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domingo, 30 de noviembre de 2008

Zoosofía variada

Me envía Francis, el estellés, una fábula de Iriarte "que habla de filosofía zoológica y de navarros". Y este generoso gesto me anima a ser indiscreto y a contar una anécdota que viví el lunes pasado, en la presentación a la prensa de "L'escola contra el món". El "conseller" de educación, Ernest Maragall, animado, sin duda, por la mejor intención, intentó alabarme -espero- recordando aquel impío comentario de Pío Baroja con motivo de la aparición del periódico portavoz de los carlistas que se llamó "El pensamiento navarro". "Pensamiento y navarro", exclamó con histrionismo el novelista, "¡paradójico!". El conseller quería demostrar, señalando a mi libro, que no era un oxímoron la expresión "pensamiento navarro". Evidentemente, me vi obligado a salir al quite en defensa del honor de la patria ("pro libertate patria, gens libera state", era el lema de los infanzones de Obanos), recordándole al señor "conseller", con todo respeto, que los navarros podemos ser muy cabezones, pero a ninguna testuz navarra se le ocurriría lo que se le ocurrió al edil de Mataró que para agasajar al rey Fernando VII, que pernoctaba en la ciudad, mandó que le decoraran una habitación con cabezas disecadas de ciervos y otros animales de gran cornamenta, y para dejar bien clara la autoría de semejante ocurrencia, no tuvo mejor idea que resaltarle al monarca: "Todo esto que aquí veis -y señaló las cornamentas- ha salido, Majestad, de nuestras cabezas!"

Y ahora dejo paso a "La contienda de los mosquitos"
Diabólica refriega dentro de una bodega se trabó entre infinitos bebedores mosquitos. Era el caso, que muchos expertos y machuchos, con tesón defendían que ya no se cogían aquellos vinos puros, generosos, maduros, gustosos y fragantes que se cogían antes. En sentir de otros varios, a esta opinión contrarios, los vinos excelentes eran los más recientes; y del opuesto bando se burlaban, culpando tales ponderaciones como declamaciones de apasionados jueces, amigos de vejeces.

Al agudo zumbido de uno u otro partido se hundía la bodega; cuando héteme que llega un anciano mosquito, catador muy perito, y dice, echando un taco: «¡Por vida del dios Baco! (entre ellos ya se sabe que es juramento grave): donde yo estoy, ninguno dará más oportuno ni más fundado voto: cese ya el alboroto. ¿No ven que soy navarro, que en tonel, bota o jarro, barril, tinaja o cuba, el jugo de la uva difícilmente evita mi cumplida visita? ¿Que en esto de catarle, distinguirle y juzgarle, puedo poner escuela de Jerez a Tudela, de Málaga a Peralta, de Canarias a Malta, de Oporto a Valdepeñas? Sabed, por estas señas, que es un gran desatino pensar que todo vino que desde su cosecha cuenta larga la fecha, fue siempre aventajado. Con el tiempo ha ganado en bondad, no lo niego; pero si él desde luego mal vino hubiera sido, ya se hubiera torcido: Y al fin, también había, -lo mismo que en el día-, en los siglos pasados vinos avinagrados. Al contrario, yo pruebo a veces vino nuevo que igualarse pudiera al mejor de otra era: y si muchos agostos pasan por ciertos mostos de los que hoy se reprueban, puede ser que los beban por vinos exquisitos los futuros mosquitos. Basta ya de pendencia; y por final sentencia el mal vino condeno; lo chupo cuando es bueno,y jamás averiguo si es moderno o antiguo”.

Mil doctos importunos, por lo antiguo los unos, otros por lo moderno, sigan litigio eterno. Mi texto favorito será siempre el mosquito.

Las competencias mínimas

Aristóteles fue un filósofo griego que vivió hace dos mil quinientos años. Es tan viejo que a muchos les resulta imposible tomárselo en serio. ¿Qué nos puede enseñar a nosotros, gentes cultas y bien pensantes (tan bien pensantes que nos resistimos a descargar de nuestros hombros el fardo de la idea de progreso, esta antigualla, por creer que su peso confirma nuestra superior moralidad)?

Aristóteles, además, defendía posiciones que resultan hoy molestas a la ciencia, por su supuesta ingenuidad. La más importante es la del teleologismo, que es la tesis que sostiene que los seres naturales están orientados inmanentemente hacia un fin óptimo. Trazando un puente entre la naturaleza y la ética, añadió que si alcanzan este fin han alcanzado su virtud.

Es decir, un caballo de carreras está orientado a la competición (este es su fin: su “telos”); si lo satisface ganando carreras, entonces es verdaderamente un caballo de carreras virtuoso. Lo mismo podemos decir de una planta, de un animal, o del hombre. En todos estos seres la realización de la mejor posibilidad de ellos mismos es la conquista de su virtud. Aristóteles no era tan ciego como para no ver que junto a las posibilidades óptimas de desarrollo de nuestra naturaleza estan las mediocres, las malas y las pésimas, pero estaba convencido de que merecía la pena hacer una apuesta ética por contemplar la naturaleza desde sus posibilidades más altas: Por ver lo que somos desde lo mejor que podemos ser. Fue el primer filósofo verdaderamente perspectivista. Es curioso, por otra parte, que se llamase Aristóteles, es decir, “Aristos” + “teles”, que significa “el mejor” + “fin”. Dicho de otra manera: el mejor resumen de la filosofía de Aristóteles es su propio nombre.

Llevo dos días enredado en una discusión pedagógica en torno a algo que habría escandalizado a Aristóteles pero que a los pedagogos modernos les parece de lo más normal: lo que han dado en llamar “las competencias básicas”, que son aquellas destrezas que han de ser dominadas por todos (o la inmensa mayoría) de los niños de una edad escolar determinada. Intento, inútilmente, hacérles ver la diferencia de perspectiva sobre el hombre que nos abre Aristóteles y esta teoría minimalista (o minimizadora).

Aristóteles nos anima a ver al hombre desde lo mejor que puede dar de sí: Desde la virtud.

La pedagogía actual parece empeñada en verlo desde lo mínimo que puede dar de sí: A esta reducción de la perspectiva la llama “equidad”.

Al comienzo de su inmortal Ética a Nicómaco, Aristóteles nos anima a ser “como arqueros que apuntan a un blanco”, al blanco de la virtud. En esto -y en nada más- consiste la ética, en mantenerr la tesión del arco en dirección al mejor blanco.

Oyendo a los pedagogos defender con vehemencia su teoría de las “competencias mínimas”, la única imagen que se me acude es la de las ovejas camino del aprisco. O, si lo prefieren, la del último hombre nietzscheano.

