El 6 de agosto del año pasado dediqué un post a la atópica figura de Sabbatai Zevi que fue completado con una información sorprendente de Fum i estalzí. Desde entonces este singular mesías judío me ha ido apareciendo y desapareciendo, como un Guadiana, entre las páginas de diversas lecturas, pero lo tenía un poco apartado de mis intereses inmediatos, hasta que ayer un visitante anónimo de El Café de Ocata dejó un enlace con el autodenominado Turkish Sabbatean Chief Rabbinate. Si os interesa este personaje, os recomiendo fisgonear un poco.
Lamento que el tiempo y sus futilidades no me permitiese ayer entrar en el sabroso diálogo que tuvieron Vds. sobre el gusto por el veneno o el puñal. Háganme caso: envenénense por amor. Pero antes tomen cualquier protector gástrico de venta en las farmacias. Hay que ser víctimas pero no mártires.
ResponderEliminarRespecto al mesías citado, hay que ponderar seriamente la erudición demostrada por Gregorio Luri. De los citados en su historia, sólo me suena Spinoza, y de lejos.
Me resulta conmovedor que Sabbatai Zebi pudiese levitar y no intentase evadirse de la cárcel flotando sobre una nube de vapor de agua. Fue un buen hombre. En cuanto al sultán malo que lo mandó apresar al negarse Sabbatei a realizarle ningún milagro, no fue tan malo. Realmente los monarcas son muy crédulos, y andan pidiendo continuamente milagros a sus súbditos. Vd. mismo podría contarnos muchas historias sobre el tema. La credulidad de la realeza no tiene límites.
Cordiales saludos.
Grifo
Para seguir la pista a Zeví y su metafísica del mal radical se puede leer también "La sinagoga vacía. Un estudio de las fuentes marranas del spinozismo", premio nacional de ensayo en el 88, de G. Albiac.
ResponderEliminarLa verdad es que el tal Zeví es un personaje peor que novelesco, es real, terroríficamente real.
Todo lo que sabemos de (o casi todo) sobre Zeví se lo debemos al genio de Gershom Sholem. Él fue quien sacó a la luz su biografía olvidada, al menos en Europa occidental.
ResponderEliminarEn la Europa cristiana de esa época, aparecían reyes perdidos en las arenas del Sahara o hijas espúreas de don Juan de Austria, pretendiendo tronos poderosos. Pero ningún mesias, que yo sepa. Eso queda para el imaginario judío. Ellos y los shiies son los únicos que no han cerrado la puerta a la llegada del Mesias o del Séptimo Imás.
ResponderEliminarClaro está que no creo que la idea de retorno del Mesias cristiano sea algo realmente de entidad sostenible.
Vuelo rauda y veloz a husmear (por si necesitaran una peineta en 'tó' lo alto).
ResponderEliminarSaludos y gracias por ese hilo conductor al más puro estilo cretense.