El artículo del The Economist es directamente estúpido y malintencionado. Cómo puede comparar las salchichas germanas con una corrida de toros?
Es curioso cómo esta publicación cada vez que escribe sobre temas catalanes muestra una desinformación alarmante. Eso me hace dudar de la credibilidad de las demás informaciones...
Lo que sorprende es la alarmante falta de pluralidad que se respira en este país, que, antes de serlo de verdad, ya tiene exiliados ilustres, como Boadella. ¡Qué desgracia histórica, la de a quienes nos ha tocado vivir dos Movimientos Nacionales, uno a continuación del otro! Ya es pena, ya, que el ideario catalanista se resuma en dos consignas tan inspiradas como éstas: "Una,grande y libre" y "Todo por la patria". Individualmente no puedo quejarme, porque la condición de marginado social -o como dicen los soberanistas histéricos: "anomalía histórica"- me parece bastante más decente que la de paniaguado oficialista.
Fornmaire: Yo, sin embargo, creo que el articulista sabe muy bien lo que hace. La comparación puede ser sesgada, peor no me parece estúpida. The Economist, por otra parte, tiene un prestigio internacional indudable.
f o r m a i r e: el único medio internacional que proporciona información medianamente acurada sobre esta quasi-entidad geográfica que es España es el WSWS (http://wsws.org) del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. El único punto cuestionable es que insisten en calificar a IU y IC/V de "estalinistas".
Susana: Hombre... creo que estarás de acuerdo en que el barómetro dice cosas muy interesantes. Por otra parte lo que publique la prensa internacional sobre Cataluña es una futesa nada desdeñable, estemos o no de acuerdo con lo que diga.
El artículo del Economist me parece, contrariamente a lo que se dice por aquí, bastante lúcido y escrito por alguien que conoce muy bien el tema que trata.
Una amiga meva deia ja fa anys que són més d'esquerres les dretes d'aquí que les esquerres 'd'allà'. Pel que fa a les esquerres 'd'aquí' tenen un garbuix mental tan complex que ja no se sap que són. En aquest context el mal menor convergent és una solució de compromís.
Júlia: Vivim en un país en el que és gairebé impossible trobar algú que es declari obertament i sense complexos de dretes. Hi trobo una altra característica: hi ha una descompensació notable entre la gent que s'estima Catalunya i la que s'estima els catalans, a favor dels estimadors incondicionals de Cat6alunya, és clar. Ja ho deia Pujols: "Visca Catalunya, morin els catalans". I, ja posats, encara hi afegiré una altra: Vivim en un país en el que els polítics es passen el dia sorprenent-se de les conseqüències imprevistes de les seves benintencionades decisions.
Hay muchos medios que viven de su prestigio adquirido con los años, y se duermen en los laureles de lo acumulado. Creo que los últimos artículos del The Economist hablando sobre Cataluña tienen algo del quien habla con superioridad, sabiéndose en una publicación prestigiosa. Estan llenos de tópicos, lugares comunes y marcos prefabricados. Pero claro, cómo están escritos en inglés por una prestigiosa publicación, van a misa.
Respecto al comentario del sr Poz, yo tampoco me identifico para nada en este país que describe. El país que conocí en los 80 se ha enriquecido con personas venidas de todo el mundo, de todos los niveles culturales posibles, y que se han instalado felizmente en los que algunos les gusta llamar gulag. Catalunya es muchísimo más plural que muchas zonas que nos tildan de aldeanos y provincianos. Sólo por poner un ejemplo de mi profesión, casi el 10% de los arquitectos colegiados en el Col·legi d'Arquitectes provienen de otros países, y son parte activa de la institución.
Tengo mucho respeto por Boadella, es uno de los autores que más me gustan, pero no por ser un intelectual, al igual que las publicaciones prestigiosas, todas sus palabras y acciones son atinadas.
