Pásese vd. un momento por mi guarida, si le apetece, que hoy estoy de lunes satírico-neurasténico (esto es, más cabreao que una mona), y he colocado una entrada que le va a entretener. Una abraçada.
Llevo unos meses siguiendo este blog y hasta hoy no había intervenido nunca. No estoy pasando por unos buenos días, y por alguna extraña razón éste es el único blog cuyas entradas leo a medida que se van publicando. El resto, poco a poco, ha ido perdiendo interés para mí.
El caso es que, al ver las fotografías, he recordado un poema de Ángel González que, si me permiten, transcribiré aquí:
EL OTOÑO SE ACERCA
El otoño se acerca con muy poco ruido: apagadas cigarras, unos grillos apenas, defienden el reducto de un verano obstinado en perpetuarse, cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada, pero un silencio súbito ilumina el prodigio: ha pasado un ángel que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Murr: Bienvenido o bienvenida. Le agradezco sinceramente sus palabras y, muy especialmente el poema, porque nos hermana en la fascinación por Ángel González. Quizás el otoño sea la estación propicia para la poesía. Pero es también una estación peligrosa. Hasta su belleza es melancólica.
Enric: Con la imprudencia que me permite la confianza, te diré que me parece que el calendario, como la estética o la ley tienen por misión fundamental hacernos olvidar el caos de la naturaleza. El calendario es al tiempo lo que la lógica al lenguaje, un instrumento tranquilizador. Los que conocéis la aventura de verdad sabéis de esto mucho más que yo, porque en la experiencia aventurera nos encontramos con una verdad más original que en cualquier otra experiencia. Lo más importante que se ha escrito sobre esto se encentra en un texto de una spocas páginas, pero bellísicmo, de Georg Simmel, titulado "De la aventura". ¡Cómo me gustaría saber tu opinión sobre esa joya!
Las estaciones son el tiempo, el primer calendario que el hombre percibió y de alguna manera el desencadenador de las primeras nostalgias: las estaciones son un adios y un bienvenido. Cuando se vive enesa parte de la naturaleza que no es la ciudad, se te nota en tu dedicación a esa playa, Luri, las estaciones se perciben muchomás.
¡Córcholis, don Gregorio! ¡Da una tristeza y una saudade que le encoge a uno tó!
ResponderEliminarGracias mil, apreciado co-cavernario.
ResponderEliminar¡Y eso que no he querido poner al dúo dinámico de música de fondo!
Pásese vd. un momento por mi guarida, si le apetece, que hoy estoy de lunes satírico-neurasténico (esto es, más cabreao que una mona), y he colocado una entrada que le va a entretener. Una abraçada.
ResponderEliminarHola.
ResponderEliminarLlevo unos meses siguiendo este blog y hasta hoy no había intervenido nunca. No estoy pasando por unos buenos días, y por alguna extraña razón éste es el único blog cuyas entradas leo a medida que se van publicando. El resto, poco a poco, ha ido perdiendo interés para mí.
El caso es que, al ver las fotografías, he recordado un poema de Ángel González que, si me permiten, transcribiré aquí:
EL OTOÑO SE ACERCA
El otoño se acerca con muy poco ruido:
apagadas cigarras, unos grillos apenas,
defienden el reducto
de un verano obstinado en perpetuarse,
cuya suntuosa cola aún brilla hacia el oeste.
Se diría que aquí no pasa nada,
pero un silencio súbito ilumina el prodigio:
ha pasado
un ángel
que se llamaba luz, o fuego, o vida.
Y lo perdimos para siempre.
(Ángel González)
Un saludo.
Murr: Bienvenido o bienvenida. Le agradezco sinceramente sus palabras y, muy especialmente el poema, porque nos hermana en la fascinación por Ángel González.
ResponderEliminarQuizás el otoño sea la estación propicia para la poesía. Pero es también una estación peligrosa. Hasta su belleza es melancólica.
Hola, otra estación que termina. Y otra que empieza. Verano atrás y otoño delante.
ResponderEliminar¿Qué es el tiempo? ¿Por qué los humanos necesitamos los calendarios?
Ilustrenos querido Gregorio...
Enric: Con la imprudencia que me permite la confianza, te diré que me parece que el calendario, como la estética o la ley tienen por misión fundamental hacernos olvidar el caos de la naturaleza. El calendario es al tiempo lo que la lógica al lenguaje, un instrumento tranquilizador. Los que conocéis la aventura de verdad sabéis de esto mucho más que yo, porque en la experiencia aventurera nos encontramos con una verdad más original que en cualquier otra experiencia.
ResponderEliminarLo más importante que se ha escrito sobre esto se encentra en un texto de una spocas páginas, pero bellísicmo, de Georg Simmel, titulado "De la aventura".
¡Cómo me gustaría saber tu opinión sobre esa joya!
Las estaciones son el tiempo, el primer calendario que el hombre percibió y de alguna manera el desencadenador de las primeras nostalgias: las estaciones son un adios y un bienvenido. Cuando se vive enesa parte de la naturaleza que no es la ciudad, se te nota en tu dedicación a esa playa, Luri, las estaciones se perciben muchomás.
ResponderEliminar¿Y que decir del poema?
Las estaciones son nuestra sincronización con el tiempo de la naturaleza ...y ahora toca introspección y melancolía...
ResponderEliminarYo quiero volver a Ocata, sentirla en otoño.
ResponderEliminarQue azules y grises mas bellos
ResponderEliminarha sacado con su cámara.
Le felicito.
Humildemente debo confesar no haber leído el texto de Simmel. Me comprometo a hacerlo en breve.
ResponderEliminarGracias,