Buscar este blog

lunes, 31 de marzo de 2008

Amasis y Polícrates

Cuenta Herodoto la historia de la amistad entre el rey Amasis de Egipto y el tirano Polícrates, de Samos. Este último poseía una poderosa flota que le permitía dominar las rutas comerciales del Egeo, obteniendo cuantiosos beneficios. Tan cuantiosos que su amigo Amasis comenzó a preocuparse seriamente por lo desmesurado de su buena fortuna. Los dioses son envidiosos y se sienten un poco empequeñecidos cuando a los humanos les sopla la fortuna de manera favorable durante mucho tiempo. Y Polícrates parecía blindado contra cualquier infortunio. Esa –pensaba Amasis- no es una vida de hombre. Por eso le sugirió a Polícrates que, si no quería ganarse la enemistad del cielo, hiciera todo cuanto estuviera en sus manos para humanizar el curso de su propia vida con algún pesar. Conmovido por este consejo, Polícrates decidió recortarle un poco las alas a su buen hado y buscó alguna cosa muy querida cuya pérdida pudiera lamentar. Finalmente eligió un espléndido anillo de oro que estaba adornado con una refulgente esmeralda. Se embarcó en una nave de cincuenta remos y cuando creyó estar lejos de todas las rutas conocidas, lanzó la joya al mar y regresó a su palacio dominado por un sentimiento paradójico, pues se encontraba feliz por haber conocido al fin la pesadumbre. Y, por ello mismo, preocupado. ¿Significaba esa perplejidad que estaba estrenando su condición humana? Era feliz porque lamentaba una pérdida y estaba preocupado porque seguía siendo feliz.

Siete días vivió Polícrates en ese estado de perplejidad. Lo arrancó del mismo un pobre pescador, que se presentó ante él con el regalo de un enorme pez que acababa de pescar en alta mar. Polícrates sospechó lo que ocurriría a continuación y abrió el pescado inmediatamente. Efectivamente, en sus entrañas estaba el anillo que había querido perder.

Cuando Amasis, en Egipto, se enteró de lo ocurrido en Samos, decidió poner fin a su amistad con Polícrates. Así, cuando a éste le alcanzaran los males que tarde o temprano los dioses descargarían sobre él, no tendría que compartir, por imperativos de la amistad, el dolor inevitable.

sábado, 29 de marzo de 2008

Ocata, 28 de marzo II

De izquierda a derecha: Arias, Subirats, Besora, Casasses, Pedrals y un servidor.
La crítica buena: a Ca'l Súbal (que es el autor de la foto)


He intentado posponer la crítica del milagro porque no sabía como describir con verosimilitud una epifanía. En estos casos o se vuelve del evento como San Juan de la Cruz del Carmelo, en completo silencio, o, si se tiene que hacer algo con sentido, se baila, se canta o, lo mejor de todo, simplemente se bebe para celebrarlo.

Así que dense ustedes por invitados: hoy, barra libre.

Esta mañana los vecinos de Masnou y Ocata hablaban de poesía en el mercado. Quizás debiera acabar aquí.

Pero también hablaban de poesía por la calle. Por las opiniones que recojo, los triunfadores de la noche fueron el Tomàs Arias y el Pedrals (al que en la foto le tapo la cara con la copa, pero se lo tiene merecido, por rebautizarme como "Gregorio Lúbric"). Lo cual no quiere decir que no gustaran el resto. A los bukowskianos (entre los que me incluyo) les entusiasmó el Besora; a los mitómanos, el Casasses; a mi –para decirlo todo- me dejó tocado el diapasón del Subirats.

He hablado con mucha gente: eminentes médicos, eminentes catedráticos, eminentes políticos, eminentes ciudadanos de a pie, eminentes jóvenes, maduros, viejos… eminentes miembros del gobierno municipal (alcalde incluido) y no menos eminentes miembros de la oposición. Todos salieron más que satisfechos.

Hubo quien dijo, a la salida del teatro del casino, que aquel había sido el mejor acto cultural que se había celebrado en el pueblo en los últimos años

¿Pero qué tiene esta gente para que entusiasme a un público tan numeroso y tan diverso?

Numeroso: Unas 400 personas.

Diverso: Allá estábamos gentes de todos los pelajes políticos, culturales, estéticos, cronológicos...

A mi modo de ver la clave de su éxito reside en que hacen poesía para decirla cara a cara. Me atrevería a decir que incluso la piensan cara a cara. Tienen algo de cómicos, de rapsodas, de tirititeros, de payasos, de trágicos, de pornógrafos, de místicos, de colegas, de maestros… y, por encima de todo, tienen la capacidad de contagiar el entusiasmo por la celebración de la palabra compartida.

Gracias a todos. Gracias Súbal, gracias editores de Labreu, gracias Libray. Al único al que no le doy las gracias es al Ramón del Mas Vell, que se empeñó en que la fideuá no era plato adecuado para esa noche. Nos atiborró de excelente comida y excelente bebida, es cierto, pero…

Ocata, 28 de marzo









viernes, 28 de marzo de 2008

Invitación a una noche de primavera


De adolescente quería escribir "La dama de las camelias", y me puse a ello varias veces, pero ninguna de mis versiones lograba superar al original y el esfuerzo me fue hundiendo en la decepción hasta que decidí que lo mío era la poesía. Y entonces escribí un largo poema sobre una lechuga paranoica. Aquello me gustó. No en vano -lo dice Gil de Biedma- el juego de hacer versos está muy emparentado con el otro vicio solitario (con "t"). La musa poética me abandonó cuando me entró el vicio solidario (con "d") y decidí que tenía que leerme -aún no había cumplido los veinte años- "Materialismo y empirocriticismo" del camarada Vladimir. La verdad es que no encontraba mucha diferencia entre este libro y "El Ulises" de Joyce. En estos enjambres existenciales andaba cuando topé con una crítica de un disco que decía: "Han abandonado la estética para hundirse en lo real". La firmaba José María Íñigo y se refería a Led Zeppelin. Y así llegué a Dios. Nunca he perdido esta fe. "Abandonar la estética para hundirse en lo real" se me antojaba un magnífico proyecto vital. Hasta que me enamoré y la estética se convirtió en lo real. ¡Qué biografía más rara!