Pero los pedagogos, por lo que voy comprobando, apenas leen a Nietzsche. Creo que también lo consideran superado.

Adjunto (domingo 30 a las 23:34) esta ironía sobrada de fundamento que me ha enviado Maty:


sábado, 29 de noviembre de 2008

Pedrals al desnudo

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El Café de Ocata ha tenido acceso a este escandaloso documento que pone en conocimiento de todos los cafeteros, por si alguien -y muy especialmente alguna- tiene previsto asistir al recital del Pedrals del martes próximo. Podemos ver al poeta en plena vis declamativa, expandiendo sus tentáculos vervitílicos sobre el alma de una casta doncella.
El que avisa no es traidor.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Poetas en tiempos de penuria

Si los de Labreu me dicen “Ven”, yo lo dejo todo, porque nunca hay que darle la espalda a un bolero
…pero si tu me dices ven, lo dejo todo que no se te haga tarde y te quedes en la calle…

Así que me he presentado al "almuerzo-presentación” de los tres últimos títulos de poesía de esta editorial con alma de trébol, que ha tenido lugar esta mañana, a las once, en la Llibreria Laie: "La trama perfecta", de Daniel Busquets; "Implosions", d'Anna Gual y "Tancat per mancances", de Pau Gener Galin. Esta gente apasionada de Labreu ponen en todo lo que toca una cierta piedad –ellos replicarían que laica y yo respondería, ¿y qué demonios importa?- que, a mi parecer, es el quijotismo necesario para los tiempos que corren. Quien esté interesado en escuchar a los poetas, el próximo jueves, día 4 de diciembre, recitan en el Horiginal.

De la mano de la troupe de Labreu, el martes de la semana que viene, el día 2 de diciembre, tendrá lugar en el "Vins i Divins" de El Masnou (Carrer Barcelona 3, en la carretera, al lado del Casino) la epifanía del versicultor y hortopoeta JOSEP PEDRALS. Os aconsejo la asistencia de verdad de verdad. Por allí nos veremos.El acto comenzará a las 9 (es decir, a las 21 h).

De despedida le cedo la palabra al "iaio" Martín:
«... ¿y para qué poetas en tiempos de penuria?», pregunta la 248 elegía de Hölderlin «Pan y Vino». Hoy apenas si entendemos la pregunta. ¿Cómo podríamos entonces entender la respuesta que da Hölderlin?

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Está bien, lo cambio

Jean-Baptiste Regnault (1754-1829)
Sócrates arrastrando a Alcibíades de los brazos del placer sensual (1791), Louvre

Ya me olía yo que no iba a gustar el Alcibíades del anterior post. Así que lo cambio por este, aunque sospecho que también levantará suspicacias. ¡Pues bueno era Alcibíades! ¡Era capaz hasta de estar callado con tal de no pasar desapercibido!

Respecto a "paradigma", ni una ni dos, sino 17 veces, don Tumbaíto, ha sido utilizado este palabro en este blog. Siento que le produzca urticaria, pero acéptelo tal cual, sin pensar en las memeces de los "cambios de paradigma". Por otra parte yo me limito a recogerlo de voces ajenas. En el caso del último post, la del Avui. Un "parádeigma" era, básicamente, el plan de un arquitecto y el verbo "paradeiknymi" significa "comparar", "mostrar". Los griegos no son responsables de lo que hemos hecho con su herencia.

Nota: Que nada, que si este tampoco gusta, pues lo cambio también... pero, pensándolo bien... le voy a hacer caso a Adu1 y añado alguna imagen más para completar la secuencia:

Sancte Socrates, ora pro nobis

Sócrates y Alcibíades
Christoffer Wilhelm Eckersberg (2.1.1783-22.7.1853)

Me veo obligado a recurrir al santoral filosófico. Y la oración que Erasmo de Rotterdam le dedicara a Socrates bien puede ser refugio para este vecino de Ocata. En el Avui sostienen que propongo un "canvi de paradigma (...) més que notable". Me siento indefenso ante esta temeridad. De ahí que te pida, San Sócrates, tu intercesión: Sancte Socrates, ora pro nobis.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Diario de una presentación

I
Es lunes, parece que en Navarra está nevando. Aquí hace buen tiempo. Me levanto y les preparo a mis mujeres unas patatas con sepia, para que tengan todo a punto a la hora de la comida. En realidad son unas patatas a la riojana con sepia, que llevan mi firma y me salen ricas, ricas. Es que hoy no vengo a comer. Presentamos "L'escola contra el món" a la prensa.

II
Llama Jordi Sales desde Roma. El avión que tenía que salir a las once sale con cuatro horas de retraso. No podrá estar presente. ¡Cachis! ¡Con las cosas tan hiperbólicas que iba a decir!

III
Recibo un mail de Víctor Manuel Arbeloa. Hay un poema mío en la revista decana de los poetas españoles: "Río Arga". Buenos augurios.

IV
Me llaman de la editorial. El conseller de Educación, Ernest Maragall confirma su asistencia.

V
El otro día el señor conseller me llamó por teléfono, a casa, así sin previo aviso. Por supuesto me puse de pie para hablar con él, que estas cosas han de hacerse con dignidad. Me agradecía el tono de un artículo que publiqué en Avui. Y a mi ese agradecimiento me desarmó. Ahora, cuando critique al señor conseller tendré que hacerlo con una sonrisa.

VI
Decido ir en tren a Barcelona, así que, como hombre previsor, etc, lo cogeré con una hora de alelanto.

VII
Al llegar al lugar de la presentación, la sede de la editorial La Campana, la primera sorpresa: Josep Montserrat. Aprovechamos para hablar rápidamente de las cosas que nos unen: ¿Es Rorty un straussiano de izquierdas? A Xavier Antich, que nos oye, la idea le parece sugerente. En la editorial me esperan dos sorpresas más, y de las notables: la presencia de Magda Cebrián y de Abelunimbus, dos exalumnos hechos periodistas.

VIII
El conseller no ha llegado cuando da la una, pero la puntualidad es sagrada, así que comenzamos. Hablan Isabel Martí y Salvador Cardús. Después toma el relevo Xavier Antich, que deja el libro tan bien que a veces dudo si se referirá al mío. En medio de su intervención aparece Ernest Maragall, viene de fuera de Barcelona, y sé que ha tenido que hacer un encaje de bolillos con su agenda para poder estar presente. Trae el libro en las manos y, lo más importante, lo trae leído, anotado y subrayado. Se sienta en primera fila, "yo sólo he venido a escuchar", nos dice. Gracias, conseller.

IX
Después comida en el Restaurante Lázaro, con las Marti's Sister, Josep Maria Espinàs, Xavier Antich y Salvador Cardús. En los postres nos conjuramos, el Espinas y yo, para recorrer a pie la Ulzama, un hermoso valle de Navarra.

