Sean los que sean los excesos y manías de la posmodernidad, lo cierto es que en sí misma es expresión de algo real: de un cansancio. Más específicamente: de un cansancio de la historia, que parece harta de ir a la vanguardia. ¿Cómo no van a ser posmodernos nuestros jóvenes artistas y diseñadores cuando descubren que la vanguardia hace al menos cincuenta años que se convirtió en rutina? "En "Qui êtes-vous, Polly Maggoo?" se encuentra uno de los primeros testimonios de esta paradoja. Cualquier proyecto vanguardista está condenado a ser o ingenuo (y entonces descubre sin saberlo Meditarráneos mil veces ya surcados) o cínico. La razón cínica es la expresión de la razón posmoderna.
He leído algunos versos sueltos de algunos "poetas" que se muestran en la "nova"(sería más apropiado el adjetivo "boba")poesía catalana y, debo admitir, que me aburren bastante. Siguen desafinándole a la musa moribunda...
ResponderEliminarPues quizás tenga usted razón. El viernes lo comprobaremos en Ocata.
ResponderEliminarEstá usted invitado.
Tras el recital habrá fideuá.
Siempre se està inventando lo ya inventado, cuesta mucho ser original 'de verdad'. Lo que pasa es que a veces desconocemos lo anterior y nos hacen pasar 'bou per bèstia grossa'.
ResponderEliminarQuizás la vanguardia sea aquello que ya pasó. Que en el mejor de los casos pasa inadvertido mientras ocurre y que, años después, es reconocido como tal.
ResponderEliminarLos movimientos sociales van y vienen, suben y bajan, se hacen modernos o antiguos...
ResponderEliminarEsa es una vieja danza, siempre presente y autojustificada en si misma
¿no sera la Vanguardia aquello que ya se ha olvidado?, mas o menos coincidiento con Don Arrebatos
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