(una amiga israelí me cuenta que cuando está en Israel es una ciudadana, y cuando viaja al extranjero la hacen sentir judía, a mi me pasa algo parecido con mi catalanidad)
Formaire: Bien venido sea el link. Te lo agradezco. Permíteme en todo caso un pequeño inciso: En Cataluña hubo mucha pasión taurina, pasión que como todos sabemos bien se iba apagando lentamente. De hecho el acto de "ir a los toros" había desaparecido completamente. Creo que hubiera sido políticamente mucho más inteligente dejar morir a la afición de muerte natural.
Sí que está bien este artículo! Gregorio, de acuerdo, pero el hombre X tiene antecedentes y me parece sensacionalista y poco objetivo. ¿por qué no explica que el Parlamento catalán rechazó tomar en consideración la posibilidad de prohibir el burka? O que la decisión ha nacido de una iniciativa popular con libertad de voto de los parlamentarios?Me gustaría que la prensa fuera más objetiva y rigurosa.
Es la primera vez que escucho sobre esta diferencia entre quien ama Cataluña y quien ama a los catalanes. ¿Se está refiriendo dentro de Cataluña ? yo no lo percibo así, eh.. Si un 80- 90% de la gente se siente al menos catalana y catalana o española, ¿uno, sintiéndose catalán, no se quiere a sí mismo? Bueno ya me lo explicará un día mejor.
Bueno Gregorio, corto y sigo, que me voy de vacaciones unos días y necesito un descanso mental que me está haciendo cavilar demasiado. Cuídese y que disfrute mucho del mar etc.. ! y aunque no lo comparto, lo siento por los toros.Un abrazo
Mi abuelo y mi madre vieron repetidas veces a Chamaco entre otros toreros. Pero esta tradición taurina (soy catalán de socarrel) se ha desvanecido en mi familia por el camino y no he visto una corrida en mi vida.
Si lees mi última entrada en el blog verás que estoy en contra de las prohibiciones cómo única alternativa. Pero periodistas cómo los de The Economist, me imagino que sentado en su oficina de la capital, ha escrito por referencias en lugar de preguntarse el porqué ha pasado lo qué ha pasado en Catalunya. Mi caso podría servirle de ejemplo, con un abuelo taurino, y una madre con tardes de toros en la Monumental, y un servidor indiferente. Otras pasiones familiares cómo la cocina, la música, la lectura o los viajes si que me han llegado frescas y renovadas Quizás se ha hecho algo mal en el mundo taurino? El jueves había un magnífico artículo de opinión en El País (no recuerdo de quién) dónde reflexionaba que el peor enemigo de la tauromaquia han sido los que la hacen posible, engañando al público con sus falsedades.
Quizás mi madre y mi abuelo se cansaron de todo esto, y a mi ni tan siquiera me ha llegado.
Quizás la siguiente víctima será la mal llamada prensa de calidad, con sus periodistas de cartón.
Una gota detás de otra puede derribar a un edificio entero.
Susana: Bienvenidas sean las discrepancias. No me gustaría nada vivir en un lugar en el que todos pensaran como yo. Ni me gustaría nada, tampoco, pasar toda la vida pensando lo mismo. Un abrazo y felices vacaciones.
“El día de Sant Jaume/ de l´any trenta-cinc/va haver-hi bullanga/ dintre del Torin./ Van sortir sis toros/ que van ser dolents/ Aixó va ser causa/ de cremar els convents”
Quan estava escrivint el guió d'una història de Barcelonina en còmic que va editar en el seu moment (1992) Grijalbo, em vaig trobar amb molta informació de l'afició taurina barcelonina i aquesta cançó se'm va quedar gravada. El llibre va sortir en quatre llengües. En el post vaig triar la versió castellana. Gràcies.
De 1914 a 1923, en Barcelona había tres plazas de toros en activo, única ciudad de España con tres plazas. He leído, pero no he podido confirmar, que la plaza de toros más antigua de España era la de Olot. Ignoro si todavía existe. Vic también tenía una plaza. Quizás el carlismo tenga algo que ver con esto.