Por cierto, ¿se han fijado que a "solitario" le separa de "solidario" un mero matiz fonético?

Todo lo que he contado hasta aquí no es en realidad sino una manera sesgada de presentarme como poeta de una noche de verano.

Una noche de verano de hace ya unos cuantos años me desperté sobresaltado, con la cabeza llena de versos en catalán. ¡Lo juro! ¡Tal cual! Este sí que era un enjambre, pero de eses sonoras y es abiertas. Armaban tanto jaleo que tuve que levantarme a escribirlos para poder reconciliar el sueño. Poco después me daban un premio de poesía. "L'espurna del Clot". ¡En catalán! El librito, con el título "Esbós del vol de l'àliga" fue editado por Columna y creó que vendió algún ejemplar, pero no estoy muy seguro.

No he vuelto a escribir más versos, porque ahora mis desvelos son, por desgracia, más prosaicos (si exceptuamos mi interés por las manoletinas de la Bruni), pero me reconcilié con la poesía.

En realidad tampoco quería hablar de nada de esto, sino de esta noche de primavera.

Todo esto es una invitación a venir hoy a las 9 al Casino del Masnou. Hay un recital poético y, para postres, fideuá y cava.


Lo confieso:
no he sido del todo sincero.
Tengo un título para un poemario futuro:
"Este no es un buen lugar para comprar un pollo".
Una noche de estas escribiré el primer verso.

jueves, 27 de marzo de 2008

France 1, England 0

Vía: Formaire

Imagen completa: aquí.
Comparación: el pecado y la virtud.

La bonita historia de la oxitocina

“Pus bien, durante el orgasmo, tanto el hombre como la mujer producen oxitocina, lo que sólo puede explicarse como un mecanismo para estabilizar las relaciones de pareja”
J.A. Marina, “Las arquitecturas del deseo”, p. 152.

O sea que mis 30 años de matrimonio (que dicen mis hijos que somos una vergüenza para ellos, porque todos sus amigos tienen varios padres y/o varias madres y ellos sólo un padre y una madre) se deben a la oxitocina.

“Cariño, te prometo fidelidad hasta que la oxitocina nos separe”.

Claro que si la oxitocina se genera en la refriega sexual, la falta de oxitocina sólo puede deberse a la falta de sexo. De ahí se pueden deducir varias conclusiones:

  • El sexo fomenta la fidelidad.
  • Antes de prometer fidelidad a alguien hay que garantizar una abundante práctica sexual, porque se es más fiel a alguien después que antes de haber mantenido relaciones sexuales (y don Juan sin enterarse).
  • No te creas las promesas de fidelidad de nadie. Limítate a medirle su capacidad para segregar oxitocina.

Pero en realidad lo que me interesa de la tajante afirmación de Marina no es su indudable potencial humorístico sino el “para” (“para estabilizar las relaciones de pareja”) que introduce una causa final en la generación de la oxitocina por parte de la naturaleza. Este "para" reverdece la tesis aristotélica de que “la naturaleza no hace nada en vano”.

La introducción del teleleologismo en la naturaleza es una reivindicación, consciente o inconsciente, de la providencia divina: puro estoicismo. Yo no sé si la ciencia de hoy es o no neo-estoica, pero oyendo hablar a muchos de sus divulgadores, no hay duda de que creen en la existencia de una mano oculta en la naturaleza capaz de enderezar entuertos. Nietzsche les tomó el pulso perfectamente. Desde mi punto de vista la afirmación nietzscheana del eterno retorno de lo mismo no es sino una manera radical de situarse polémicamente contra la idea de la providencia, en cualquiera de sus formas.

Es más consolador imaginar a la naturaleza como un arquero certero, que siempre actúa con la mirada fija en un blanco (un “para”) que como un arquero ciego y mareado.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Diccionario Filosófico: Mandamiento moral

Meditación de las 5:19 de la mañana: No tengo ninguna duda de que el dios bíblico caería hoy mucho más simpático si en lugar de los diez mandamientos hubiese entregado a Moisés las diez sugerencias.

martes, 25 de marzo de 2008

Rock around the towers

Ayer me fui a Sant Adrià.

Salí de Ocata a eso de las 5 de la tarde

El viento soplaba con fuerza, pero de levante, impulsándome. Ya volvería en tren.

A veces se formaban remolinos que arrastraban la arena de la playa contra los cuatro que andábamos a la intemperie y ya sabéis que la arena, tozuda, siempre encuentra la manera de llegar a donde no debe.

Los más listos aprovechaban el sol de la tarde resguardándose del viento.



O lo aprovechaban como aliado de sus aventuras.


El camino es una excursión por las varias caras de Cataluña, que aquí se dan juntas.


Finalmente las torres de FECSA. Esta playa, de muy mala fama, se llamaba hasta hace poco "de Chernobil".

A resguardo de las torres andaban hombres desconfiando de mi cámara... me imagino que suplicándose mutuamente un espasmo.


El Besós. Tres pescadores en las aguas calientes de la térmica. Fin del viaje.

Qui êtes-vous, Polly Maggoo?



Sean los que sean los excesos y manías de la posmodernidad, lo cierto es que en sí misma es expresión de algo real: de un cansancio. Más específicamente: de un cansancio de la historia, que parece harta de ir a la vanguardia. ¿Cómo no van a ser posmodernos nuestros jóvenes artistas y diseñadores cuando descubren que la vanguardia hace al menos cincuenta años que se convirtió en rutina? "En "Qui êtes-vous, Polly Maggoo?" se encuentra uno de los primeros testimonios de esta paradoja. Cualquier proyecto vanguardista está condenado a ser o ingenuo (y entonces descubre sin saberlo Meditarráneos mil veces ya surcados) o cínico. La razón cínica es la expresión de la razón posmoderna.

lunes, 24 de marzo de 2008

Venus y Marte

Kristol vs Obama

"The real question, of course, is not why Obama joined Trinity, but why he stayed there for two decades, in the flock of a pastor who accused the U.S. government of “inventing the H.I.V. virus as a means of genocide against people of color,” and who suggested soon after 9/11 that “America’s chickens are coming home to roost.”

