Cuando voy hablando sobre la escuela por esos mundos de Dios siempre hay alguien escandalizado porque, a su parecer, defiendo la escuela antigua. A veces son más directos y dicen que defiendo la escuela conservadora. Recuerdo una charla en la que un señor se levantó airado protestando que "¡Este tipo lo que quiere es que vuelvan los salesianos!".
¿Soy antiguo?
¡No me importa!
En todo caso ya tengo edad suficiente para merecerlo. Y desde mi arcaica visión del mundo quiero confesar mis pecados; porque, efectivamente, confieso mi profunda deuda de gratitud con mis maestros.
Siempre les estaré agradecido por hacerme escribir una redacción semanal, por devolvérmela al día siguiente corregida, por leer las mejores, en clase, por estimularnos a mejorar, por proponernos ejemplos, por ayudarnos a pensar en lo que escribíamos, por no conformarnos con entregar nada que estuviese por debajo de nuestras capacidades.
Siempre les estaré agradecido por todo lo que me animaban a leer. Gracias a ellos conocí a Salgari, a Mark Twain, a Verne, a Stevenson (aunque sólo fuese por La isla del tesoro les estaría siempre agradecido). A todos los leía con once y doce años., allá por los paleolíticos años sesenta del siglo pasado, años tan antiguos que por no haber no había ni pedagogos.
Siempre les estaré agradecido a mis maestros por descubrirme, a mi, un chaval de una familia muy humilde de un pequeño pueblecito agrícola, que sin ellos no hubiese tenido otro futuro que el del azadón, las maravillas de La conquista del oeste, El tercer hombre, Solo ante el peligro, Bailando bajo la lluvia, Ciudadano Kane, El evangelio según San Mateo, Pánico en las calles, etc, etc, etc. A ellos les debo en buena parte mi capacidad de ver.
Siempre les estaré agradecido por aquella carcundia de la nota de urbanidad; por empeñarse en educar mi carácter, por no dejarme arrastrar los pies, etc, etc.
Todo esto, por lo visto, es la educación tradicional, porque ahora unos señoritos que no tienen ni idea de la historia de la pedagogía, han decidido que todo lo que no esté dictado por ellos es caduco y que ahora hay que educar de otra manera, aunque el resultado de nuestra educación sea un 30% de niños que a los 12 años no saben leer. A veces pienso que en esta escuela moderna yo estaría entre ellos.
Lo reconozco, me eduqué en la escuela antigua, pero me duele tan poco el pecado que, miren ustedes, volvería a caer en él sin dudarlo.
¿Soy antiguo?
¡No me importa!
En todo caso ya tengo edad suficiente para merecerlo. Y desde mi arcaica visión del mundo quiero confesar mis pecados; porque, efectivamente, confieso mi profunda deuda de gratitud con mis maestros.
Siempre les estaré agradecido por hacerme escribir una redacción semanal, por devolvérmela al día siguiente corregida, por leer las mejores, en clase, por estimularnos a mejorar, por proponernos ejemplos, por ayudarnos a pensar en lo que escribíamos, por no conformarnos con entregar nada que estuviese por debajo de nuestras capacidades.
Siempre les estaré agradecido por todo lo que me animaban a leer. Gracias a ellos conocí a Salgari, a Mark Twain, a Verne, a Stevenson (aunque sólo fuese por La isla del tesoro les estaría siempre agradecido). A todos los leía con once y doce años., allá por los paleolíticos años sesenta del siglo pasado, años tan antiguos que por no haber no había ni pedagogos.
Siempre les estaré agradecido a mis maestros por descubrirme, a mi, un chaval de una familia muy humilde de un pequeño pueblecito agrícola, que sin ellos no hubiese tenido otro futuro que el del azadón, las maravillas de La conquista del oeste, El tercer hombre, Solo ante el peligro, Bailando bajo la lluvia, Ciudadano Kane, El evangelio según San Mateo, Pánico en las calles, etc, etc, etc. A ellos les debo en buena parte mi capacidad de ver.
Siempre les estaré agradecido por aquella carcundia de la nota de urbanidad; por empeñarse en educar mi carácter, por no dejarme arrastrar los pies, etc, etc.
Todo esto, por lo visto, es la educación tradicional, porque ahora unos señoritos que no tienen ni idea de la historia de la pedagogía, han decidido que todo lo que no esté dictado por ellos es caduco y que ahora hay que educar de otra manera, aunque el resultado de nuestra educación sea un 30% de niños que a los 12 años no saben leer. A veces pienso que en esta escuela moderna yo estaría entre ellos.
Lo reconozco, me eduqué en la escuela antigua, pero me duele tan poco el pecado que, miren ustedes, volvería a caer en él sin dudarlo.