El Torín-La Barceloneta (25JUL1834-23SEP1923), aforo: 12.000, demolida en 1946; Las Arenas (29JUN1900), aforo: 14.893; El Sport/La Monumental (1914), aforo: 19.582.
En el ABC del 31AGO03, Antonio Santainés Cirés escribió un interesante y documentado artículo sobre El Torín: La plaza de toros de la Barceloneta.
Dicho esto, estoy básicamente de acuerdo con lo que dice NickFormaire en su último post. Los tiempos, y las aficiones, cambian. Todos los nacionalismos necesitan crear una imaginería arcádica y feliz pero pretender negar la afición taurina de Cataluña es falso y manipulador. El debate sobre la crueldad de las corridas es tan antiguo como la misma fiesta.
"El debate sobre la crueldad de las corridas es tan antiguo como la misma fiesta." Y es un debate que se da desde siempre en Sevilla/Andalucía, Madrid/Castilla, etc., no sólo en Barcelona/Cataluña.
Una de las ideas base del nacionalismo catalán (catalanes sofisticados y europeos vs. españoles garrulos y africanos) era y es falsa. Hoy el nacionalismo catalán rezuma supremacismo, cuando no outright racismo. Y es recurrente: Dr. Robert, Josep Dencás durante la Guerra Civil y más. De Sabino Arana(con calle en Barcelona), nazi avant la lettre, ni hablemos.
NickFormaire:
"Quizás la siguiente víctima será la mal llamada prensa de calidad, con sus periodistas de cartón." Me temo que el quizás sobra.
Para los iluminados y salvapatrias que nos gobiernan en Cataluña y que, con otras siglas, posiblemente nos gobiernen después de las próximas elecciones, eso sí más pragmáticos, la siguiente víctima en el terreno cultural es el flamenco, esa música "española", no obstante Carmen Amaya, Mayte Martín, Miguel Poveda, Juan Manuel Cañizares y un largo etcétera. El conseller Huguet ya ha dicho que es inadmisible que en las Ramblas se vendan muñecas flamencas y de toros, que lo que hay que vender es artesanía genuínamente... catalana, of course. Es lo que tiene querer crear en el S.XXI ideas y conceptos del S.XIX.
El objetivo último, subconsciente, latente, es lo que llamo el síndrome del lobo de Caperucita: para comerte mejor.
Yo soy escéptico ante la prohibición de los toros y, en una votación similar, seguramente me habría abstenido. Pero encuentro falaces la mayoría de los argumentos de los contrarios a la prohibición (los de los partidarios me parecen poco convincentes, pero no falaces).
Por ejemplo: últimamente la gente grita en Internet que los catalanes han votado contra los toros porque no los reconocen como una tradición propia. Recomiendo a todos los que creen esto que lean o escuchen las intervenciones de los políticos partidarios de la prohibición. Todos reconocen que los toros tienen una larga tradición en Cataluña. Pero la tradición, por sí sola, no es un argumento. Sí lo puede ser, en cambio, la sensibilidad.
Hace un par de días, por ejemplo, el señor Luri hablaba de la sensibilidad europea en relación con la pena de muerte. Es innegable que la sensibilidad catalana respecto a las corridas ha cambiado profundamente en los últimos cincuenta años. En las encuestas a la población catalana, el porcentaje de rechazo a los toros es similar al porcentaje de rechazo a la pena de muerte. Si la sensibilidad respecto a esta última es un argumento suficiente para abolirla, ¿por qué no lo es en el caso de las corridas? En el caso de las luchas de gallos, prohibidas en toda la península y en la mayor parte de Europa (pero no en Canarias), la sensibilidad es un argumento suficiente para la mayoría. En cambio, es evidente que, en algunos pueblos catalanes, la gente tiene una sensibilidad muy diferente respecto a otros espectáculos, igualmente crueles, en los que intervienen toros. En este caso, la prohibición habría sido posible, pero habría provocado un rechazo muy superior al actual. Como decía Goethe, algunas veces hay que preferir una injusticia a un desorden.
