viernes, 14 de julio de 2006

Israel

Peter Sloterdijk: “La fundación de un Estado no es nunca inocente. Nuestros crímenes fundadores remiten a una época de la cual sólo guardan memoria nuestros historiadores. Cuando un crimen fundador es cometido ante los ojos de un mundo crítico, nos sublevamos. La violencia fundadora la soportamos en el mito, no en los periódicos. Pero quien quiere fundar quiere también el crimen necesario".

9 comentarios:

  1. Añadiría al título, también, Palestina, aunque sólo sea entre paréntesis, como proyecto de estado que es (y aunque sea repugnante reconocer que el hombre que rebienta, y rebienta a otros con él, forma parte del mito necesario)

    ResponderEliminar
  2. Tu comentario es el añadido necesario.

    ResponderEliminar
  3. Y a los inocentes que mueren,
    ?quién les cuenta lo del mito?
    ?porqué tanta comprension con Israel?...no digo que vosotros.

    ResponderEliminar
  4. A veces me pregunto si tanto tomar partido no agrava la situación.

    Por tres razones:

    1 -¿Seriamente creemos comprenderlo todo y saberlo todo?
    2 - ¿Realmente somos conscientes d que no podemos hacer nada?
    3 - tomar partido nos convierte en cómplices, ¿contra quien?

    ResponderEliminar
  5. Jaume... ante el inocente todo argumento suena a cinico. Y eso es la naturaleza, la gran cinica.
    Un abrazo desde la Isla de Salina.

    ResponderEliminar
  6. Creo que a veces tenemos que ser
    complices...
    y tomar partido...con la victima frente a Eta...con los judios frente al los nazis...con los palestinos frente a los sionistas.
    No tengo espíritu de "Poncio Pilatos"...
    pero incluso él, con su acto de abstención, tomó partido.

    ResponderEliminar
  7. Yo tomo partido: !estoy a favor de todo lo bueno y en contra de todo lo malo! Se puede ser mas honesto que yo?

    ResponderEliminar
  8. I say briefly: Best! Useful information. Good job guys.
    »

    ResponderEliminar
  9. Very pretty design! Keep up the good work. Thanks.
    »

    ResponderEliminar

La Isla de Siltolá

 I Finalmente, después de varios intentos fallidos, el mensajero nos ha encontrado en casa y me ha entregado los ejemplares de Una triste bú...