William Kristol, hoy en The New York Times, sobre la relación de Obama con el reverendo Wright

Diccionario Filosófico: La idiocia

"Idiota proprie dicitur qui scit tantum linguam in qua natus est" (el auténtico idiota es el que sólo conoce su lengua materna).
Tomás de Aquino.

domingo, 23 de marzo de 2008

sábado, 22 de marzo de 2008

viernes, 21 de marzo de 2008

Entre dos ladronas

Yo hacía tan feliz el viaje en tren de Ocata a la Plaza de Cataluña, sentado en el lado del mar, con un libro de Simmel entre las manos y disponiendo de los cuatro asientos para acomodarme a mi antojo. Y el viaje ha sido feliz hasta la estación del Clot, donde ha tomado un cariz singular. Dos mujeres jóvenes, de no más de veinticinco años, morenas, pizpiretas, de pechos aprisionados en tops cuatro tallas más pequeñas que las aconsejables para no morir asfixiado, se han sentado a mi lado. Una a mi izquierda y la otra enfrente. He tenido que echarme para atrás y recoger las piernas. Inocente de mí, hacía como que me interesaba más Simmel, y ya me disponía a realizar el resto del trayecto bizqueando cuando un guardia jurado ha subido al tren y señalándome con la porra ha gritado, para que lo oyera todo el vagón:

-¡Vigile, que esas roban! ¡Mucho cuidado! ¡Son ladronas rumanas! ¡Si se descuida, lo pelarán!

El tren ha dado la señal de partida y el guardia ha bajado de un salto al andén, desde donde me ha hecho una seña de advertencia, llevándose el dedo índice al ojo

- ¡Mucho ojo!

¡Qué remedio!

Las dos mujeres parecían estatuas de sal. A pesar de lo comprimido de su torso, estaban hieráticas, sin ni tan siquiera respirar. Juro que lo he observado todo con detalle por el rabillo del ojo. Su absoluta quietud tenía algo de intrigante. Me he guardado a Simmel en el bolsillo, he cruzado los brazos y me he dispuesto a vigilar. En el vagón todo el mundo esperaba que sucediera algo inminente.

Y así he hecho el resto del viaje, como un Jesucristo postmoderno, entre dos ladronas imprevisibles. Tanto podían saltarme a la yugular como caer fulminadas por falta de oxígeno.

Al llegar a la Plaza de Cataluña han resucitado las rumanas y se han bajado, y yo con ellas. Pero yo me he dirigido a la salida y ellas han cambiado de tren.

Tiene razón Borges: El cielo y el infierno son un exceso. Las acciones de los hombres no merecen tanto.

martes, 18 de marzo de 2008

Teoría de la teoría

Un hombre se está probando un traje hecho a medida y le dice al sastre:

- ¡Hay que meter la tela de esta manga! ¡Es cinco centímetros demasiado larga!

- No, mire, si dobla el codo, le queda perfecta –dice el sastre.

- Ya, bueno… -continúa el hombre-. ¡Pero fíjese en el cuello! Cuando doblo el codo, el cuello se va para atrás.

- ¿Y qué –insiste el sastre-. Levante la cabeza y échela para atrás. Perfecto.

- Pero ¡es que ahora el hombro izquierdo está tres centímetros más abajo que el derecho!

- Ningún problema. Dóblese por la cintura hacia la izquierda y verá cómo se le recompone.

El hombre se marcha de la sastrería con el traje puesto, el codo doblado, la cabeza erguida y echada para atrás e inclinado hacia la izquierda. Sus andares se convierten en una especie de bamboleo espástico.

En una esquina se cruza con dos transeúntes.

-Mira, un tullido –dice el primero-. ¡Pobre hombre, qué pena!

- ¡Sí, pero su sastre debe ser un genio! –responde el segundo. El traje le sienta de maravilla.

(De Th. Cathcart y D. Klein, Platón y un ornitorrinco entran en un bar…

El tiempo vuela

Pues sí, es el mismo: Spencer Elden, el bebé de la portada de Nevermind.

lunes, 17 de marzo de 2008

Dos imágenes del político

Acabo de leer el último libro de Luc Ferry, Familia y amor. Un alegato a favor de la vida privada. Me cuesta estar de acuerdo con lo que dice, pero como me obliga a perfilar mis posiciones, la lectura ha sido fructífera. De ella he extraído estas dos interesantes imágenes del político

"En verdad la política es lo mismo que un deporte muy peculiar, el rodeo, cuya finalidad no es llegar a ninguna parte, sino saber mantenerse sobre el animal (…). No hay que pretender que el animal avance y, menos aún, llevarle la contraria".

Según Ferry, para comprender cabalmente el oficio de un político conviene imaginarse

“a un cirujano que tiene que operar a un niño pequeño, y debe hacerlo ante su familia al completo; vigilado además por la prensa, a ser posible con la televisión transmitiendo en directo y las cámaras en el quirófano; en presencia, asimismo, de los abogados de la familia (por si acaso), y, last but not least, bajo el escrutinio de sus colegas, a quienes se sabe que –según la conocida definición de compañerismo- les mueve ante todo un odio siempre vigilante".

domingo, 16 de marzo de 2008

Momentos estelares de la historia de la música


Sonny King: "I Cried For You"
Vía: Otomano

Darwin y el sentido de la prudencia

Las relaciones de Darwin con Marx han sido motivo de debates de todo tipo. Parece claro que Marx intentó apropiarse de las ideas de Darwin, pero éste se mostró muy celoso de sus reservas ideológicas, que las tenía. A veces para remarcar sus distancias con Marx se ha contado que rechazó un ejemplar dedicado de El Capital. No hay, sin embargo, nada de esto.

Es cierto que en octubre de 1873 Darwin recibió por correo un ejemplar de la segunda edición de El Capital, pero en lugar de rechazarlo, como era una persona educada, inmediatamente le envió a Marx una nota de agradecimiento, señalando que participaba del propósito marxiano de aumentar el conocimiento de la humanidad y con él la felicidad colectiva. Esta carta agradó tanto a Marx que la tuvo como prueba del aprecio de Darwin por su pensamiento. Sin embargo la amabilidad de Darwin era una mentira piadosa y no necesariamente deshonesta. Nunca leyó El Capital.