Repito: yo no soy partidario de la prohibición, pero puedo entender este argumento. No tiene nada que ver con el supremacismo. Toda sociedad tiene derecho a regular sus espectáculos (la pena de muerte, naturalmente, también era en primer lugar un espectáculo).
Otra cosa es que consideremos que los catalanes no tienen derecho a prohibir nada que no quiera prohibir también el conjunto de los españoles. En este caso, estaríamos hablando de otra cosa. Que parece que es lo que realmente divierte a algunos.
Porque, si quieren discutir sobre prohibiciones por motivos nacionales, podemos hablar, por ejemplo, del veto español a las selecciones deportivas catalanas. Aquí, naturalmente, la posición española sólo solo se debe a la voluntad de defender los derechos de los animales, supongo.
Me sigue pareciendo que es una decisión política equivocada. Estoy totalmente de acuerdo en que las corridas de toros, como espectáculo, estaban en una situación moribunda en Catalunya. Se ha considerado moralmente digno anticipar políticamente su muerte. Nada que objetar a la legitimidad de la decisión. Pero me parece, como mínimo, poco sensata. Y de ahí nace la cuestión, a mi modo de ver, más interesante: ¿A qué se debe esta urgencia moral (que entiendo como un deseo de alejar de nosotros la imagen de un espectáculo que sin ningún género de dudas merece el apelativo de terrible)? Es en el intento de articular una respuesta a esta pregunta donde encuentro una moralidad digamos que a lo ZP en Cataluña. Recuerdo cuando Pujol, al comienzo de la discusión maragalliana sobre el Estatut, advertía contra el peligro de un autogol. Vista la sentencia del constitucional, yo creo que efectivamente esto es lo que (más allá de las culpas y responsabilidades de cada cual) objetivamente ha sucedido. Y me parece que la política catalana se está aficionando al autogol.
Me parece evidente que la pulsión emocional catalanista como casi única perspectiva política ha achicado los espacios representativos de tal manera que se me vuelve muy difícil considerar esta versión patriótica de la democracia lo más aceptable como cauce de intervención pública. Vivimos en un vodevil con permanentes entradas y salidas, por puertas y ventanas, en el que pocas cosas son claras para ninguno de los personajes, y todos ellos tienen muchas cosas que esconder. Dicho de otro modo, cuando Montilla se levante el 25-0, si son ese día las elecciones, muy probablemente se tire cuatro años dándole vueltas a lo que, de pura obviedad, ni siquiera se le ocurrirá. Del mismo modo que Mas aún no se explica cómo, tras las mafiosas relaciones con Millet, sigue subiendo en las encuestas; o cómo es posible, se preguntarán en Esquerra, que sus desvelos nacionales les deparen el golpe bajo de un castigo que les llevará otra legislatura tratar de entender. Eso sí, que la realidad abstencionista pase de ellos y de sus juguetes cómicos les parecerá una muestra inequívoca de la necesiad de "potenciar" el proyecto nacional. O sea, que yo ya me voy preparando -ensayando carcajadas ando...- para el chorreo que me espera... Boadella, cuendo vivía en Osona, decía que en su demarcación electoral sólo había un voto para UCD, el suyo. Entonces me pareció una "boutade". Hoy, lo tengo por visionario.
El artículo del The Economist es directamente estúpido y malintencionado. Cómo puede comparar las salchichas germanas con una corrida de toros?
ResponderEliminarEs curioso cómo esta publicación cada vez que escribe sobre temas catalanes muestra una desinformación alarmante. Eso me hace dudar de la credibilidad de las demás informaciones...
Lo que sorprende es la alarmante falta de pluralidad que se respira en este país, que, antes de serlo de verdad, ya tiene exiliados ilustres, como Boadella. ¡Qué desgracia histórica, la de a quienes nos ha tocado vivir dos Movimientos Nacionales, uno a continuación del otro! Ya es pena, ya, que el ideario catalanista se resuma en dos consignas tan inspiradas como éstas: "Una,grande y libre" y "Todo por la patria". Individualmente no puedo quejarme, porque la condición de marginado social -o como dicen los soberanistas histéricos: "anomalía histórica"- me parece bastante más decente que la de paniaguado oficialista.