X
Cansado, pero contento. A las 21h tengo una entrevista en El Cafè de la República del Joan Barril.

XI
Comienza a hacer frío, el cielo del atardecer amenza. Estas nubes compactas e inquietas son como un anuncio de las nieves navarras.

XII
No me gusto a mí mismo en El Cafè de la República. Me ha costado seguir el bombardeo de preguntas de Joan Ollé. Era consciente de que me faltaba fluidez y esa consciencia aún me ha hecho más lento. ¡Qué le vamos a hacer!

XIII
De vuelta a casa oigo en la radio del coche a Abelunimbus describir el tiempo que tengo sobre la cabeza. En cuanto llegue calentaré las sobras de las patatas con sepia y llamaré a Víctor Manuel Arbeloa para que me proporcione toda la información posible sobre la Ulzama. Este nombre, Ulzama, tiene para mi sabor a cuajada. A cuajada con un fondo ahumado. ¿Por qué?

La fibra

¿Pero saben ustedes quien me ha tocado la fibra?
¡Pues el Sr. Boix!

domingo, 23 de noviembre de 2008

En la portada del "Avui"

¡Porca miseria! ¡Para una vez que salgo en la portada de un diario, va y no se da cuenta ni mi quiosquera! ¡Con lo que me gustaría poder decirme frente al espejo aquello de "Vanitas vanitatis..."! En todo caso, aprovecho para mandar un saludo cordial desde aquí a Salvador Cardús, Agnès Boixader, Joaquim Prats y Jaume Cela. Creo que nos lo pasamos bien.

sábado, 22 de noviembre de 2008

El Capital y nosotros, que lo queremos tanto

Las cosas importantes, pero importantes de verdad, el que mejor las explicaba era Gila, y para muestra un botón:


Viene esto a cuento de Der Spiegel, que quiere, como puede verse, iluminarnos a los pobres alienados, con las verdades de las profundidades.

"El Crimen del Capital: Anatomía de una crisis mundial que no ha hecho más que comenzar"

Pero en realidad, todo lo importante está en la superficie. Y esto, además de Gila, también lo sabía Chumy Chúmez:

Postales filosóficas: Spinoza


Las traslúcidas manos del judío
labran en la penumbra los cristales
y la tarde que muere es miedo y frío.
(Las tardes a las tardes son iguales.)

Las manos y el espacio de jacinto
que palidece en el confín del Ghetto
casi no existen para el hombre quieto
que está soñando un claro laberinto.

No lo turba la fama, ese reflejo
de sueños en el sueño de otro espejo,
ni el temeroso amor de las doncellas.

Libre de la metáfora y del mito
labra un arduo cristal: el infinito
mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.

Jorge Luis Borges, 1964

viernes, 21 de noviembre de 2008

La iglesia que buscó la concordia

Victor Manuel Arbeloa es un intelectual navarro cristiano -es un cura- con cuya amistad me honro. Me ha dado pruebas de ella siempre que ha sido necesario. Es también un hombre de paz, lo cual no significa que no tenga genio, que lo tiene, y sabe defenderse si es preciso. A pesar de que le ha tocado atravesar más de una ciénaga, ha salido con la cabeza alta de todas ellas, mientras a su alrededor algunos se llenaban los bolsillos de fango hasta acabar hundiéndose en el lodo. Ahora publica un libro que en los tiempos que corren tiene algo de insólito, porque reivindica una historia que parece que nunca existió. Su título: "La iglesia que buscó la concordia". Si alguien está al tanto de lo ocurrido con la iglesia en aquellos turbulentos años, es Victor Manuel, colaborador de Batllori en el desentrañamiento de muchos archivos eclesiásticos. En este libro alza la voz para demostrar que la Iglesia española, presidida por el cardenal Francisco Vidal y Barraquer, no buscó el enfrentamento, sino la concordia entre septiembre de 1931 y mayo de 1936.

Si, ya sé que no todo lo que brillaba en las casullas de la iglesia de la guerra civil y, sobre todo, de la postguerra, era oro. Conozco bien la historia de algunos curas que hacían el listado de aquellos a los que se tenía que dar el paseíllo y después les negaron la más mínima caridad a las viudas. Pero junto a ellos está, en la misma Navarra, en Leyre, el anciano Miguel Gil Imirizaldu, cuyo libro, Un adolescente en la retaguardia es un documento emocionante de esas otras víctimas que hoy no tienen, por lo que parece, quien quiera recordarlas.

Le beata Inés de Benigánim

Entre las figuras que la Iglesia ha elevado a los altares las hay de muy diverso tipo, desde las doctas y serias a las livianas de mente. A este último grupo pertenece la Beata Inés, de cuya vida sé alguna cosa gracias a su biografía, publicada en Valencia en 1882, con el rotundo título de “Vida, virtudes y milagros de la Venerable Madre Sor Josefa María de Santa Inés, religiosa del convento de Benigánim”. Fue escrita por Felipe Benavent, el cura de la parroquia de esta villa y confesor de la Venerable. Dos cosas me llamaron especialmente la atención de la vida de esta santa, que en realidad son dos aficiones: la primera, la de lavar la ropa, tarea que realizaba acompañada por varios angelillos, que se entretenían con las pompas de jabón que ella formaba a propósito y la ayudaban a hacer mucha espuma para que todo quedara más pulcro. La segunda, sus juegos en la iglesia. Cada atardecer, en cuanto se presentaba a rezar, los ángeles se desprendían del retablo del altar mayor y bailaban con ella todo tipo de danzas infantiles. Hasta el mismo Jesucristo tenía un detalle muy especial con ella el día de Carnaval, pues le lanzaba naranjas desde el sagrario, como acostumbraban hacer en aquel tiempo los enamorados con sus enamoradas.

Recuerdo perfectamente lo que pensaba al leer esta biografía: ¡Qué afortunada fue esta monja por vivir en un tiempo en que se tenía más fe en los ángeles que en Freud!

martes, 18 de noviembre de 2008

Llega el invierno

El invierno llega de verdad a mi casa cuando el lugar preferido de Bacalla Salat pasa a ser el teclado de este ordenador. Cuando tiene frío se acerca, muy mimosa, primero a restregar su cabeza contra mi barbilla y poco apoco se va acercando al teclado. Se queda quieta, al lado, hasta que tiene la oportunidad de tumbarse sobre él. Basta con que me de media vuelta. Los resultados, obviamente, no siempre son divertidos. Pero esto a ella le da igual. Una vez dueña de sus dominios, cuesta arrancarla del calor cibernético. En esto, ciertamente, se nota que es mi gata.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Il mondo cambia

El Partito Democratico italiano ha celebrado el triunfo de Obama como propio. ¡Ellos tendrán sus motivos! Lo que no sé es si esto confirma o refuta las tesis de Ramoneda (ver el post anterior) de que la idea de límite "ha desaparecido del horizonte" y de que nos encontramos en un "mundo sin futuro" en el que "no hay proyecto, sólo resultado”. Estoy hecho un lío.

