Fui pinkfloydiano supernumerario hasta "The dark side of the moon". Con ese disco comprendí que habían abandonado la psicodelia por otra aspiración, legítima, sin duda, pero a la que no estaba dispuesto a seguirles: la de ocupar el primer puesto en el hit parade de las salas de espera de los dentistas.
Seguramente por una cuestión generacional a mí me empezó a gustar Pink Floyd donde a Ud. le dejó de gustar. No pude evitar meterme en la conversación, adoro a esa banda que en estos días lamenta una gran pérdida. En cuanto a la imagen de Freud creo que a pesar de que las salchichas no son sanas, le hubiera ido mejor de lo que le fue con los puros.
Un abrazo
PD: gracias por el comentario sobre Prometheus. Considérese invitado a participar en ella.
Je, hace apenas un par de días vi a una amiga con una camiseta con esa leyenda, aunque el logo era más divertido.
ResponderEliminarPor cierto, ¿pertenece ud. a la mitad de la humanidad a la que le mola Pink Floyd, o a la que les considera unos pelmazos?
Fui pinkfloydiano supernumerario hasta "The dark side of the moon". Con ese disco comprendí que habían abandonado la psicodelia por otra aspiración, legítima, sin duda, pero a la que no estaba dispuesto a seguirles: la de ocupar el primer puesto en el hit parade de las salas de espera de los dentistas.
ResponderEliminarSeguramente por una cuestión generacional a mí me empezó a gustar Pink Floyd donde a Ud. le dejó de gustar.
ResponderEliminarNo pude evitar meterme en la conversación, adoro a esa banda que en estos días lamenta una gran pérdida.
En cuanto a la imagen de Freud creo que a pesar de que las salchichas no son sanas, le hubiera ido mejor de lo que le fue con los puros.
Un abrazo
PD: gracias por el comentario sobre Prometheus. Considérese invitado a participar en ella.
S'ha llegit les cartes al director d'avui a La Vanguardia? Faci-ho, faci-ho.
ResponderEliminarDon Súbal, tregui'm de dubtes. Arribo ara a casa i per internet no puc accedir a les cartes al director.
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