Lo que dio motivos para la confusión es que entre los papeles de Marx se hallara una carta firmada por Darwin el 13 de octubre de 1880 en la que dirigiéndose a un destinatario innominado le dice que es muy libre de publicar los comentarios que desee sobre la teoría de la evolución, ya que para eso no necesita su consentimiento. “Sería ridículo por mi parte –insiste- ofrecer mi consentimiento a lo que no lo requiere”. A continuación añade: “Preferiría que no me dedicara su obra (aunque le agradezco su honrosa propuesta) puesto que tal cosa significaría mi aprobación de la obra en general, de la que no sé nada. Por otra parte aunque soy un firme defensor del libre pensamiento en todas las cuestiones, considero (correcta o incorrectamente) que los ataques directos al cristianismo y al teísmo producen muy escasos efectos en el público. La libertad de pensamiento se promueve mejor por medio de la gradual iluminación de las mentes de los hombres que sigue al avance de la ciencia. Por eso siempre he evitado escribir sobre la religión, dedicándome a la ciencia. Me predispone a evitar atacar directamente a la religión el deseo de evitar cualquier dolor a los miembros de mi familia. Siento tener que rechazar su petición, pero yo ya soy viejo y mis fuerzas son cada vez menores y revisar y corregir textos me fatiga muchísimo”. Durante mucho tiempo se tuvo por indudable que Darwin se estaba dirigiendo a Marx y que la obra a la que se refería era El Capital. Hoy se sabe que la carta tenía por destinatario a Edward Aveling, que se había propuesto publicar un texto divulgativo de las ideas de la evolución titulado The Students’ Darwin.

Edward Aveling visitó a Darwin el 28 de septiembre de 1881, acompañado de Ludwig Büchner. Ambos se presentaron como ateos. En la entrevista estaba presente también el Reverendo Brodie Innes, viejo e íntimo amigo de Darwin.

- ¿Por qué os consideráis ateos? –les preguntó Darwin a Avelin y Büchner, añadiendo que él prefería considerarse un agnóstico.

- Bien –le contestó Aveling- un agnóstico es un ateo que no quiere perder la respetabilidad, mientras que un ateo es un agnóstico agresivo.

- ¿Y por qué hay que ser agresivo?

Darwin está enterrado en la abadía de Westminster. No lo considero un gesto deshonesto. Probablente sólo es motivo para hablar bien de la iglesia anglicana.

viernes, 14 de marzo de 2008

Viernes, 14 de marzo

Llevo 30 años en Cataluña y no conozco nada. O mejor dicho, haciendo excepción de Barcelona, la imagen que tengo del resto es casi epidérmica. No es que no la haya recorrido de parte a parte varias veces, pero esto me permite saber cómo se va de un sitio a otro y poco más. Conocer un país es otra cosa. Es, por ejemplo, interesarse de manera ordenada y no meramente anecdótica por su pasado. Hasta este año -y me refiero al 2008- no he conocido esas maravillas del románico que son Sant Benet del Bages o Santa Maria de l'Estany. Y hasta hoy no había estado ni en La Cartuja de Montalegre de Tiana ni en el Monasterio de Sant Jeroni de la Murtra, en Badalona. Y eso que están a cuatro pasos de Ocata.



En Montalegre los cartujos siguen guardando celosamente el privilegio de su clausura, pero nos han permitido a mi mujer y a mi pasear por los alrededores de la cartuja en completa libertad, en torno a las campanadas, puntuales y pausadas. A pesar de las pocas lluvias, la primavera impone su presencia en la Serralada de la Conrería, con sus colores (los verdes intensos, cárdenos, entre los que puntillean los verdes transparentes de los brotes nuevos, la flor tan blanca de la estepa negra...) y sus olores. A lo lejos, a años luz de distancia, se ve la costa, con sus trenes y sus autopistas. Aquí, todo es paz. Es un milagro que se haya preservado este espacio intacto, sin la contaminación del urbanismo desolador. No hay nadie. Sólo nosotros dos y las campanas.




De la Cartuja de Montalegre a Sant Jeroni de la Murtra hay diez minutos en coche. Los edificios son de la primera parte del siglo XIV. En ambos lugares la vegetación y la orografía es similar, pero aquí, al norte de una ciudad tan ajetreada como Badalona, los caminos están más transitados y los coches, al pasar, levantan -levantamos- polvaredas de un polvo harinoso que envuelve a los esforzados deportistas que corren en busca de una salud intacta. Demasiado deportista para no enturbiar la paz posible. Cuando el sol ha comenzado a ponerse tras Collserola hemos disfrutado de diez minutos magníficos que me han reconciliado con el genio del lugar.





Puercospines, erizos, zorras: de regreso a la zoosofía

Tengo muy abandonada a la zoosofía, que tan buenos momentos ha dado a este Café. Pero es que este café va así, a salto de mata, dejándose llevar por los aromas del momento, sin disciplina ninguna. Menos mal que ayer topé con los humildes erizos en el número de marzo de una revista que no acostumbro a leer, “El Ciervo”, y puedo así rendir justicia a esta noble rama de la filosofía. Como diría Jordi Sales, "los erizos también tienen derecho a ser tomados como ejemplo".

Como el erizo es primo hermano del puercoespín, comenzaré recordando una fabulilla que ya habíamos recogido en este café. La cuenta Schopenhauer en Parerga y Paralipomena:

“Un grupo de puercoespines quisieron acercarse mucho unos a otros un gélido día de invierno con el fin de no helarse de frío infundiéndose mutuamente calor. Sin embargo, sintiendo enseguida los pinchazos recíprocos de sus respectivas púas se vieron obligados a separarse. Ahora bien, cuando el deseo de calor los llevó a acercarse de nuevo, se repitió este segundo mal; de modo que fueron pasan de un sufrimiento a otro hasta que hubieron logrado encontrar una distancia adecuada desde la cual pudieron soportarse mejor. Del mismo modo impulsa a los hombres el deseo de compañía a buscarse los unos a los otros, pero sus muchos defectos vuelve a separarlos de nuevo.”

Luis Cernuda se apropia de esta fábula en el frontispicio de “Donde habite el olvido”:

Como los erizos, ya sabéis, los hombres un día sintieron su frío. Y quisieron compartirlo. Entonces inventaron el amor. El resultado fue, ya sabéis, como en los erizos.

