Buscar este blog

martes, 20 de febrero de 2007

Graffiti pompeyanos

Ayer por la tarde estuve hablando en la ESDI (Escuela Superior de Diseño) de Sabadell del nacimiento del espacio público. Comencé con el ágora griega y acabé con los muros de Pompeya. Es sabido que esta dinámica ciudad imperial fue sepultada el 24 de agosto del 79 d.C., por la violenta erupción del Vesubio, pero muchos desconocen que las excavaciones arqueológicas han devuelto a la luz más de 20.000 graffiti, con inscripciones y dibujos que nos resultan completamente familiares. Como tendemos a pensar que el hombre de la ciudad antigua era completamente distinto de nosotros, la sorpresa que provocan estos textos aparentemente triviales es mayúscula. Ponen de manifiesto que la palabra en la ciudad se usa de muchas maneras y, también, que uno de sus usos permanentes es el anónimo del que quiere hablar sin ser visto. No hay en estos graffiti nada que no hayamos leído por las paredes y puertas de nuestros edificios públicos. Os selecciono una mínima muestra:
- “Votad a X".

- “Nos hemos meado en la cama; realmente / somos una calamidad. / ¿Quieres los motivos, posadero? ¡No había / ningún orinal!”


- “Quío, espero que tus pústulas ulcerosas se abran de nuevo y que te abrasen más aún que hasta ahora”.


- “El dinero no huele”.


- “Marco estuvo aquí”.

Existen incluso lo que podemos llamar “meta-graffiti”, como este:
“Me asombra, oh pared, que aún no te hayas derrumbado bajo el peso de las tonterías de tantos escritores”

Evidentemente el amor y el sexo ocupaban un lugar preeminente. Encontramos todos los tonos del romanticismo, desde el sentimentalismo nostálgico al lamento agrio del amor herido:
- “Vírgula a su Tercio: eres un cerdo”.

- “Salud al que ame, muerte al que no sepa amar!”.

- “Vibio Restituto durmió solo aquí y echaba de menos a su querida Urbana”.

Junto al amor, el erotismo, que recoge desde la expresión de los más diversos deseos a la descripción de gestas sexuales. Y hay también anuncios en los que alguien se ofrece sexualmente por una cantidad especificando con claridad su especialidad. En un banco, a la entrada de la ciudad, se leía:
“Si alguien se sienta aquí a descansar, que lea primero este anuncio: Quien quiera follar, que busque a Ática. Cuesta 16 ases.”
En las calles había anuncios como estos:
“Esperanza, sí a todo, nueve ases”.
Puse estos ejemplos con la intención de mostrar, además de la tuzudez de la humanidad del hombre, que junto a la visibilidad que la ciudad ofrece, se encuentra también una oferta de sombra. Pero sólo en la ciudad se puede elegir la expresión pública anónima. Y no hay espacio público que, tarde o temprano, no recoja su paradójica e impertinente huella.

7 comentarios:

  1. Cuando alguien me acuse de tratar de acercar esas épocas antiguas a la actualidad diciendo que no tienen nada que ver (alguno lo ha hecho), lo remitiré a este post tuyo. Pompeya es la vida.
    Respecto al filósofo cínico, le había asignado el nombre de Filón, como verás en el último post. Si no te va mucho ese nombre, piensa otro que no sea el de Peregrino, porque hay un personaje (Parapidemos Samosatense)que es un peregrino, y creo que podría dar pie a confusión. Tenemos tiempo aún. Ya me dirás, querido amigo.

    ResponderEliminar
  2. Isabel: A los antiguos los únicos que creen conocerlos son los que no los han tratado.

    Respecto a Filón, me parece magnífico llevar ese magno nombre.

    ResponderEliminar
  3. Originales joyas arqueologicas ...me han gustado:) a veces es bueno detenerse en las pequeñas historias de lo cotidiano , para comprender una civilizacion

    ResponderEliminar
  4. Tienes razón, Peggy. A veces lo que mejor se comprende de la historia es lo que no recogen los manuales de historia.

    ResponderEliminar
  5. Los que hemos visto La vida de Brian ya sabíamos que en esta época se escribían graffiti. :-)
    En esa delirante escena en la que Brian escribe en un muro 'Romanes eunt domus' (la versión latina de Romans, go home) y un centurión lo descubre y reprende por no haber escrito bien la frase. A partir de ahí da comienza una surrealista reprimenda.

    - ¿Cual es el plural de roman? ¡venga, venga!
    - ¿Romanus?
    - ¡Romani! Y esto está en locativo y debe ser acusativo. ¡domum!

    etc.

    Hasta que finalmente, como castigo, se lo hace escribir cien veces sobre la misma pared.
    Si algún día los arqueólogos la localizan...

    ResponderEliminar
  6. Tiene usted toda la razón. La prueba:
    http://arago4.tnw.utwente.nl/stonedead/movies/life-of-brian/scene-09.html

    ResponderEliminar
  7. um arrebatos que ingenioso ...la vida de briam es toda una filosofia del absurdo :)

    ResponderEliminar

22 de diciembre

 I Se mire como se mire: el 22 de diciembre debiera ser la fiesta nacional de España. Nada nos une más que la lotería de navidad. II Esa ale...