Por si fuera poco, me encuentro al neoconservador William Kristol sosteniendo hoy en New York Times lo que con frecuencia han sostenido los neoconservadores:
And I don’t see why conservatives ought to defend a system that permits securitizing mortgages (or car loans) in a way that seems to make the lenders almost unaccountable for the risk while spreading it, toxically, everywhere else. I don’t see why a commitment to free markets requires permitting banks or bank-like institutions to leverage their assets at 30 to 1. There’s nothing conservative about letting free markets degenerate into something close to Karl Marx’s vision of an atomizing, irresponsible and self-devouring capitalism.

sábado, 15 de noviembre de 2008

El último sermón de Ramoneda

Josep Ramoneda ha vuelto a regalarnos otro sermón en El País. No entiendo qué ven algunos de mis amigos en este telepredicador de la progresía hispana, pero eso quizás sea culpa de mi obcecamiento proamericano.

Ramoneda, lo reconozco, proporciona abundantes argumentos para la indignación moral, que no es poca cosa en estos tiempos en que los principios parecen ir de rebajas, pero este recurso, por sí mismo ya constituye para mí un motivo de suspicacia. A mis amigos, sin embargo, los llena de seguridad: Gracias a la indignación que les proporcionan discursos de este tipo saben que no se encuentran en el lado oscuro de la fuerza.

El lado oscuro de la fuerza es para Ramoneda el capitalismo y, más en concreto, el capitalismo de los Estados Unidos, de donde manan todos nuestros males. Pero para que el argumento pueda tener los efectos emotivos que sin duda produce, nos invita a comulgar con dos ruedas de molino. La primera, es la de confundir “capital” con “capitalismo”. La diferencia entre ambos conceptos, por cierto, no es mía, sino del socialista británico E.P. Thomson. El hecho de que el capital obedezca a la exclusiva lógica del beneficio, no evita que en el capitalismo puedan crecer todo tipo de manifestaciones anticapitalistas. La segunda rueda de molino consiste en señalar con precisión a los malvados: “las élites capitalistas”, que han llevado “los valores del capitalismo a unos límites en que es casi imposible que sean aceptados”.

¿Que es imposible que sean aceptados por quién?

¿Por unas élites intelectuales anticapitalistas, subvencionadas por el capitalismo, que son más listas que las élites económicas capitalistas? Si es así, la conciencia crítica emancipadora sigue estando de nuestra parte. ¿Por el pueblo? Entonces el sujeto emancipador sigue vivo en el seno del capitalismo. ¿Por el propio capitalismo? ¡No, evidentemente, esto sería inconcebible, puesto que haría trizas el argumento de Ramoneda! Pero él no se extiende en esta minucia. Lo que le importa es dejar bien claro que las élites capitalistas no han pretendido otra cosa que exacerbar “un proceso de individualización” que viene de lejos y que finalmente ha quebrado el proceso contrario de solidaridad social.

Por lo visto, este proceso de individualización fue intentado controlar por “la revolución conservadora promovida desde la administración Bush”, pero en realidad “la explosiva mezcla de simplismo liberal en lo económico y rigidez conservadora en lo moral y cultural sólo sirvió para acelerar el estallido”. ¡Todo iría mejor si los norteamericanos no fueran tan simples!

Ramoneda podría haber añadido a su argumento detalles sin importancia, como que durante la administración Bush el porcentaje del PIB dedicado a la educación en los Estados Unidos ha alcanzado la nada despreciable cifra del 7,1% (España: 4,6%; Francia: 6%; Alemania: 5,1; Italia: 4,7%....), o que ningún otro presidente de la historia de los Estados Unidos se ha comprometido más con el desarrollo de África, pero ya se sabe que nunca hay que permitir que hechos sin relevancia se interpongan en el desarrollo armónico de un argumento. A pesar de todo, no deja de ser notable que Ramoneda le reconozca a Bush un intento (aunque poco inteligente) de combatir el individualismo. Sería interesante tirar de este hilo, Ramoneda, sin embargo, se olvida inmediatamente del mismo para poder hacer de Bush el megaresponsable de los males del presente: de ese “mundo sin futuro" en el que nos encontramos, en el que "impera el principio del rendimiento rápido. No hay proyecto, sólo resultado”.

Repito estas últimas palabras: “impera el principio del rendimiento rápido. No hay proyecto, sólo resultado”. ¿No parecen perfectamente válidas para describir los años de crecimiento esplendoroso de nuestra economía gracias a la fiebre del ladrillo?

Ramoneda señala otras dos características del triunfo “del proceso de individualización”, que, en vista de nuestro reciente pasado ladrillero, no hace falta comentar: (1) la disposición “a sacar todo el jugo posible de un negocio en el menor tiempo aun a riesgo de agotarlo para siempre” y “el consumismo en que la pulsión por comprar no se detiene nunca”.

El principal pecado de Bush es haber fomentado la pérdida de “la idea de límite”, que, por lo visto, “ha desaparecido del horizonte.” Hay aquí, por cierto, un oxímoron notable, ya que horizonte, que etimológicamente proviene del "horos" griego, significa precisamente "límite". Ramoneda quiere decirnos que no es él quien ha perdido la conciencia de límite, sino los malos que promovieron “la revolución conservadora americana, en sus dos fases: la reaganiana y la bushiana”, que “han configurado una cultura en que las sociedades no existen, sólo existen los individuos (fase thatcheriana-reaganiana) y las libertades y los derechos son sustituidos por las creencias, por los mitos nacionales y por la seguridad convertida en supremo horizonte ideológico.”

Si interpreto bien a Ramoneda, cosa de la que no estoy completamente seguro, lo que nos está queriendo decir, es que para solidaridad, la que garantiza la socialdemocracia, porque la solidaridad conservadora, sería de mentirijillas. Sólo ofrecería creencias religiosas y patrióticas, además de eso tan peligroso que es “seguridad”. Hay, por lo visto, otra solidaridad racionalista o al menos ilustrada que Ramoneda parece anunciar, aunque, como nos asegura que "los grandes relatos" ya han perdido credibilidad., no sabemos muy bien en qué consiste. Claro que, como ya he dicho, a Ramoneda sólo le interesa señalar el "gran relato" del mal. Nos conduce así a un terreno en el que nos escamotea la crisis de la socialdemocracia europea. Parece sugerir que la socialdemocracia europea no ha sido capaz de resistir el proceso de individualización, pero nos oculta las razones de esta incapacidad. No sé si le parecerá bien que se las preguntemos a Blair o a los socialdemócratas suecos.

