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viernes, 14 de julio de 2006

Lysander Spooner

Vicio: Acto mediante el cual una persona se perjudica a sí misma.
Crimen: Acto mediante al cual una persona perjudica a otra.
Así veía el vicio y el crimen un filósofo singular, Lysander Spooner (1808-1887), en su libro “Los vicios no son crímenes. Una reivindicación de la libertad moral.” Ahora debería decir eso tan pedante de que Lysander Spooner apenas es conocido entre nosotros, a pesar de su relevancia, etc, etc. Pero no lo voy a decir, primero porque es sobre todo en la pedantería donde se debe tener elegancia y, segundo, porque Lysander Spooner es poco conocido en todas partes. No sé si en su pueblo (Athol, Massachussets) sabrán de él mucho más de lo que se sabe, por ejemplo, en Zamora o en Reus.

Lysander Spooner fue un representante digno del romanticismo ilustrado. Le debe al romanticismo la exaltación del yo (una exaltación que a veces recuerda, por sus tonos autistas a “El Único y su propiedad”, de Stirner) y a la Ilustración la vocación misionera (la vocación de expandir la semilla de la verdad –que os hará libres- entre la humanidad irredenta). Combatió a favor de los esclavos, razonando la legitimidad de ayudar a un esclavo fugitivo (The Unconstitutionality of Slavery, 1846) y a favor de las mujeres, defendiendo que “toda mujer posee un derecho intrínseco e inalienable en tanto que ser humano, de trabajar como desee y de administrar a su antojo sus ganancias”.

El yo que se había pasado siglos y siglos hundiendo la testuz ante la autoridad ajena, un día se autoinstituyó como humano y se descubrió preñado de derechos inalienables que, lejos de constituir un añadido ornamental de su humanidad, la expresaban en su esencia. Ya se sabe que esta exaltación del yo condujo a unos hacia la conciencia de clase; a otros a las experiencias límites y a la mayoría a las vacaciones pagadas.

Del axioma de la autoafirmación del yo Lysander Spooner derivó el teorema de la afirmación de sus vicios. "Cada ser humano –decía- tiene sus vicios. No hay hombre al que le falten. Hay de todo tipo: fisiológicos, mentales, afectivos, religiosos, sociales, comerciales, industriales, económicos, etc, etc. Si un gobernante se atreve a decir que uno de estos vicios entra dentro de su competencia y que lo considera un crimen punible, entonces, para ser coherente, debe perseguir todos los vicios de manera imparcial. Pero se descubriría entonces que toda la humanidad estaría en prisión a causa de sus vicios". Y añadía: "Cada uno debe aprender a administrar sus propios vicios y para ello debe gozar de una libertad total para conocer cuantas experiencias considere necesarias. Algunas de estas experiencias tendrán éxito y por ello serán consideradas virtudes; otras fracasarán y por ello serán consideradas vicios."

La posesión consciente y gozosa de los propios vicios es, para Spooner, la manera natural de resistir al esclavismo, que es la tentación de todo poder. Por eso defiende con energía que "ningún hombre puede delegar ningún derecho de dominio arbitrario sobre si mismo; porque eso supondría esclavizarse. Llamar a un contrato así constitución o por otro nombre sonoro no altera su vaciedad y dislate".

Y como broche final una reflexión memorable: "El gobierno como un asaltador de caminos dice al hombre: tu dinero o tu vida y la mayoría, si no todos los impuestos, son pagados bajo la amenaza de esa coacción. Pero el asaltador de caminos toma sobre sí la responsabilidad, peligro y delito de su propio acto. No pretende tener ningún derecho sobre tu dinero ni tiene la impudicia de presentarse como un protector. El asaltador de caminos una vez que te ha quitado tu dinero te deja en paz y no te anda siguiendo intentando convencerte de que tu soberano y que tiene el deber de protegerte".

Este post está dedicado a mi tío-bisabuelo Bernardino, noble asaltante de los caminos de la Ribera de Navarra. Quizás ha llegado la hora de que sus muchos sobrinos-biznietos reconstruyamos la ermita de San Ginés, que era donde se refugiaba, y hacerle un homenaje. En esto mi tío Santiago, que llegó a conocerlo, me daría -¡seguro!- la razón, porque como él solía decir, "¡Si en el quinto no hay perdón y en el sexto no hay rebaja, ya pueden llenar el cielo de paja!".

7 comentarios:

  1. http://www.alcoberro.info/V1/liberalisme3.htm

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  2. Esa mirada me recuerda tantos paisajes!

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  3. Ramon: és possible considerar Locke com un dels pares de l’anarquisme modern? En això estarien si més no d’acord dues persones tan diferents con Leo Strauss i C.B. Macpherson. Això en fa pensar en la funció de la por en la política. Els americans comparteixen amb els musulmans un tret que no és cap fotesa: ni els uns ni els altres han conegut la castració hobessiana, és a dir, la humiliació del ciutadà a la sobirania absoluta de l’Estat. Per això encara mantenen l’ànima heroica pròpia de la infantesa per això, també son incapaços de renunciar a les seves armes a l’entrada del temple de la democràcia.

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  4. Ya sabía yo que la Maga se quedaría prendada de esta mirada. La Maga si no la miramos no nos ve.

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  5. Me llegan las palabras de Lao Tse; cuando se pierde el Tao se recurre a la virtud( esa virtud del obrar y el hacer) cuando se pierde la virtud se recurre al amor, cuando se pierde el amor se recurre a la jusicia, cuando se pierde la justicia se recurre a la moral.
    ...... que vivan los vicios!

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