nosotros quienes llevábamos a los porteadores....
ResponderEliminarEn el reino de Saba el copto no es necesario; hablaban, y aún hablan Gee, es decir... griego clásico.
O cómo en un remoto paraje africano, defendido por abruptas gargantas y tupidas nubes de polvo, se ha conservado la lengua de Platón -para cantar alabanzas a Salomón, la reina de Saba, y el hijo de ambos, Menelic.
Tocho hecho polvo
Bajada: Katábasis.
ResponderEliminar¿Habrá algún dios griego rezagado por las gargantas etíopes? ¿Pan, quizás?