Volvamos a los límites ya que en su pérdida se encuentra la madre del cordero: “La esencia de la cultura de la crisis es la desaparición de la idea de límites (…) Bajo el mandato de George Bush la Administración norteamericana dio carta de naturaleza legal a la tortura. Es decir, transmitió al mundo la idea de que todo estaba permitido. Si un gobierno puede someter a un enemigo a la más terrible de las pruebas físicas y morales, ¿cuáles son los límites de lo posible en la sociedad?. Ninguno. Hay vía libre para saltarse todas las barreras éticas y culturales. ¿Qué tiene de extraño en estas circunstancias, que los que viven la quimera insaciable del oro entiendan que todo está permitido y que no hay reglas ni principios ante la tentación del dinero?”

Creo que me voy a enmarcar este párrafo.

Vamos a dejar de lado la minucia del terrorismo islámico, tan respetuosa con los límites. Centrémonos en Guantánamo. Los Estados Unidos son grandes no por lo sucedido en Guantánamo, sino por el debate político y legal subsiguiente. Los Estados Unidos son grandes porque ha habido muchos ciudadanos que han considerado que Guantánamo era intolerable y han presentado batalla, política y legal, acudiendo para ello a los límites constitucionales norteamericanos. Los Estados Unidos son grandes porque saben que, ya que no hay manera de que un país se garantice gobernantes sabios, hay que garantizar constitucionalmente que no puedan durar más de ocho años. Los Estados Unidos son grandes porque a Ramoneda le duele más lo que ellos hacen que lo que hace Bin Laden. Son grandes, también, porque buena parte de las ideas con que los criticamos han nacido o se han fortalecido allí: el ecologismo, el feminsimo, el movimiento de liberación sexual, el movimiento gay, el pacifismo... y hasta los cristianos por el socialismo. Tanto es así que una de las ideas que expone Ramoneda para describir nuestro presente, la de la universalización del lenguaje del "management", nació en los Estados Unidos en los años 40 de la pluma de James Burnham, uno de los padres del neoconservadurismo (The Managerial Revolution, 1941).

Pero la auténtica joya del sermón de Ramoneda es la que utiliza para blindar su argumentación: “Por supuesto hay cierto discurso naturalista que tratará de convencernos de que alcanzar la catástrofe es inevitable. Y que el mundo funciona por el sistema de ciclos de destrucción y construcción”.

Supongo que Ramoneda está convencido de que evitar la catástrofe está al alcance de nuestras manos, de que el azar, la casualidad, lo imprevisto, etc, puede ser sometido a control; de que la naturaleza, en último extremo, es planificable; de que con buenas políticas y buenas intenciones, podemos transformar los problemas humanos en problemas técnicos.

A mi, por el contrario, el olvido progresista de la naturaleza y su implícita laicización de la Divina Providencia me produce alergia, lo cual me obliga a ir bien provisto de antiestamínicos para protegerme de la nueva escolástica imperante.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Mis pensamientos


Llamamos de manera espontánea “nuestros” a nuestros pensamientos, cuando en realidad son como el paisaje de una ciudad con mucha historia en la que habitamos. Los edificios más nuevos se sustentan sobre ruinas más antiguas y estas últimas pueden a su vez cubrir asentamientos previos. Así como a la ciudad la llamamos “nuestra”, llamamos “nuestros” a nuestros pensamientos. Pensamos con ellos, pero al pensarlos nos convertimos en usuarios de ideas muy diversas que nos preceden a veces muchos siglos. Algunas de ellas, como esos restos de paredes que son testigos de antiguos palacios, en otro tiempo fueron vividas como dogmas. Quizás hasta formularon el credo de una religión con miles de mártires. Otras las acaba de traer la moda arrancándolas de libros editados hace pocos meses, como el otoño las hojas de los árboles, y se enredan en nuestros pasos. Quizás si nos pusiéramos a pensarlas en serio, descubriríamos que la mayoría de nuestras ideas formaron parte orgánica de sistemas filosóficos consistentes y ahora son como los restos digeridos de un plato recocinado. Un día estuvieron perfectamente claras y hoy las utilizamos como sombras, frases hechas o refranes ambiguos. Han ido sufriendo metamorfosis con el paso de las generaciones. Se han llenado de adherencias y de cosques. Fueron defendidas con pasión y ahora han degenerado en frases hechas. Y, sin embargo, las llamamos nuestras porque sin ellas no sabríamos expresar nuestras convicciones.

A veces, cuando esperamos la luz que nos aclare, estamos, sin sospecharlo, haciendo arqueología.

martes, 11 de noviembre de 2008

A un txapelaundi cabal

Me escribe José Luis Torres Murillo:
Me voy a Donosti donde desde la altura de la escalinata de una librería de nombre famoso -Lagun (compañero)-, echaré un breve sermón animando a quince personas, que abarrotaran el pasillo entre libros, a que se apresuren a comprar mi gerolibro si quieren enterarse de lo que pasa por las calles de su ciudad. Al final me dolerán los hombros de tanta enhorabuena y nos iremos a tomar unos chiquitos cada cual con su guardaespaldas. Veremos si es así o si las cosas que pasan han pasado ya.
Añade también algo que lo traigo aquí más que nada por esnobismo:
He de comunicarte que he encontrado ¡milagro, milagro! el Momentum Catastrophicum de un Pio Baroja que puesto a ser chapelaundi es mucho, pero que mucho, menos chapelaundi que tu y que yo juntos. El folletón comienza así: "Discurso dirigido por el bachiller de Itzea a los chapelaundis del Bidasoa en el solemene acto de inaugurar la Academia, Literaria y Chapelaundiense de Cherribuztango-erreca". [El ilustre don Pio hablaba con faltas de ortografía: erreca, es decir rio pequeñajo, con c, no existe; erreka con K, ese si que es admitido por la irreal academia de chapelaundis chiquitos de Bilbao].Me voy para allá. A más ver.
En un mail previo yo le había escrito a José Luis Torres:
Mejor txapelaundi que txapeltxiqui. No olvide que según las memorias de don Pío, él mismo formaba parte de un grupo de Chapelaundis de su barrio.
Un txapelaundi es para don Pío una rara avis. Tan rara que es un auténtico tesoro antropológico. Es un hombre que sin renunciar a su vasquidad, quiere ser universal pero sin mistificaciones; un espíritu inquieto y una miaja volteriano; individualista, gastrósofo, idealista, desclasado, en quien no empapan las tristezas y, mucho menos, la mediocridad épica de nuestra tierra.