¿Qué queda de las alegrías y penas del amor cuando éste desaparece? Nada, o peor que nada; queda el recuerdo de un olvido. Y menos mal cuando no lo punza la sombra de aquellas espinas; de aquellas espinas, ya sabéis.

El erizo fue elevado a la categoría de animal zoosófico por Arquiloco, autor de una sentencia famosa: “Mientras que el zorro conoce muchas estrategias, el erizo sabe una sola y grande”. La idea la recogió Isaiah Berlin (por quien siento muy escasa devoción) en su obra El erizo y la zorra:

«… Porque media un gran abismo entre quienes, por un lado, relacionan todo con una única visión central, un sistema más o menos congruente o consistente, en función del cual comprenden, piensan, y sienten –un único principio universal, organizador, que por sí solo da significado a todo lo que son y dicen–; y por otro, quienes persiguen muchos fines, a menudo inconexos y hasta contradictorios, ligados, si lo están, por alguna razón de facto, alguna causa psicológica o fisiológica, sin que intervenga ningún principio moral o estético. (…) El primer tipo de personalidad intelectual y artística es el de los erizos; el segundo, el de las zorras; y podemos decir, evitando una clasificación excesivamente rígida, pero sin temor a contradecirnos, que, vistos así, Dante pertenece a la primera categoría, y Shakespeare, a la segunda. Platón, Lucrecio, Pascal, Hegel, Dostoiesvski, Nietzsche, Ibsen y Proust son, en distinta medida, erizos; y Heródoto, Aristóteles, Montaigne, Erasmo, Moliere, Goethe, Pushkin, Balzac y Joyce son zorras».

El pobre erizo fue completamente ignorado por los grandes fabulistas, como Esopo, Fedro, Aviano y La Fontaine, pero ha tenido cierta fortuna entre los poetas modernos. Pondré dos ejemplos:

Jesús Aguado, “Libro de homenajes”:

Supe entonces
que no se distinguía en nada la acción de acariciarla
de la acción de pisar
un erizo: el tiempo
convierte las caricias en espinas
e ilumina la vida por medio del dolor.


Jesús Munárriz, “La respuesta del erizo”:

No puede plantar cara al enemigo
mostrándole los cuernos:
no los tiene.
Ni tampoco morderle:
son sus dientes
pacíficos, herbívoros.
Carece de aguijones, de sustancias
que inocular: su cuerpo
no produce venenos.
Ni se puede refugiar en la manada:
vive con su familia nada más, cuida de ella.
Ni siquiera la huida le es posible:
mal corredor, lentísimo, torpón,
lo atrapan de inmediato.
Así que si se siente
atacado, el erizo
se ovilla
y despliega sus púas.
Es su única defensa.

Pues aún hay quien lo acusa
de agresivo.

jueves, 13 de marzo de 2008

El mono altivo

La prensa lo recuerda con cierto despliegue: Si la naturaleza sigue su curso, dentro de unos 7.590 millones de años la Tierra será sacada de su órbita por el Sol, rojo e hinchado, y caerá hacia una rápida y vaporosa destrucción en una trayectoria espiral. Ésta es la previsión que indican los nuevos cálculos hechos por los astrónomos Klaus-Peter Schröder, de la Universidad de Guanajuato (México), y Robert Connon Smith, de la Universidad de Sussex (Reino Unido).

Vista desde la perspectiva cósmica, la vida del hombre habrá sido, como decía Nietzsche, un instante. Lo justo para que un mono altivo haya dado una cabezadita y se soñara moral.

La naturaleza, en sí misma, tendrá todo el sentido científico que se quiera, pero ese sentido acabara fagocitando todo sentido, desde el principio antrópico hasta la filosofía de la historia. Y el riesgo reside –volvía a decir Nietzsche- en optar por su sinsentido. La posibilidad de que la vida humana esté completamente desprovista de significado puede ser mucho más deprimente y degradante que la ‘foeda religio’.

Le cedo la palabra al Nietzsche de “Sobre la verdad y la mentira en sentido extramoral”:

“En algún apartado lugar del universo centelleante (…) hubo una vez un astro en el que los animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la historia universal: Pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante pero, con todo, no habría ilustrado suficientemente cuán lastimoso, cuán sombrío y caduco, cuan estéril y arbitrario es el estado en el que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza.”

En última instancia, podemos ser morales porque vivimos poco.

miércoles, 12 de marzo de 2008

La inquietante expansión de derechos

No sé si lo leísteis ayer en la prensa. En resumen: Los Lichy, un matrimonio británico (diré en su descargo que él se llama "Tomato"), son sordos, y quieren que su segundo hijo sea sordo. Se llevaron una gran alegría cuando descubrieron que el primero lo era y temen que el segundo pueda oír. Así que están dispuestos a recurrir a la ingeniería genética para garantizar su sordera.

¿Os sorprende?

Pues los Lichy están convencidos de la nobleza de sus intenciones, porque ser sordo en realidad no es una discapacidad, sino la condición de miembro de una minoría cultural.

El padre lo ha declarado así a The Observer: "Ser sordo no significa una discapacidad o ser médicamente incompleto, significa formar parte de una minoría lingüística. Estamos orgullosos, no del aspecto médico de la sordera, sino del lenguaje que utilizamos en la comunidad en que vivimos", añade.

Vivimos tiempos extraños.

Recuerdo el caso, que se hizo famoso hace unos años por la polémica que generó, del psicólogo americano Gregg M. Furth (en su descargo diré que había estudiado en el Instituto Jung en Zurich) que decidió amputarse una pierna sana, no porque quisiera pertenecer a una minoría cultural, sino porque si era dueño de su cuerpo, ¿qué se lo impedía? Contó incluso con la colaboración de un cirujano, Robert Smith. Incomprensiblemente las autoridades médicas se opusieron a este gesto de expansión de las libertades y derechos de la persona.

Los interesados, disponen de abundante información en Internet sobre los dos casos.

martes, 11 de marzo de 2008

Con mi amigo Victor Manuel Arbeloa

Perdonadme, pero voy a utilizar este post para un mensaje personal.


Buruti hasten da arraina karatzen.