Els mestres hi han de ser per a ensenyar, i si l'aprenentatge és sempre d'una manera o altra "dur", aleshores els mestres i l'escola han de ser capaços de mantenir aquesta rigidesa típica del mètode. Suposo que per a ser tous i protectors ja hi són els pares. Jo mai he tingut rigidesa en l'educació a l'escola, i el meu pare ho va intentar però ma mare no li ho va permetre... Ara ho estic pagant, perquè si els pals de la disciplina no es reben abans d'una manera més o menys "ordenada" (com hauria de fer l'educació), després quan comencen a venir fan més mal. Segurament és perquè com més grans ens fem més ens costa aprendre (i ja no diguem aprende a aprendre!!)
ResponderEliminarOlé. Yo estaría fracasando seguro.
ResponderEliminarLo he dicho otras veces, però ya es inevitable repetirse: Alguien (un escritor español, ¿Ortega?) dijo que la patria está allí dónde se ha cursado el bachillerato. Estoy totalmente, profundamente, de acuerdo. El bachillerato antiguo y conservador, claro.
Supongo que ud también era un buen alumno, y que pese a la humildad de su hogar, no es incompatible con una buena educación, ya que como muy bien sabe ud, que por muy buenos sean los profesores, si en casa no les enseñan a respetarlos, como es el caso actual, mal lo tienen.
ResponderEliminarYo ne le encuentro antiguo, creo que ud sabe escoger lo mejor de cada tiempo, pero no se preocupe, siempre habra un listillo, que sin argumentos pretende acaparar la atención.
Rubén: NO, no era buen alumno. Se lo aseguro.
ResponderEliminarLola: La idea de progreso se avergüenza de sí mismo en cualquier ámbito que no sea el pedagógico. No conozco discurso más ideologizado y más blindado contra los hechos. La pedagogía se ha rendido a la psicología, olvidando su propia historia. Lo peor es que para hacerlo ha renunciado también a toda antropología.
ResponderEliminarSe creen muy modernos, los pedagogos a la violeta... y en realidad están repitiendo a Fichte. Pero su engreída ignorancia les impide darse cuenta de ello.
Está en los principios de la propaganda de Goebbels: la descalificación sistemática. De tan deplorable modo, te llaman anticuado, supongo que por respeto o temor: cuando te lo pierdan serás un facha de mierda, y por tanto digno de ser gaseado.
ResponderEliminarEl "Marketing social" les ha funcionado y de ese modo degradando el sistema educativo, han degradado a las personas a la mera condición de proletarios o ciudadanos o cualquier cosa: no sólo son objetualizados, sino que además defienden eso y están encantados de ello. Y a ello contribuye el sistema educativo, desde la base: porque la maestra de escuela hoy día es algo deplorable, una absoluta carencia de lo más mínimo, si entramos en la universidad ya es para llorar: pero la demagogia de la correción política la dominan y eso y nada más es lo que les da el puesto.
La base del sistema es la educación, rompes la base y haces lo que te de la gana.
Pero ninguno de estos sabrá diferenciarte educación de domesticación.
Tiempos recios Luri, donde malo es si hablas y malo es si callas: lo dijo Luis Vives.
Efrem: El bon mestre és aquell a qui recordes tota la vida amb agraïment. Els altres els recordem con anècdotes biogràfiques. El bon mestre va estimar el que podien arribar a ser; els altres veien solament el que ja havíem arribat a ser.
ResponderEliminarIgnacio: Le remito a usted a esta entrevista
ResponderEliminarPero también he tenido bons mestres en esta escuela moderna que recordaré con nombres y apellidos toda mi vida y que ponían las virtudes de la psicología y de una pedagogía inteligentemente adaptada a nuestra falta de antención al servicio de una enseñanza exigente. Conseguían con ello que no desconectáramos ni un minuto de su discurso y que sus alumnos recordemos aún hoy partes enteras de sus clases. Pero el buen uso de lo que ha aportado la pedagogía moderna pasa en primer lugar por una formación más completa de los profesores, seguramente distinta a la que reciben hoy en día. Supongo que la optimización de una parte de los métodos utilizados en las aulas en los últimos años no debería estar reñida con la revalorización del esfuerzo y con el "fomento de la virtud", temas en los que coincido con usted.
ResponderEliminarOtra cuestión que siempre me ha parecido interesante y útil (y que descubrí con estos profesores de los que hablaba) es la de potenciar la colaboración entre los profesores y la complementariedad entre las diferentes materias. El discurso del profesor (pongamos de literatura) que conoce lo que está dando otro (pongamos de historia) no es autónomo, se genera a partir de una base ya dada y resulta así mucho más eficaz. ¿No le parece que habría que dar un paso en ese sentido, especialmente en los institutos?
Bellerofonte: Totalmente de acuerdo. A mi realmente lo que me parece insultante es que haya algunos que crean que el buen maestro es una cosa de hoy y que solamente puede ser bueno si comulga con ciertas metodologías.
ResponderEliminarEl bien maestro ha existido siempre y ha sido él su propio método.
El buen maestro es aquel que consigue dotar de dignidad todo lo que hace y transmite ese sentimiento a sus alumnos.