Un txapelaundi es nietzcheano como don Pío sabía serlo: irónico, socarrón, con mala leche si hace falta, pero en el fondo, un ogro melancólico que aprecia más un vaso de buen vino en la inmanencia de una taberna vasca, que todas las promesas de trascendencia de los campanarios y de la pólvora. El Tellagorri de Zalacaín, por ejemplo.

Para ser txapelaundi, dice un personaje barojiano, hay que ser, cabalmente, hombre de boina grande y de corazón grande. Yo –ya perdonará- lo tengo a usted por ambas cosas.

"Yo creo -cuenta Baroja en Jaun de Alzate- que la única orientación buena y civilizadora de nuestro país, es la de los Caballeritos de Azcoitia, verdaderos txapelaundis que comprendieron lo que necesitaba nuestro pueblo.

Desgraciadamente aquella tendencia culta y humana se interrumpió con la demagogia que produjeron las guerras de Independencia y Carlista".

Los contrarios de los txapelaundis eran para don Pío los txapelchiquis, o sea, los vizcaitarras. Por algún sitio defiende que el nacionalismo vasco es una teoría de chapelchiquis.
Y os comunico esto pensando en alguien que pudiera leerme desde San Sebastían. Si tal cosa ocurre, por favor, que vaya de mi parte a Lagun y le de un abrazo grande a José Luis.

Más sobre el Torres: Aquí y aquí.
La presentación tendrá lugar
mañana viernes
a las 19.30 h
en Lagun.

lunes, 10 de noviembre de 2008

La verdad que no es

Un amigo me ha enviado por mail un manifiesto pedagógico titulado “No es verdad” dirigido a “ciudadanos y ciudadanas en general” que está promovido por la “Red Iris”. Es bastante largo, por lo que me limitaré a comentar sólo algunos puntos, aquellos que me parece que constituyen su espina dorsal.

Primero, para que quede todo claro, he de confesar que tengo un prejuicio con los enemigos del epiceno, que no me ha predispuesto a favor del texto. Los enemigos del epiceno, ya saben ustedes, son los que para respetar escrupulosamente el género, dicen “pantera” y “pantero”, “víctima” y “víctimo” e, incluso, "miembra y "miembro". Pero bueno, a lo que iba.

El título, “No es verdad”, es interesante, porque si el progresismo comienza a mirar con desconfianza a la historia, se convierte en conservadurismo, que es lo que creo que les pasa a estos señores, manifestantes, que se declaran “profundamente preocupados por la difusión de creencias sobre la escuela española que distorsionan gravemente la realidad”. Por "creencia" quieren decir, probablemente, “prejuicio”. Hemos de suponer, por lo tanto, que se consideran capacitados para entender lo que es un prejuicio y lo que no lo es, lo que es una creencia y un saber, etc. Hemos de suponer, así mismo, que son poco amigos del relativismo.

El tono defensivo, de rebeldía contra los hechos, que caracteriza todo el manifiesto, se trasluce diáfanamente en esta joya: “Se está generalizando una forma de pensar según la cual hoy en la escuela se enseñan pocos contenidos, se hacen actividades irrelevantes, los niveles de exigencia bajan, los alumnos y alumnas son peores que los de antes y hay “mucha pedagogía” y poca enseñanza”.

¿Pero por qué se está generalización esta monstruosidad sin fundamento? ¡Pues muy fácil! ¡Porque existe una conspiración!: “Nos preocupa particularmente la actitud de determinadas personas con impacto mediático (pertenecientes al ámbito de la literatura, de la universidad, de la intelectualidad, etc.) que divulgan estas creencias”. Ahora bien, el denunciante de una teoría conspirativa debiera poder mostrarnos que no es un paranoico para resultar creíble, pues de lo contrario, quedará en ridículo si añade a continuación que los argumentos de los conspiradores son "muy pobres". O, al menos, debiera estar dispuesto a combatir los argumentos pobres con argumentos bien sustentados, pero lo que se nos ofrece aquí es la "creencia" (no confesada como tal, obviamente) de que los males de la escuela española, se reducen a su excesivo conservadurismo. “No es verdad que en la escuela española actual predomine un modelo de enseñanza diferente al tradicional”. La LOGSE, que pretendía redimirnos del atraso pedagógico, “nunca llegó a penetrar en la mayoría de las aulas”. Si hay fracaso es porque la LOGSE no pudo imponerse al “modelo de enseñanza transmisivo y tradicional”.

Un poco más adelante los firmantes renuncian a la posición antirelativista de la que parecían haber partido, para confesarnos su "creencia" (id) de que “las certezas absolutas han desaparecido y nos enfrentamos a un futuro crítico, incierto y complejo [mientras que], la escuela sigue anclada en contenidos y métodos del pasado”. Entiendo que quieren decir que la escuela sigue creyendo en esa antigualla de que hay verdades absolutas y claro, por eso los alumnos fracasan. Si todo fuera relativo, ¿qué criterio de autoridad tendría el profesor para decir que un alumno ha fracasado? O, ¿qué criterio de autoridad legitima las tesis del manifiesto?

Así pues, “la escuela y la universidad necesitan un cambio”. Pero lamentablemente este cambio no puede venir de la escuela actual (demasiado tradicional), de las doctrinas neoliberales (que ya se sabe que mercantilizan todo), de mentalidades “empresariales de planificación y control de calidad”. El lector espera impaciente que se le identifique la fuente del cambio que nos permitirá superar los males pedagógicos del presente. Pero lo que se encuentra es con recetas que no parecen de una fulgurante vanguardia: “El cambio ha de venir de la recuperación y actualización de aquellas ideas y experiencias que han demostrado su capacidad transformadora. La Institución Libre de Enseñanza, la Escuela Nueva, la Escuela Moderna, las Misiones Pedagógicas, los Movimientos de Renovación Pedagógica, etc. son, entre otros, algunos ejemplos valiosos de nuestro pasado. Las aportaciones de ilustres docentes e investigadores como Giner de los Ríos, Freire, Freinet, Montessori, Rosa Sensat, Piaget, Vygotsky, entre otros muchos, o de intelectuales de prestigio mundial como Morin, también pueden iluminar este proceso de cambio”. Es decir, al futuro se va en dirección al pasado, recuperando la vieja reivindicación del psicólogo ginebrino Claparède (1873-1940) que, por cierto, abría el programa educativo de John McCain, el candidato republicano a la Casa Blanca, la de una escuela “student-centered”.

domingo, 9 de noviembre de 2008

El Dios de los judíos

“Por cierto –comentaba Dhavar en el post anterior-, algo le pasó a YHVH, que tras unos comienzos brillantes e irónicos en Génesis ya no vuelve a remontar el vuelo y cae en la vulgaridad del permanente cabreo moral - y no le salvan las excursiones surrealistas de algunos libros, que sin duda los coló su editor”.