ResponderEliminareso son estos titulares:futesas
ResponderEliminarFornmaire: Yo, sin embargo, creo que el articulista sabe muy bien lo que hace. La comparación puede ser sesgada, peor no me parece estúpida. The Economist, por otra parte, tiene un prestigio internacional indudable.
ResponderEliminarf o r m a i r e: el único medio internacional que proporciona información medianamente acurada sobre esta quasi-entidad geográfica que es España es el WSWS (http://wsws.org) del Comité Internacional de la Cuarta Internacional. El único punto cuestionable es que insisten en calificar a IU y IC/V de "estalinistas".
ResponderEliminarJuan: Lo único que puedo decirte es que yo no me reconozco a mí mismo como habitante de esa Cataluña que describes.
ResponderEliminarSusana: Hombre... creo que estarás de acuerdo en que el barómetro dice cosas muy interesantes.
ResponderEliminarPor otra parte lo que publique la prensa internacional sobre Cataluña es una futesa nada desdeñable, estemos o no de acuerdo con lo que diga.
El artículo del Economist me parece, contrariamente a lo que se dice por aquí, bastante lúcido y escrito por alguien que conoce muy bien el tema que trata.
ResponderEliminarUna amiga meva deia ja fa anys que són més d'esquerres les dretes d'aquí que les esquerres 'd'allà'. Pel que fa a les esquerres 'd'aquí' tenen un garbuix mental tan complex que ja no se sap que són. En aquest context el mal menor convergent és una solució de compromís.
ResponderEliminarJúlia: Vivim en un país en el que és gairebé impossible trobar algú que es declari obertament i sense complexos de dretes. Hi trobo una altra característica: hi ha una descompensació notable entre la gent que s'estima Catalunya i la que s'estima els catalans, a favor dels estimadors incondicionals de Cat6alunya, és clar. Ja ho deia Pujols: "Visca Catalunya, morin els catalans". I, ja posats, encara hi afegiré una altra: Vivim en un país en el que els polítics es passen el dia sorprenent-se de les conseqüències imprevistes de les seves benintencionades decisions.
ResponderEliminarHay muchos medios que viven de su prestigio adquirido con los años, y se duermen en los laureles de lo acumulado. Creo que los últimos artículos del The Economist hablando sobre Cataluña tienen algo del quien habla con superioridad, sabiéndose en una publicación prestigiosa. Estan llenos de tópicos, lugares comunes y marcos prefabricados. Pero claro, cómo están escritos en inglés por una prestigiosa publicación, van a misa.
ResponderEliminarRespecto al comentario del sr Poz, yo tampoco me identifico para nada en este país que describe. El país que conocí en los 80 se ha enriquecido con personas venidas de todo el mundo, de todos los niveles culturales posibles, y que se han instalado felizmente en los que algunos les gusta llamar gulag. Catalunya es muchísimo más plural que muchas zonas que nos tildan de aldeanos y provincianos. Sólo por poner un ejemplo de mi profesión, casi el 10% de los arquitectos colegiados en el Col·legi d'Arquitectes provienen de otros países, y son parte activa de la institución.
Tengo mucho respeto por Boadella, es uno de los autores que más me gustan, pero no por ser un intelectual, al igual que las publicaciones prestigiosas, todas sus palabras y acciones son atinadas.
(una amiga israelí me cuenta que cuando está en Israel es una ciudadana, y cuando viaja al extranjero la hacen sentir judía, a mi me pasa algo parecido con mi catalanidad)
Acabo de leer en The Guardian este magnífico artículo sobre Catalunya del escritor Colm Tóibín.
ResponderEliminarhttp://www.guardian.co.uk/world/2010/jul/31/bullfighting-ban-is-sweet-revenge-for-catalonia
Cuanta distancia con el periodista del The Economist!
