El 28 de mayo de 1498 Maquiavelo, con 29 años de edad, obtuvo su primer cargo público en Florencia. Fue nombrado Secretario de la Cancillería encargada de la política exterior
Su vehemencia no tardó en proporcionarle enemigos muy poderosos, tanto en Florencia como, especialmente, en la curia romana de Alejandro VI, a cuyos miembros había tratado, sin pelos en la lengua, de pecadores incestuosos. El 13 de mayo de 1497 fue excomulgado por el papa, pero él, en lugar de amilanarse, le pagó al pontífice con la misma moneda, excomulgándolo a su vez. Un año después, el 8 de abril de 1498, las tropas papales se adentraron en Florencia y detuvieron al fraile, que no se entregó sin ofrecer resistencia. Inmediatamente fue acusado de haberse atribuido el don de la profecía, así como de herejía y sedición.
El 15 de marzo de 1498 fue interrogado y torturado en presencia de un enviado papal y del general de los dominicos. El 23 de mayo fue declarado culpable y condenado a muerte. Pasó sus últimos días en una de las celdas de la Torre d’Arnolfo, que corona imponente el Palazzo Vecchio. El 24, por la mañana, fue ahorcado. Posteriormente su cuerpo fue entregado al pasto de las llamas y sus cenizas se dispersaron por el río Arno, junto al Ponte Vecchio, para que no pudiesen ser recogidas y veneradas como reliquias por sus seguidores.
Maquiavelo, que no sentía ninguna admiración por el fraile, como puede deducirse por su correspondencia de 1497, lo describe en El Príncipe como un “profeta desarmado”, porque sólo contaba con su palabra para mantener unidos a sus partidarios e impedir que lo abandonasen cuando necesitaba su auxilio. El poder de su oratoria era ciertamente muy notable, ya que había conseguido convencer de su misión divina a los cultos florentinos, pero no le bastó para protegerle del odio de los corruptos.
Quizás mientras Maquiavelo ascendía por las escaleras del Palazzo Vecchio aún había alguna huella en la Piazza de lo sucedido pocos días antes. Y quizás fuera pensando en los muchos profetas armados que consiguieron imponer sus ideas y ser finalmente venerados como salvadores de la patria.
Yo conozco otro profeta y Él dijo que el pecado no existe.
ResponderEliminarTendré que leer mucho el artículo para comprenderlo.
Muchos buenos días para usted don Gregorio :))))))))))))
Maquiavelo era muy joven para aquella época o los cargos importantes se ocupaban muy pronto porque se moría pronto?
ResponderEliminarMaquiavelo tenía padrinos como otros o es que era muy inteligente?
Y lo estaba, lo estaba Savonarola, iluminado por Dios o su mente lo estaba engañando?
En ese sentido ahora que lo pienso el pecado existe como acto depravado de la naturaleza del hombre. Pero era verdad que eran incestuosos?
Es muy divertido que la gente se excomulgue mutuamente pero yo prefiero comulgar mutuamente :))
Me gusta el 8, sí, sí
Tengo que buscar sedición en el tomo gordo de mamá
Y no fue en ese puente donde mi amigo de la Vita Nuova conoció a Beatriz?
El odio es una cosa muy fea tan fea que se sirve de la tercera potencia para existir
No sé qué pensar todavía de Maquiavelo, la verdad
Bueno, mucho gusto y hasta pronto don Gregorio. Usted siempre cuenta cosas taaaan interesantes. El mundo debería de estar lleno de maestros como usted :))
Por cierto, el daímon de su libro ... :))
Y los que saldrán si todo acontece bajo frontistipio, en los palacios del poder, de Gun&God que diría Sánchez Ferlosio.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Quise decir frontispicio.
ResponderEliminarMagnífico recordatorio de que la esencia del ser humano sigue siendo la misma. No aprendemos de los errores, de Savonarolas y Maquiavelos seguimos rodeados. Gracias por honrarme con su visita Don Gregorio. Nos seguimos leyendo.
ResponderEliminar"Se consiguen más cosas con una palabra amable y una pistola que sólo con una palabra amable."
ResponderEliminarAlfonso "caracortada" Capone
Schekina y Mariam: ¡Cómo me recuerdan ustedes a una vieja amiga, Kasandra! ¿Qué habrá sido de ella?
ResponderEliminarPedrusdom: Pues "frontistipio" no sonaba mal. Los cimientos de los palacios de poder están construidos con las armas de los profetas.
ResponderEliminarPamela: Un cordial saludo. Efectivamente, sea las que sean las diferencias entre las situaciones humanas en diferentes épocas históricas, siempre tienen en común ser situaciones humanas.
ResponderEliminarBlaitheone: Cosa que sabían muy bien los que lo detuvieron.
ResponderEliminaruff, se la llevo un hombre lejos muy lejos :)))))))))))
ResponderEliminarpero nos ha escrito una postal y dice que es muy feliz
yo estoy un poco tirste porque me caía muy bien
y ahora ya si me disculpa me tengo que acostar que es muy tarde para mí.
felices sueños :)
schekina y mariam son la misma cosa pero cuesta que se escriban a la vez
ResponderEliminar"Cosa que sabían muy bien los que lo detuvieron." Si insinua que lo detuvieron las armas y no sólo la ley estamos de acuerdo, la ley por sí sola es sólo "palabras amables".
ResponderEliminarBlaitheone: Afirmo que lo acallaron las tropas del papa, un juicio amañado, la horca, la hoguera y las aguas del Arno. Insinúo que por ser un profeta desarmado la excomunión que lanzó contra el papa careció de valor.
ResponderEliminarMuy buen texto. A veces tengo cierta tendencia a simpatizar con los condenados, pero el rigorismo ascético de Savonarola y su quema de libros realmente disolvieron ese sentimiento.
ResponderEliminarUn abrazo
Luchka: ¡Claro! ¿Cómo podemos sentir simpatía por un profeta derrotado? Pero, entonces... ¿no participamos en su condena y nos ponemos al lado de Alejandro VI?
ResponderEliminarPero señor Luri, ¿Savonarola resucitó o no resucitó? Me parece éste un detalle importante.
ResponderEliminarDon Napoleón: Los profetas desarmados sólo resucitan si disponen de un Constantino armado.
ResponderEliminarSavonarola ejerció una violencia delegada ( una especie de autoría intelectual diríamos ahora) pues su influencia unió a los enemigos de los Medicis y conllevó una represión brutal en la república de Florencia. Ejecuciónes de herejes y homosexuales y quema pública de obras de arte. Fue un breve pero sangriento regreso a la Edad Media, por mucho que sus oponentes fueran corruptos como el denunciaba.
ResponderEliminarNo me parece más que otro profeta armado , solo que no triunfó. Eso si, seguramente no era peor que otros.
Constantino es unos tres siglos posterior al profeta, ¿eso quiere decir que todavía está a tiempo Savonarola de resucitar?
ResponderEliminarGracias por esta clase de filosofía política. Abrazos.
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