Yo, que no soy judío, sino un cristiano sin fe, pienso más bien que el Dios de Israel no mostró todo su auténtico poder cuando creó el mundo, sino cuando eligió a su pueblo y, por lo tanto, a partir del momento en que su pueblo se dejó elegir. No en vano, tras crear el mundo, se hizo político, y lo hizo por este orden, a diferencia de lo que acostumbra a ocurrir con los políticos, que comienzan politizando y en cuanto te descuidas se ponen a cambiar el mundo. Este Dios no mora en los templos, sino que su auténtico tabernáculo es la ley que reglamenta la cotidianeidad del judío. Acogiéndose a ella su pueblo ha visto pasar los siglos, sucederse los imperios, modificarse las fronteras, el nacimiento y muerte de diferentes regímenes políticos y hasta asistió en primera fila al espectáculo del fin de la historia. Y ahí está, viendo pasar el tiempo. De ahí que Fackenheim propusiera una nueva adición legal a la Torá, especialmente dirigida a los descreídos: Todo judío tiene la obligación de creer en YHVH para negarle a Hitler un triunfo póstumo. Me parece que ningún otro pensador moderno ha señalado con más precisión la esencia de este dios.

sábado, 8 de noviembre de 2008

Sub especie aeternitatis

Estoy leyendo en paralelo los Pensamientos de Pascal y Más allá del Bien y del mal, de Nietzsche. Ya sabía de la estima profunda que el autor de Zaratustra tenía por el extraño y apasionante francés, tan inclasificable, un verdadero espíritu europeo, pero hasta ahora no me había percatado de hasta qué punto está dialogando con él, sobre el ruido de fondo de los espacios infinitos. Entre ellos a veces creo ver también la sonrisa de Demócrito dibujarse en el aire, como un filosófico gato de Chershire, contemplando a ambos sub especie aeternitatis. ¡Aprender a ver las cosas desde lejos! ¡Desde cada vez más lejos, desde el punto exacto en que se impone la ironía, justo por encima de la indignación moral!

Aquí al lado, mientras escribo esto, tengo el aforismo 266 de Más allá…, “Sólo es posible estimar verdaderamente a quien no se busca a sí mismo”.

jueves, 6 de noviembre de 2008

Sigamos con Obama, pues

I

Si el hecho de ser negro es un valor político añadido, entonces el triunfo de Obama es relativo. Cada estigma segregador que luzca un candidato será un mérito a tener en cuenta por el electorado. Por este camino se llega pronto al esperpento.


II

Si a Obama no se le puede criticar por vender humo, aunque ese humo haya obtenido un consenso mayor (tampoco abrumadoramente mayor en votos reales, pero esa es otra cosa) que McCain, entonces estamos reduciendo la dimensión de su triunfo a lo simbólico. No es que crea que lo simbólico es políticamente irrelevante, pero, como sabe muy bien Bush, se agota pronto si no va acompañado de victorias.


III

¿Es posible afirmar, sin degradarse moralmente, que el programa de McCain era más coherente que el de Obama? ¿Es moralmente aceptable preferir a un republicano con experiencia que a un producto de marketing hipersubvencionado como Obama? Estoy pensando en el demócrata Lieberman, que acompañó como candidato a la vicepresidencia a Al Gore. ¿Era Lieberman mejor persona cuando apoyaba a Gore que cuando apoyaba a McCain? Y, por cierto, los colaboradores de Bush se purifican moralmente al pasar a colaborar con Obama?


IV

Una de las grandezas políticas de los Estados Unidos reside en la utopía razonable que se ha dado a sí mismo: hacer realidad el “We, the people” del proemio de su constitución. Quizás la verdadera significación del triunfo de Obama resida en su capacidad (aún por demostrar) para agrandar este “We” hasta dar cabida en él a todos los americanos.


V

Porque Obama es un político norteamericano, no un progre europeo. ¡Lo juro! ¡Y menos aún un paleoprogre europeo!


VI

Obama no es tampoco un peldaño hacia la europeización de los Estados Unidos. Obama es un producto típicamente americano. Y su fidelidad está con sus electores, que le van a pedir en todo momento, que mantenga bien alta la bandera del “I’m proud to be an American”.


VII

El gran éxito de Obama ha sido haber sumado electores sin comprometerse especialmente con ningún grupo. La capacidad para arrebatar a los republicanos el voto hispano es digna de admiración. Palin, obviamente, no ha arrastrado, ni por asomo, el electorado de Hilary. Más bien lo ha asustado. McCain ha estado muy por debajo de sus posibilidades. Sólo en el discurso de reconocimiento de su derrota ha dejado mostrar la mejor versión de sí mismo.


VIII

Leo en la prensa hispana que el referéndum contra los matrimonios gays ha sido rechazado en California por el “voto del interior”. Efectivamente, el peso de los shoshones de Death Valley ha sido determinante. Me imagino que serán los únicos que han votad en California por McCain.


IX

¿Se han fijado ustedes qué malo es el capital, que no se fía de Obama? La bolsa es reaccionaria.


X

Las lágrimas de Jesse Jacson, que tanto ha torpedeado la campaña de Obama, son dignas de ser recordadas. ¡Estos no son líderes de la opinión pública, sino de la emotividad pública!


XI

Sí, efectivamente, soy, -¡ya perdonarán ustedes!- un conservador. Los motivos de mi conservadurismo se encuentran en una cita de Kristol que recoge Ferrancab en su blog: “Being conservative means never being too surprised by disappointment”.

En mi caso añadiré que tiendo a ver el entusiasmo en política como el opio del pueblo.


XII

Un secreto: Obama no hubiese ganado si se hubiese negado a llevar el pin con la bandera americana en la solapa. Cuando en las elecciones del 72 Nixon se enteró que los demócratas acostumbraban a eludir la enseña nacional, ordenó a los suyos que apareciesen siempre luciéndola de manera clara. En los USA no se triunfa si no se es profundamente nacionalista. Lo que me asusta del nacionalismo de Obama es la tentación aislacionista que parece llevar aparejada.


XIII

Zapatero no se ha postulado, como dice la prensa, como “amigo y aliado fiel” de los Estados Unidos, sino de Obama.


XIV

Brown, Cameron, Sarkozy y Zapatero se consideran también ganadores, al lado de Obama.