¡¡¡Que les den!!!

lunes, 10 de marzo de 2008

Invitación a un debate

Estaba yo dándole y dándole vueltas a los resultados electorales y ya iba perfilando mi hipótesis de que los electores han sido complacientes y le han dado a cada partido exactamente lo que ha pedido, cuando me ha llegado esta invitación para participar en un debate que no diré que sea más serio que los nuestros poselectorales, pero sí puedo asegurar que no se avergüenza por no ser menos retórico. Os paso, solícito y diligente, la información pertinente.

«Les Belles Lettres» prepara el próximo de sus debates insólitos. Se trata de un torneo oratorio que tendrá lugar el próximo 13 de marzo.

El tema impuesto es el siguiente:

"Petición de los fabricantes de velas y de todo aquello que tiene que ver con el alumbrado [... ] solicitando al Gobierno que ordene el cierre de todas las ventanas y tragaluces [... ] en una palabra de todas las aperturas por las cuales la luz solar acostumbra a introducirse en las casas, con perjuicio de las hermosas industrias de las cuales nos honramos de dotar al país, que no debería sin ingratitud abandonarnos a una lucha tan desigual." "(Extracto de Frédéric BASTIAT, Sophismes économiques, Éd. Les Belles Lettres, 2005, p. 89)

Reglamento:

  • Cada orador tendrá la palabra durante diez minutos exactamente para responder a la petición de los fabricantes de velas, argumentando a favor o en contra.
  • El Jurado, presidido por Me Olivier Sers, estará formado por las personalidades más eminentes de la oratoria francesa.
  • El vencedor recibirá una corona de laurel bien merecida con los aplausos del público entusiasta.

Los interesados en participar deben enviar su candidatura a la siguiente dirección de correo electrónico: saladin-jc@noos.fr.

Para más información : lescauseriesinsolites.

Arendt sobre la educación

En 1958, en un momento en que en los Estados Unidos estaba emergiendo una conciencia de crisis en la educación que aún tardaría algunos años en llegar a Europa, Hannah Arendt publicó “La crisis de la cultura” (1958), un texto valiente.

En buena medida dedica el ensayo a fundamentar teóricamente la autoridad del maestro como representante del mundo tal cual es. Los educadores no tienen por función impulsar mundos posibles, sino representar a un mundo que ellos no han construido y con el cual pueden no estar completamente satisfechos. Aunque es legítimo que deseen un mundo diferente, sus responsabilidades son con el mundo presente. Si no quieren asumirlas, deben renunciar a su oficio. La responsabilidad en la educación es la autoridad.

Arendt diferencia entre la competencia y la autoridad del profesor. La competencia se deriva de su conocimiento del mundo y de su capacidad para transmitirlo, mientras que la autoridad se funda en la responsabilidad que el maestro asume frente al mundo. Y así llegamos a la cuestión que acabo de leer. Dice Arendt con un humor no exento de mala uva que los niños no pueden rechazar la autoridad de los educadores como si fueran una minoría oprimida por los adultos. Aunque los métodos modernos de educación han intentado poner en práctica ese absurdo que consiste en tratarlos como una minoría oprimida que desea liberarse. Cuando los adultos rechazan la autoridad, eso sólo puede significar una cosa: que rechazan asumir la responsabilidad de un mundo en el cual han depositado a sus hijos.

domingo, 9 de marzo de 2008

La moral fashion ataca de nuevo

Javier Gomá abría ayer el suplemento cultural del ABC con un extenso artículo de cuatro páginas titulado “La vulgaridad, un respeto”. Y yo, lo respeto, de verdad. Javier Gomá tiene todo mi cabreado respeto y, como, obviamente, esto no le quitará el sueño, me explayaré un poco poniéndolo de manifiesto.

El texto de Gomá me parece un hito muy notable en el ascenso de la “moral fashion” a los altares de la posmodernidad. Al final los intelectuales vuelven encontrar en el pueblo una causa que dignifica el reclinatorio: la del elogio de la vulgaridad. Así, tal cual.

Los grandes pensadores líquidos (Virilios, Baumans y demás) ya nos venían predicando que las fronteras eran cosas del pasado (¡y los de Kosovo, tercos ellos, sin enterarse!) porque todo es fluido y nada permanece.

Sí, ya sé que Heráclito los precedió a todos, pero fue coherente con su pensamiento: renunció a la política, escribió un libro que no entendía nadie, lo depositó en el templo de Artemis efesia y se retiró a sus melancólicas oscuridades intelectuales, a expresar con su silencio la coherencia de su pensamiento y su obra. Un heraclitiano no puede reírse sin refutarse. A diferencia de Heráclito, los heraclitianos posmodernos no dejan de vocear el “todo fluye” con una enorme sonrisa de oreja a oreja.

El axioma de Gomá es que todo lo democrático es noble.

Por lo tanto, si la cultura democrática ha ido eliminando las fronteras entre lo culto y lo popular y, por extensión las jerarquías sociales y estéticas, esta eliminación es noble.

Si la cultura democrática ha impuesto la democratización del gusto y la vulgaridad se ha convertido en norma de comportamiento, la vulgaridad es noble.

¡Un respeto, oigan, para la vulgaridad, que es democrática! ¡No vayan ustedes a faltarle el respeto a la democracia criticando la vulgaridad!

Gomá defiende una teoría de la democracia que haría partirse de risa al comediógrafo griego Aristófanes. La democracia, dice, resalta lo que une a los hombres y en lo común a todos encuentra el estatus ontológico de lo humano. Esto tan bonito ya lo estudió Platón en la República y encontró que ciertamente, hay algo común a todos los hombres: un cierto sentimiento de la justicia. Tanto es así que incluso puede encontrarse en una banda de ladrones. Hasta una banda criminal necesita realizar alguna idea de la justicia para mantenerse unida. El problema reside, dice Platón, en que una ciudad que se estime a sí misma debe aspirar a tener una moralidad muy superior a la de una banda de ladrones. Y, por lo tanto, necesita algo más que una moralidad natural. Necesita leyes propias.