Formaire: Bien venido sea el link. Te lo agradezco.
ResponderEliminarPermíteme en todo caso un pequeño inciso: En Cataluña hubo mucha pasión taurina, pasión que como todos sabemos bien se iba apagando lentamente. De hecho el acto de "ir a los toros" había desaparecido completamente. Creo que hubiera sido políticamente mucho más inteligente dejar morir a la afición de muerte natural.
Sí que está bien este artículo!
ResponderEliminarGregorio, de acuerdo, pero el hombre X tiene antecedentes y me parece sensacionalista y poco objetivo. ¿por qué no explica que el Parlamento catalán rechazó tomar en consideración la posibilidad de prohibir el burka? O que la decisión ha nacido de una iniciativa popular con libertad de voto de los parlamentarios?Me gustaría que la prensa fuera más objetiva y rigurosa.
Es la primera vez que escucho sobre esta diferencia entre quien ama Cataluña y quien ama a los catalanes. ¿Se está refiriendo dentro de Cataluña ? yo no lo percibo así, eh.. Si un 80- 90% de la gente se siente al menos catalana y catalana o española, ¿uno, sintiéndose catalán, no se quiere a sí mismo? Bueno ya me lo explicará un día mejor.
Bueno Gregorio, corto y sigo, que me voy de vacaciones unos días y necesito un descanso mental que me está haciendo cavilar demasiado. Cuídese y que disfrute mucho del mar etc.. ! y aunque no lo comparto, lo siento por los toros.Un abrazo
Mi abuelo y mi madre vieron repetidas veces a Chamaco entre otros toreros. Pero esta tradición taurina (soy catalán de socarrel) se ha desvanecido en mi familia por el camino y no he visto una corrida en mi vida.
ResponderEliminarSi lees mi última entrada en el blog verás que estoy en contra de las prohibiciones cómo única alternativa. Pero periodistas cómo los de The Economist, me imagino que sentado en su oficina de la capital, ha escrito por referencias en lugar de preguntarse el porqué ha pasado lo qué ha pasado en Catalunya. Mi caso podría servirle de ejemplo, con un abuelo taurino, y una madre con tardes de toros en la Monumental, y un servidor indiferente. Otras pasiones familiares cómo la cocina, la música, la lectura o los viajes si que me han llegado frescas y renovadas Quizás se ha hecho algo mal en el mundo taurino? El jueves había un magnífico artículo de opinión en El País (no recuerdo de quién) dónde reflexionaba que el peor enemigo de la tauromaquia han sido los que la hacen posible, engañando al público con sus falsedades.
Quizás mi madre y mi abuelo se cansaron de todo esto, y a mi ni tan siquiera me ha llegado.
Quizás la siguiente víctima será la mal llamada prensa de calidad, con sus periodistas de cartón.
Una gota detás de otra puede derribar a un edificio entero.
Susana: Bienvenidas sean las discrepancias. No me gustaría nada vivir en un lugar en el que todos pensaran como yo. Ni me gustaría nada, tampoco, pasar toda la vida pensando lo mismo.
ResponderEliminarUn abrazo y felices vacaciones.
Formaire: Es un placer disentir con usted. Hago mías sus preguntas.
ResponderEliminarBarcelona, 1835:
ResponderEliminar“El día de Sant Jaume/ de l´any trenta-cinc/va haver-hi bullanga/ dintre del Torin./ Van sortir sis toros/ que van ser dolents/ Aixó va ser causa/ de cremar els convents”
Quan estava escrivint el guió d'una història de Barcelonina en còmic que va editar en el seu moment (1992) Grijalbo, em vaig trobar amb molta informació de l'afició taurina barcelonina i aquesta cançó se'm va quedar gravada. El llibre va sortir en quatre llengües. En el post vaig triar la versió castellana.
ResponderEliminarGràcies.