XV

Y también Evo Morales y Hugo Chávez. Fidel no. Fidel ha sido discordante: “La preocupación por los problemas del mundo -ha dicho- no ocupa realmente un puesto clave en la mente de Obama”.


XVI

Israel no estaría de acuerdo con Fidel, puesto que confía en lograr más apoyo de Washington contra Teherán. Se dice que uno de los primeros invitados de Obama a la Casa Blanca será un colono israelí.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Sobre Obama, claro.

I
En los Estados Unidos, efectivamente, cualquier cosa es posible. Dejo al lector la valoración del hecho.

II
En Europa, también. ¡Hay que ver lo contentos que estamos los europeos porque haya ganado las elecciones americanas un político que sería, sin ninguna duda, tratado de fascista si se presentara aquí con el programa que le ha dado la victoria allá!

III
En Le Monde están especialmente exultantes. Preocupante.

IV
Obama, sin duda, ha ganado a Bush. ¿Qué no se presentaba Bush? ¡Eso es lo que Obama ha hecho creer al electorado y McCain no ha sido capaz de desmontar! Por eso Obama se ha hecho, finalmente, con el electorado de Hilary Clinton. En democracia –y, en general, en política- la razón está siempre de parte de quien es capaz de generar más consensos.

V
En democracia –y, en general, en política- no hay nada más voluble que el consenso. Hay que estar alimentándolo día a día de esperanzas y narcisismos.

VI
Obama, un político que carece de toda experiencia de gestión, estará al mando del país que nos gestiona a todos. ¡Que sea para bien!

VII
Es interesante comparar el programa que ha llevado a Obama a la victoria con el que llevó a McGovern a la derrota en el 72 frente a Nixon. Uno tiene la sensación de que Obama se encuentra a la derecha de Nixon. Ahí está el auténtico triunfo del neoconservadurismo americano.

lunes, 3 de noviembre de 2008

El profeta desarmado

El 28 de mayo de 1498 Maquiavelo, con 29 años de edad, obtuvo su primer cargo público en Florencia. Fue nombrado Secretario de la Cancillería encargada de la política exterior. Mientras ascendía por las escalinatas del Palazzo Vecchio para aceptar el nombramiento, tenía muy frescos los recuerdos de los acontecimientos que acababan de conmocionar la República. Cinco días antes había sido ejecutado delante del Palazzo, en la Piazza della Signoria, el dominico Girolamo Savonarola, que, creyéndose iluminado directamente por Dios, había querido instaurar un gobierno extraordinariamente rigorista, entre teocrático y republicano.


Su vehemencia no tardó en proporcionarle enemigos muy poderosos, tanto en Florencia como, especialmente, en la curia romana de Alejandro VI, a cuyos miembros había tratado, sin pelos en la lengua, de pecadores incestuosos. El 13 de mayo de 1497 fue excomulgado por el papa, pero él, en lugar de amilanarse, le pagó al pontífice con la misma moneda, excomulgándolo a su vez. Un año después, el 8 de abril de 1498, las tropas papales se adentraron en Florencia y detuvieron al fraile, que no se entregó sin ofrecer resistencia. Inmediatamente fue acusado de haberse atribuido el don de la profecía, así como de herejía y sedición.


El 15 de marzo de 1498 fue interrogado y torturado en presencia de un enviado papal y del general de los dominicos. El 23 de mayo fue declarado culpable y condenado a muerte. Pasó sus últimos días en una de las celdas de la Torre d’Arnolfo, que corona imponente el Palazzo Vecchio. El 24, por la mañana, fue ahorcado. Posteriormente su cuerpo fue entregado al pasto de las llamas y sus cenizas se dispersaron por el río Arno, junto al Ponte Vecchio, para que no pudiesen ser recogidas y veneradas como reliquias por sus seguidores.


Maquiavelo, que no sentía ninguna admiración por el fraile, como puede deducirse por su correspondencia de 1497, lo describe en El Príncipe como un “profeta desarmado”, porque sólo contaba con su palabra para mantener unidos a sus partidarios e impedir que lo abandonasen cuando necesitaba su auxilio. El poder de su oratoria era ciertamente muy notable, ya que había conseguido convencer de su misión divina a los cultos florentinos, pero no le bastó para protegerle del odio de los corruptos.


Quizás mientras Maquiavelo ascendía por las escaleras del Palazzo Vecchio aún había alguna huella en la Piazza de lo sucedido pocos días antes. Y quizás fuera pensando en los muchos profetas armados que consiguieron imponer sus ideas y ser finalmente venerados como salvadores de la patria.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Sobre las mujeres navarras

Malón de Echaide es una de las marcas de la Bodega Nuestra Señora del Romero de Cascante, cosa que bien conoce cualquier devoto de Baco. Él, muy probablemente, nunca pretendió justificar su vida de esta manera. De hecho, antes de ser un vino, fue un predicador, Fray Pedro Malón de Echaide (1530-1589). La verdad verdadera es que su obra principal, La conversación de la Magdalena, resulta hoy mucho menos digerible que los caldos de Cascante, pero su pluma no carece de brío, especialmente cuando se enfada. Aquí hay una muestra que merece contar entre las perlas de la zoosofía:
“La primera calamidad y miseria del hombre es que nace de mujer, de la más mudable sabandija de la tierra, de suerte que allí se le pega la mudanza y poco asiento y la flaqueza en el bien. Mámalo en la leche y sabe a la ruin pega del vaso donde se envasó.”

¿Fray Pedro les tenía tirria a las mujeres, así, en general, o había alguna oculta experiencia biográfica detrás de sus palabras? Pues no estoy en condiciones de responder a esta pregunta, pero sí sé que en 1522, poco antes de que naciera, Cristóbal de Villalón recorrió las tierras de la Ribera de Navarra, dejando constancia de sus descubrimientos en su Crotalón, de donde extraigo estas otras joyas:
“Y luego como comenzamos a caminar por Navarra fue avisado que las mujeres en aquella tierra eran grandes hechiceras encantadoras, y que tenían pacto y comunicación con el demonio (…). Si les contenta un hombre, en su mano está gozar de él a su voluntad; y para tenerlos más aparejados a este efecto los convierten en diversos animales, entorpeciéndoles los sentidos y su buena naturaleza. Han pulido tanto su arte que ellas mandan y los hombres obedecen, o les cuesta la vida, porque quieren usar de mucha libertad yendo de día y de noche por caminos, valles y sierras a hacer sus encantos, y a coger sus yerbas y piedras, y hacer sus tratos y conciertos”.

Añade Cristóbal de Villalón que algunas mujeres tienen domesticado al mismísimo demonio y lo tienen como criado, “en hábito y figura de hombre” y lo envían a cazar hombres “para su apetito y recreación”

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...