Siguiendo el argumento de Gomá, la defensa de la jerarquía, es antidemocrática, por elitista. Yo me creo la sinceridad de sus palabras. ¿Por qué habría de ponerlas en duda? Y estoy convencido de que cuando tiene que ir a un dentista busca lo común a todos ellos, el título, y con eso tiene suficiente. Y lo mismo hace cuando tiene que ir a un cardiólogo o buscar un electricista o una escuela para sus hijos. No me imagino a Gomá preocupado por las referencias, que siempre marcan diferencias entre los mejores y los peores. Con las páginas amarillas, tiene bastante, seguro.

Me cuesta más imaginarme sus argumentos a la hora de votar. Yo sé que votaré a los que me parecen mejores, porque me gusta pensar que es bueno que gobiernen los mejores (los mejores entre los disponibles, claro está). Pero no me imagino cómo puede ser la jornada de reflexión de un vulgarista.

La democracia, según Gomá, ha hecho de los rangos de estatus algo accidental que remite al ámbito de lo privado. O sea, que el buen dentista, el dentista excelente, que lo sea en privado. Y, por supuesto, el artista. Las particularidades debemos dejárselas a cada uno junto a sus vicios solitarios.

Prometeo, continúa Gomá, se ha desencadenado y ha liberado la fuerza de su vulgaridad sin límites. Ya no hay lugar para el cultivo de la excelencia. Lo que debemos hacer es apoyar sin reservas la rebeldía de lo trivial. En esto, precisamente, consistiría el “humanismo democrático”, en el anhelo de las delicias de la vulgaridad.

En tiempos menos beatos que los nuestros Javier Gomá sería tratado de demagogo. Pero hoy todos somos beatamente demócratas.

Desde mi humilde punto de vista, la dignidad de la democracia reside, precisamente, en lo opuesto a lo que defiende Gomá: En que valora la diferencia y por eso nos permite ser diferentes y, sobre todo, interrogarnos autónomamente sobre el sentido de nuestra vida. La democracia que defiende Gomá nada tiene que ver con la mía. Tiene que ver tan poco como la democracia popular con la democracia liberal.

viernes, 7 de marzo de 2008

Pro captu lectoris habent sua fata libelli

En su último libro, “El meu ofici”, que por cierto comenzó a escribir en el Hotel La Almadraba (buen sitio, os lo aseguro, para comenzar cualquier cosa), Josep Maria Espinàs recoge esta cita de Terenciano Mauro: “Pro captu lectoris habent sua fata libelli”. La traduce así: “la sort dels llibres depèn de l’esperit del lector”. Está bien. “Pro captu lectoris” significa "de la captación de los lectores", "de la capacidad de comprender de los lectores". Podría traducirse también así: “del olfato de los lectores”. “Habent sua fata libelli”: “fata” es el “hado” o la “suerte”. En el fondo está diciendo que los libros están arrojados a los pies de los lectores. Si es así, Espinàs les arroja una excelente literatura. Su escritura no puede ser más transparente y diáfana. La ha ido sometiendo a un proceso de musculación que la ha dejado en los mismísimos sustantivos. Y en los adjetivos obvios. Cualquier lector que no sea fatuo disfrutará de ella. Pero cualquier lector que tenga sensibilidad se dará cuenta de la proeza literaria que hay detrás de esa escritura. No me extraña que admire tanto a Delibes. Pero aunque él no lo sepa tiene también algo de Baroja. No me refiero a la influencia, sino a la actitud hacia la escritura. Pocos escritores pueden alcanzar la concisión precisa de “era una calle larga y olía a pan”.

Espinàs es un nacionalista de tomo y lomo. Pero lo es por afirmación de lo propio, no por desprecio de lo ajeno. No se siente español, en absoluto, pero ama profundamente los campos de Extremadura o los pueblos de Aragón. Y tiene amigos en todas partes. Es un nacionalista al que admiro profundamente porque no tiene ninguna necesidad de ir gesticulando todo el día lo que es. Es lo que es y lo expresa con la naturalidad más contundente que conozco.

Su último libro está dedicado a varias personas y a su máquina de escribir.

“A l’Olivetti Studio 46 i als fabricants de cintes, que per cert cada dia duren menys”. Como él mismo dice, “és una discreta manera de dir-me que les coses s’acaben”. Es una discreta manera de decir adiós a la literatura.

Espinàs nació un día como hoy de 1927. Hoy estará en Ocata, cumpliendo con nosotros un año más.

El hado de los libros no depende solamente de la cabeza del lector.

jueves, 6 de marzo de 2008

Atacado por las fuerzas de la otredad

Me he visto obligado a releer a algunos ocurrentes pensadores posmodernos, como los sociólogos Zygmunt Bauman y Roger Bartra. Que conste que me dejan admirado sus dotes para la poesía y como literatura lo suyo no carece de mérito, pero respecto a su, por llamarlo de alguna manera, pensamiento, me parecen un fenómeno curioso. La posmodernidad son ellos. Ellos son el índice que andan buscando fuera de sí, por las sociedades posindustriales. Me explico: La posmodernidad es un estado de cosas en el que gentes como Bauman y Bartra pueden pasar por intelectuales serios.

Cuando Bauman escribe que"la única regla empírica que puede guiarnos es la relevancia momentánea del tema", ¿por qué no se aplica esta luminosa conclusión a sí mismo y se considera un fenómeno momentáneo? Sin embargo se atreve a teorizar sobre la sociedad líquida con una seguridad que ya hubiese querido para sí el Moisés del Sinaí. Tanta seguridad en un mundo evanescente, me mosquea. ¿Por qué no es evanescente su teoría de la evanescencia universal de todos los seres?