For the record:
ResponderEliminarDe 1914 a 1923, en Barcelona había tres plazas de toros en activo, única ciudad de España con tres plazas. He leído, pero no he podido confirmar, que la plaza de toros más antigua de España era la de Olot. Ignoro si todavía existe. Vic también tenía una plaza. Quizás el carlismo tenga algo que ver con esto.
El Torín-La Barceloneta (25JUL1834-23SEP1923), aforo: 12.000, demolida en 1946; Las Arenas (29JUN1900), aforo: 14.893; El Sport/La Monumental (1914), aforo: 19.582.
En el ABC del 31AGO03, Antonio Santainés Cirés escribió un interesante y documentado artículo sobre El Torín: La plaza de toros de la Barceloneta.
Dicho esto, estoy básicamente de acuerdo con lo que dice NickFormaire en su último post. Los tiempos, y las aficiones, cambian. Todos los nacionalismos necesitan crear una imaginería arcádica y feliz pero pretender negar la afición taurina de Cataluña es falso y manipulador. El debate sobre la crueldad de las corridas es tan antiguo como la misma fiesta.
Felicidades por su blog, Sr. Luri.
Addenda:
ResponderEliminar"El debate sobre la crueldad de las corridas es tan antiguo como la misma fiesta." Y es un debate que se da desde siempre en Sevilla/Andalucía, Madrid/Castilla, etc., no sólo en Barcelona/Cataluña.
Una de las ideas base del nacionalismo catalán (catalanes sofisticados y europeos vs. españoles garrulos y africanos) era y es falsa. Hoy el nacionalismo catalán rezuma supremacismo, cuando no outright racismo. Y es recurrente: Dr. Robert, Josep Dencás durante la Guerra Civil y más. De Sabino Arana(con calle en Barcelona), nazi avant la lettre, ni hablemos.
NickFormaire:
"Quizás la siguiente víctima será la mal llamada prensa de calidad, con sus periodistas de cartón." Me temo que el quizás sobra.
Para los iluminados y salvapatrias que nos gobiernan en Cataluña y que, con otras siglas, posiblemente nos gobiernen después de las próximas elecciones, eso sí más pragmáticos, la siguiente víctima en el terreno cultural es el flamenco, esa música "española", no obstante Carmen Amaya, Mayte Martín, Miguel Poveda, Juan Manuel Cañizares y un largo etcétera. El conseller Huguet ya ha dicho que es inadmisible que en las Ramblas se vendan muñecas flamencas y de toros, que lo que hay que vender es artesanía genuínamente... catalana, of course. Es lo que tiene querer crear en el S.XXI ideas y conceptos del S.XIX.
El objetivo último, subconsciente, latente, es lo que llamo el síndrome del lobo de Caperucita: para comerte mejor.
Perdonen la parrafada. Buenas noches.
Yo soy escéptico ante la prohibición de los toros y, en una votación similar, seguramente me habría abstenido. Pero encuentro falaces la mayoría de los argumentos de los contrarios a la prohibición (los de los partidarios me parecen poco convincentes, pero no falaces).
ResponderEliminarPor ejemplo: últimamente la gente grita en Internet que los catalanes han votado contra los toros porque no los reconocen como una tradición propia. Recomiendo a todos los que creen esto que lean o escuchen las intervenciones de los políticos partidarios de la prohibición. Todos reconocen que los toros tienen una larga tradición en Cataluña. Pero la tradición, por sí sola, no es un argumento. Sí lo puede ser, en cambio, la sensibilidad.
Hace un par de días, por ejemplo, el señor Luri hablaba de la sensibilidad europea en relación con la pena de muerte. Es innegable que la sensibilidad catalana respecto a las corridas ha cambiado profundamente en los últimos cincuenta años. En las encuestas a la población catalana, el porcentaje de rechazo a los toros es similar al porcentaje de rechazo a la pena de muerte. Si la sensibilidad respecto a esta última es un argumento suficiente para abolirla, ¿por qué no lo es en el caso de las corridas? En el caso de las luchas de gallos, prohibidas en toda la península y en la mayor parte de Europa (pero no en Canarias), la sensibilidad es un argumento suficiente para la mayoría. En cambio, es evidente que, en algunos pueblos catalanes, la gente tiene una sensibilidad muy diferente respecto a otros espectáculos, igualmente crueles, en los que intervienen toros. En este caso, la prohibición habría sido posible, pero habría provocado un rechazo muy superior al actual. Como decía Goethe, algunas veces hay que preferir una injusticia a un desorden.