Supongo que el fundamento de la libertad de cátedra es algo en apariencia tan irrisorio como el "cada maestrillo su librillo", pero esa declaración de libertad pone el acento donde se debe, en la responsabilidad de cada profesor, no en la totalidad del sistema, como si este pudiera aplicarse mecánicamente. Yo no tuve tu suerte, Gregorio, por los mismos años entraba y salía de las clases de recuperación de lengua y toda la literatura que conocí fueron resúmenes biográficos de dos líneas y listas de títulos, por eso ahora valoro sobre todas las cosas poder enseñar a mis alumnos a leer y escribir, sin más, diga lo que digan los programas, y esten en el curso que estén, desde 1º de ESO hasta 2º de bachillerato: sin esa base, levantan a su alrededor las elásticas alambradas del campo de la necedad. ¿Conoces el método de enseñanza de la redacción de Luis Alonso Schökel, el traductor de la Nueva Biblia Española: "La formación del estilo"? Está indicado para ese bachillerato "antiguo" del que hablas, pero hoy cualquier profesor que le echara un vistazo diria que ese método sólo es aplicable en 4º de carrera universitaria...
ResponderEliminarLo peor de la alienacion ideológica, lo digo por tus detractores, es que no suele curarse con el tiempo, como si ocurre con casi todo lo demás.
De toda mi etapa educativa no puedo destacar en demasía a ningún maestro o profesor. En general eran bastante buenos. La cosa cambió en la universidad, donde la mayoría prestaban más atención a sus cosas (investigaciones, proyectos, doctorados...) que a la preparación de las clases, sobre todo a medida que iba superando cursos.
ResponderEliminarDe la época preuniversitaria, sólo destacaría a mi profesora de Historia de 1º de BUP y de Geoeconomía en 2º de BUP. Mayor y catedrática de instituto (creo que era la única). Recuerdo que una vez nos comentó que había sido alumna de Manuel Fraga.
La peor, la de física y química de 2º de BUP.
En cualquier caso, ninguno de ellos me marcó.
Sólo recuerdo la conversación que tuve con algunos profesores tras el primer trimestre de 2º de BUP, al comentar con ellos, extrañado, el elevado número de suspensos de los de 1º en comparación con el año pasado, más del doble en media. Los profesores eran los mismos, sólo habían cambiado los alumnos.
Sí senyor! Visquen les redaccions, dictats i resums de llibres setmanals que posaven els mestres. I visquen molt més les mares, com la meva, que ens feia seure a la taula de la cuina i no ens posava el sopar al davant fins que no ens havia corregit les redaccions, i, fins i tot, s'esperava que acabèssim de llegir el capítol del llibre que tocava aquella setmana i ens en feia deu línies de dictat (del mateix llibre)!!
ResponderEliminarJo n'estic desconnectada i no sé què passa ara als coles i anb els nens a casa, però allò d'abans sí que era treball de profit.
Igual en la escuela acaba pasando lo que en otros sitios.
ResponderEliminarhttp://www.theonion.com/articles/gaypride-parade-sets-mainstream-acceptance-of-gays%2C351/
UNIVERSIDAD
ResponderEliminarLos estudiantes podrán acabar la carrera aunque tengan una asignatura suspendida
http://www.heraldo.es/noticias/aragon/los_estudiantes_podran_acabar_carrera_aunque_tengan_una_asignatura_suspendida.html
Mr. K.: Habrá quien no se lo crea, pero acaba de describir usted lo que pasa hoy mismo en Finlandia.
ResponderEliminarClaudio: Hay cosas de las que no hablo si no es en presencia de mi abogado.
ResponderEliminarAna: Una d els características de nuestro sistema educativo es que cualquier noticia, sea la que sea, relacionada en educación, parece verosímil.
ResponderEliminarBueno, bueno, no le falta razón pero antiguamente aguanté también muchos rollos.
ResponderEliminarJulia: Dios me libre de creer que todo lo pasado fue mejor. Había, efectivamente, más de un inepto. Simplemente me subleva que algunos crean que antes que ellos sólo existió el desierto pedagógico.
ResponderEliminarUd. no es antiguo, ud. es inteligente y valiente. Como han dicho más arriba, tiene la capacidad para reconocer lo que no funciona y hacer propuestas de mejora. Estos pedagogos tan progresistas no tienen ni idea de qué hacer ahora, vistos los resultados de una educación light. Aún siguen con el mismo discurso y piensan que el problema es que su sistema no se ha podido implantar plenamente por las reticencias al cambio.
ResponderEliminarLo que sí pienso es que fuera del mundo de la educación, se tiene muy claro qué es importante enseñar (valor esfuerzo, cultura, disciplina). Porque me parece que viven más en el mundo real. Es en el mundo educativo donde está el problema.
Yo no tuve su suerte y no puedo destacar ningún maestro especialmente, bastante mediocres en general. Tanto en la escuela como la universidad
No fueron ellos, don Gregorio. Con la invención del tractor, sobraban azadones.
ResponderEliminarNi ustedes, claro.
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