La gota que ha colmado mi paciencia (¡y mira que me prometí a mí mismo no volver a leer a nadie que citara a Julia Kristeva) es esta perla de Roger Bartra:

"La destrucción de las torres gemelas en Nueva York y el ataque al Pentágono son la más extrema agresión jamás realizada por fuerzas de la otredad contra el establishment occidental".
¡Qué ingenuo el pobre Bush, anda buscando a Bin Laden cuando debería buscar a la otredad! ¡Pero qué inmoral, Bartra, ocultar las responsabilidad asesina bajo esta metáfora!

miércoles, 5 de marzo de 2008

La perplejosidad

No es lo mismo la perplejidad que la perplejosidad. La perplejidad es mi estado anímico natural, la perplejosidad es el estado anímico que me ha provocado esta imagen que el malo maloso del galáctico irredento me envía para hacerme sufrir. ¡Ya llegarán los míos algún día, y entonces pasaremos cuentas!
Mientras hacemos tiempo (a los míos), os propongo un repaso de las Gesammelte Schriften (Obras Completas) del inenarrable, inenarrado y perplejoso José Luis. Os animo de todo corazón a visitarlo. Constataréis que el saber no ocupa lugar. El suyo es -a la Vaca Socrática pongo por testigo-, mi blog preferido.

martes, 4 de marzo de 2008

Futesas electorales

Rajoy perdió, dicen. Yo sólo seguí el debate cuando había anuncios en la serie de la 5 que se ha ganado mi fidelidad. Una vez me pareció verlo con la boca seca. Un hilillo de saliva recia que tenía adherido a los labios denotaba su tensión. Aquello no estaba siendo un paseo triunfal. Y esto es algo que los votantes del PP han constatado por dos veces. Yo echaba en falta a los hooligans parlamentarios en un segundo plano. ¡Qué juego hubiera dado un Martínez Pujalte detrás de la moderadora! El que Rajoy no haya barrido –y no solamente que no haya ganado- ha dado motivos abundantes para el desaliento entre los suyos, porque ha sido incapaz de vapulear al que, según los corifeos del PP, era el tonto de la clase.

¡Cuatro años se han pasado tratando a ZP de memo! (y yo no digo que no tengan razón)

Pero si había fundamento para menospreciar a ZP, si esas medias risillas con las que muchos parlamentarios del PP hacían declaraciones sobre ZP porque, ya se sabe, el muchacho no da para más… si las pataletas y las burlas en el Parlamento eran algo más que mera gesticulación, entonces la no victoria de Rajoy está muy lejos de ser honorable.

Y si ZP no es un memo, entonces es la oposición del PP durante estos cuatro años la que ha sido una memez.

¿Para quién ha estado trabajando Rajoy?

Da la sensación que para su partido, y en esta empresa ha tenido éxito, porque lo ha mantenido cohesionado. Pero eso no da para gobernar.

Las elecciones tienen una lectura especial en Cataluña. Veremos las fuerzas respectivas del “catalán cabreado” y del “catalán sonriente”. Lo que ocurre es que, curiosamente, los que tanto bramaban antes de la campaña electoral (Jordi Pujol, por ejemplo) ahora están callados y el catalán cabreado parece haberse quedado sin portavoz. Cuando se llama a las urnas parece que lo que toca es ofrecer “seny”, tanto “seny” que da incluso para meter en las cuñas publicitarias frases en castellano.

No me gusta el lema de CiU, “Respectaran Catalunya". Pero ellos saben mejor que yo qué les conviene decir. A mi modo de ver es Cataluña la que tiene que respetarse a sí misma. Lo decía Pujol cuando acabó el debate estatutario: “No ens hem agradat”. Ese es el problema fundamental… desde mi humildísimo punto de vista, claro está. No me imagino un lema semejante en ningún otro sitio de España, porque es reconocer que a los catalanes les faltan el respeto. En Madrid, obviamente. No sé si lo que se está diciendo, maquiavelianamente, es “no nos quieren, pero que al menos aprendan a temernos” o, “queremos ser queridos como nos merecemos”.

Parece que sube el PP. El PSC se ha lanzado a una aventura que veremos cómo le sale. Se propone lo que hasta hace pocos días parecía quimérico: Llenar el Palau Sant Jordi, cosa que ni se les pasaba por la cabeza al inicio de la campaña. Pero es que por aquí ha estado Felipe y Cataluña, guste o no guste, ha sido muy, muy felipista. A mi me interesa sobre todo el dato del porcentaje de participación. Parece que será alto. Ya veremos.

lunes, 3 de marzo de 2008

Pla , Platón, Cela.

Me encuentro con que Les Gates Maules hablan de Pla inmediatamente después de leerle a Josep Maria Espinàs esta anécdota que alguna cosa tiene a ver con lo que estos días hemos estado tratando por aquí:

“En una de estas visitas [de Pla] a Edicions Destino explicó que guardaba un billete de mil pesetas entre las páginas de un libro de Platón, y que un día se encontró con que el billete le había desaparecido. Solamente podía haberlo cogido la mujer que hacía periódicamente la limpieza de la casa, y remató la historia con estas palabras: ‘Nunca hubiera dicho que a mi criada le interesaba Platón’”


Y, ya que hablamos de literatura y dinero, no puedo evitar recordar también esta anécdota que cuenta Espinàs sobre Cela. La resumo un poco:
“Cela, a veces, tenía alguna cosa de señorito. Y una tendencia, que con frecuencia estaba relacionada, a la proclamación de la actividad del sexo. Alguno hizo correr –quizás él mismo- y quién sabe si es verdad, que cuando practicaba el acto sexual, en el momento de eyacular gritaba ‘¡Viva España!’. En cualquier caso recuerdo muy bien una noche, cuando después de cenar con él (…) cuando estábamos a la puerta de su hotel y se suponía que iría a dormir, Cela me pidió quinientas pesetas, haciéndome entender que quería ir de putas.
(…)
Habíamos quedado que al día siguiente pasaría por su hotel (…). Lo encontré estirado en la cama. En la mesilla había un billete de quinientas pesetas. 'Cógelo', me dijo, 'y gracias por el préstamo'.
Me tendría que excusar por mi hipótesis: tuve la impresión de que aquel billete era el mismo que yo le había dejado (…). Naturalmente no puedo estar seguro y en cualquier caso valía la pena el engaño, si es que había alguno, para escuchar la explicación que me dio el genio que estaba estirado en la cama: ‘Estoy muerto, Josep Maria. Ayer fue terrible, me tocó una puta gimnástica.’”

domingo, 2 de marzo de 2008

Sant Mateu 2 de marzo








No ha sido nada... sólo una tarde de un domingo de comienzos de marzo, una luz amable, una temperatura benigna y la compañía de mi agente provocador. Eso ha sido todo.

Vehemencia

 I Tras tres días sin poder separarme de Benjamin Labatut y su Maniac , pero ya he cerrado la última página. Y como suele ocurrir cuando has...