Repito: yo no soy partidario de la prohibición, pero puedo entender este argumento. No tiene nada que ver con el supremacismo. Toda sociedad tiene derecho a regular sus espectáculos (la pena de muerte, naturalmente, también era en primer lugar un espectáculo).
Otra cosa es que consideremos que los catalanes no tienen derecho a prohibir nada que no quiera prohibir también el conjunto de los españoles. En este caso, estaríamos hablando de otra cosa. Que parece que es lo que realmente divierte a algunos.
Porque, si quieren discutir sobre prohibiciones por motivos nacionales, podemos hablar, por ejemplo, del veto español a las selecciones deportivas catalanas. Aquí, naturalmente, la posición española sólo solo se debe a la voluntad de defender los derechos de los animales, supongo.
Me sigue pareciendo que es una decisión política equivocada. Estoy totalmente de acuerdo en que las corridas de toros, como espectáculo, estaban en una situación moribunda en Catalunya.
ResponderEliminarSe ha considerado moralmente digno anticipar políticamente su muerte. Nada que objetar a la legitimidad de la decisión. Pero me parece, como mínimo, poco sensata. Y de ahí nace la cuestión, a mi modo de ver, más interesante: ¿A qué se debe esta urgencia moral (que entiendo como un deseo de alejar de nosotros la imagen de un espectáculo que sin ningún género de dudas merece el apelativo de terrible)? Es en el intento de articular una respuesta a esta pregunta donde encuentro una moralidad digamos que a lo ZP en Cataluña.
Recuerdo cuando Pujol, al comienzo de la discusión maragalliana sobre el Estatut, advertía contra el peligro de un autogol. Vista la sentencia del constitucional, yo creo que efectivamente esto es lo que (más allá de las culpas y responsabilidades de cada cual) objetivamente ha sucedido. Y me parece que la política catalana se está aficionando al autogol.
"The land of the ban" Es refereix The Economist al Regne Unit que va prohibir la caça de la guineu?
ResponderEliminarEls catalans som com els francesos, tenim el cor a l'esquerra i la cartera a la dreta. Força raonable.
Me parece evidente que la pulsión emocional catalanista como casi única perspectiva política ha achicado los espacios representativos de tal manera que se me vuelve muy difícil considerar esta versión patriótica de la democracia lo más aceptable como cauce de intervención pública. Vivimos en un vodevil con permanentes entradas y salidas, por puertas y ventanas, en el que pocas cosas son claras para ninguno de los personajes, y todos ellos tienen muchas cosas que esconder. Dicho de otro modo, cuando Montilla se levante el 25-0, si son ese día las elecciones, muy probablemente se tire cuatro años dándole vueltas a lo que, de pura obviedad, ni siquiera se le ocurrirá. Del mismo modo que Mas aún no se explica cómo, tras las mafiosas relaciones con Millet, sigue subiendo en las encuestas; o cómo es posible, se preguntarán en Esquerra, que sus desvelos nacionales les deparen el golpe bajo de un castigo que les llevará otra legislatura tratar de entender. Eso sí, que la realidad abstencionista pase de ellos y de sus juguetes cómicos les parecerá una muestra inequívoca de la necesiad de "potenciar" el proyecto nacional. O sea, que yo ya me voy preparando -ensayando carcajadas ando...- para el chorreo que me espera...
ResponderEliminarBoadella, cuendo vivía en Osona, decía que en su demarcación electoral sólo había un voto para UCD, el suyo. Entonces me pareció una "boutade". Hoy, lo tengo por visionario.