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miércoles, 21 de febrero de 2007

La risa de la muchacha tracia

Es decir:
La risa de la muchacha tracia
o
la crítica popular a la 'garrulitas' de los filósofos

I
En Teeteo 174 ab, dice Sócrates refiriéndose a Tales de Mileto:
"para contemplar las estrellas alzó la vista y cayó en un pozo, y entonces una muchacha lista y chistosa, tracia, se burló de él, pues se afanaba en saber lo que hay en el cielo pero le pasaba desapercibido lo que tenía delante suyo, a sus mismos pies. Y esta misma burla sigue alcanzando siempre a los que viven en filosofía".

II
Blumenberg sugiere -y es sugerencia straussiana digna de ser meditada- que Platón está viendo caído en el pozo a Sócrates y que la muchacha que se burla es la polis de Atenas.

III
En todo caso la desconfianza que la gente con vértigos intelectuales siente hacia los filósofos es proverbial. Tanto que las palabras de Sócrates en el Teeteto adquirirán pronto la forma del proverbio.
"Lo que está sobre nosotros -se decía- no nos importa".
IV
Lactancio (Divinae Institutiones, III, 20):
"Hay un cébre proverbio atribuido a Sócrates: lo que está sobre nosotros, no nos concierne (quod supra nos, nihil ad nos).”
Minucio Félix repite palabra por palabra este proverbio (Octavianus XIII) y lo presenta como argumento para embridar la "libido philosophandi".

V
Hubo hasta filósofos que creyeron posible filosofar ocupando el lugar de la criada burlona. Son los cínicos. Según Diógenes Laercio (VI, 27), Diógenes el cínico se burlaba de los matemáticos que miran hacia el sol y la luna, pero no ven lo que tienen a sus pies. Con los cínicos la risa se profesionaliza en la filosofía misma.

VI
Estobeo (Florilegium, LXXX, 3):
"El cínico Bion de Borístenes dijo que los más ridículos eran los astrónomos, que no ven los peces ante sus pies en las playas, pero afirman de sí mismos reconocerlos en el cielo”.
VII
Cicerón, sin embargo, atribuye el proverbio a Demócrito (De adivinatione II, XIII, 30):
“Demócrito, como físico, no torpemente bromea (y nada hay más arrogante que este género de hombres): “quod est ante pedes, nemo spectat, caeli scrutantur plagas” (lo que está ante sus pies nadie mira, zonas del cielo escrutan).
Este verso es, en realidad, de Ennio, y seguramente pertenecía a su Ifigenia. Pero no tenemos por qué dudar de que Demócrito haya expresado alguna idea semejante.

VIII
Según Tertuliano (Ad Naciones, II, 15) el autor del "quae super nos, nihil ad nos" no fue ni Sócrates ni Demócrito, sino Epicuro.

IX
Andrea Alciato ilustra esta cuestión en el emblema 103 de su Emblemata" (1531) con la figura de Prometeo, aclarando que si Zeus lo castigó fue, precisamente, por atreverse a mirar a las alturas con descaro de iconoclasta.

QVAE SVPRA NOS NIHIL AD NOS.

Caucasia aeternum pendens in rupe Promethaeus
Diripitur sacri praepetis ungue iecur
Et nollet fecisse hominem, figulosque perosus
Accensam rapto damnat ab igne facem
Roduntur uariis prudentum pectora curis
Qui coeli affectant scire Deumque uices.

Así fue traducido "en rimas españolas" en 1549

Atado está Prometeo en alta roca
del Cáucaso, y el hígado comiendo
un águila le está, que entre la boca
cuanto más come más le está creciendo.
Es su voluntad culpa vana y loca
crecerle su penar continuo viendo,
qual crece el de los que saber presume
las ciencias, que los ánimos consumen.

10 comentarios:

  1. Toda esta divagación me ha recordado una cita que Antonio Tabucchi apunta en su Sostiene Pereira. No la recuerdo de forma literal, pero viene a decir que la filosofía, en su busqueda de la verdad, se acerca a la fantasía, mientras que la literatura, partiendo de la fantasía se acerca a la verdad.

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  2. Señor de los Arrebatos: Me alegra mucho volver a encontrármelo por este Café. ¿Dónde ha estado usted metido? (si puede saberse, claro está).

    Respecto a las relaciones entre filosofía y literatura: Sí a lo que dice Tabucchi siempre y cuando comprendamos que la verdad de la filosofía no es la de la literatura; de la misma manera que la fantasía de la literatura no es la de la filosofía.

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  3. Ah, que se me ha he ho difícil este artículo!
    Los anteriores: Hay de todo en la viña del señor (irónico y gracioso) y los grafittis Me resultaron , por el contrario, muy entretenidos...
    Ingeniosos eso de los grafittis de la Antigüedad...

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  4. La polis como muchacha burlándose de Sócrates. Es hasta divertido -como metaespectáculo-, probablemente justo, o jutsificado, o ajustado a ley natural, no sé cómo decirlo.
    Y, sin embargo, se masca la tragedia. Hay un punto en el que Sócrates como decía Nietzsche es "el pallaso que se hace tomar en serio". Más ira provocará cuanto más risas haya provocado, probablemente.
    ¿El que se ríe intuye que el otro es quien lleva razón?

    Lola

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  5. Payaso, pallasso en catalán.

    Lola

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  6. Diana: en este café hay un surtido muy variado de productos: y lo mismo suena Concha Piquer que se lee a Parménides.

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  7. Lola: La polis-muchacha-tracia se ríe de manera muy diferente con Aristófanes y con Sócrates.

    Cuando tengo que hablar, por un motivo u otro, de Aristófanes, siento cierto pudor. No me siento nada cómodo utilizando literalmente su lenguaje. Sin embargo el descaro aristofánico está al servicio de la ciudad. La ciudad se ríe con él y esa risa un poco obscena es terapéutica.

    Con Sócrates las cosas son muy distintas. La ciudad no se ríe con él, sino de él. Y al hacerlo, paradójicamente, se siente insegura de sí misma, porque intuye que es ella la que puede acabar en el agujero. Y para protegerse a sí misma, ya que no puede tapar todos los agujeros, decide acabar con Sócrates.

    Tienes toda la razón: todo esto es ajustado a ley natural.

    ¿Y nosotros? ¿Qué hemos hecho nosotros con Sócrates para transformarlo en un objeto de piadoso culto filosófico? Lo hemos travestido en anciano venerable que contempla las estrellas acomodado en su sofá. Y así hemos eliminado todo peligro de su filosofía.

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  8. Le hemos arrancado el aguijón porque las preguntas esenciales nos importan un pimiento. Con lo cual también hemos acabado con la ironia: sin gravedad no hay ironia que valga.
    El último hombre parpadea.

    Lola

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  9. Un consejo: Si puedes, consígue El Cultural de El Mundo de hoy. Hay dos textos inéditos de Thomas Mann que estoy seguro de que te interesarán.

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  10. En todo caso "La risa de la muchacha tracia" representa una negación de valores para ella misma, la incapacidad de ver más allá de sus propios pies, un acto de ignorancia militante como manifestación de sus propias limitaciones intelectuales.

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