viernes, 26 de septiembre de 2008

Huarte de San Juan, zoósofo. II

Distingue Huarte de San Juan en su Examen de ingenios entre el verdadero creador y el mero copista. y lo hace de tal modo que parece que los enfrente como caracteres irreconciliables. El verdadero creador es capaz de sacar de la nada ideas tan brillantes que hasta el mismísimo Platón, confundido, tuvo que recurrir a la falsa teoría de la reminiscencia para explicar su proceder. Del plagiario poco hay que decir: es un parásito de la sociedad.

“A los que carecen de invención no había de consentir la república que escribiesen libros ni dejárselos imprimir, porque no hacen más que dar círculos en los dichos y sentencias de los autores graves, y tornarlos a repetir; y hurtando uno de aquí, y tomando otro de allí ya no hay quien no componga una obra”.

Y ahora viene la observación zoosófica:

“A los ingenios inventivos llaman en lengua toscana caprichosos, por la semejanza que tienen con la cabra en el andar y pacer, ésta jamás huelga por lo llano, siempre es amiga de andar a sus solas por los riscos y alturas y asomarse a grandes profundidades por donde no sigue vereda ninguna ni quiere caminar en compañía”.

Ya lo veis, el navarrico valiente está imaginándose a Zaratustra.


Respecto a los que tienen una imaginación pobre, dice que se parecen a la oveja,

“la cual nunca se sale de las pisadas del manso, ni se atreve a caminar por lugares desiertos y sin carril, sino por veredas muy holladas, y que alguno vaya delante”.

Pero cuando los ha caracterizado en su oposición, Huarte de San Juan da un giro a su argumento y defiende que la salvación de la ciudad se encuentra en la convivencia entre estas personas dispares.

“porque así como a una gran manada de ovejas suelen los pastores echar una docena de cabras que las levanten y lleven con paso apresurado a gozar de nuevos pastos y que no estén hollados; de la misma manera conviene que haya en las letras humanas algunos ingenios caprichosos que descubran a los entendimientos óviles nuevos secretos de naturaleza y les den contemplaciones nunca oídas en que ejercitarse, porque de esta manera van creciendo las artes y los hombres saben cada día más”.

2 comentarios:

  1. Muy interesante. Sobre todo la observación que vincula al capricho con la creación original. Creo que hay mucho de ello, el Demiurgo es el summum del capricho.

    Abrazo

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