Interesante, Don Gregorio, muy interesante, como todo en este Café. Y no sólo porque Lilianjie Lu imparta en su Shangai natal "sólo" dos clases diarias, sino también porque "sólo" enseñe matemáticas en un determinado nivel y porque se "pasara" en la universidad cinco años estudiando didáctica de la matemática. Si lo comparamos con los horarios de por "acá", con los estudios del grado de primaria para ser maestro, tan repletos de procedimientos como huecos de contenidos positivos de conocimiento, o con el máster de secundaria impartido por las facultades de pedagogía, o para acabar de redondearlo, con la polivalencia curricular consagrada por nuestras maravillosas leyes educativas, la verdad es que entonces no es que las comparaciones resulten odiosas, sino más bien insultanes. El problema es que los insultados no se dan por aludidos.
Mención aparte merecen los "escépticos" y sus argumentos. Pero esto ya es harina de otro costal. Como ya sabemos, para cada solución tienen un problema cuya gestión pasa por ellos mismos.
Xavier, Xangai merece un seminario a fondo porque desmonta muchas memeces. Una advertencia: La contrapartida para poder permitirse tener a maestros con pocas clases que imparten únicamente su asignatura, son las clases muy numerosas. Pero los chinos saben algo que a nosotros nos cuesta mucho aceptar: que la ratio alumnos/profesor es mucho menos relevante que la calidad del profesor. Saben también que el buen profesor de matemáticas ha de saber muchas matemáticas. Xangai nos vuelve a demostrar la conclusión más clara de PISA: que la clave del éxito no está en el método: ni el constructivismo, ni el trabajo pro proyectos, ni las inteligencias múltiples, ni la educación emocional... son la clave de nada por sí mismas. "Perhaps our children are suffering from sensory overload": Nuestras aulas y, en general nuestros centros se creen mejores cuantos más estímulos reúnan en torno a un alumno, con lo cual acabamos dispersando su atención. Lo chinos saben que la herramienta fundamental del aprendizaje es la relación cara a cara entre el maestro y el alumno. etc, etc..
Claro que sí, Don Gregorio, la contrapartida son clases más numerosas. Por supuesto. Pero igual que los chinos se olvidaron de saber construir barcos de tonelajes inimaginables para la Europa de los siglos XV y XVI... hasta el XVIII no estuvimos a la altura que habían estado ellos siglos antes (artillería y otras fruslerías aparte), me temo que, igual que ellos, por otras razones, nosotros -es un decir- estamos olvidando intencionadamente que tuvimos clases de COU con entre 45 y 50 alumnos -puede que en algunos casos hasta más- sin que nada se resintiera, excepto el calor humano -olor a compañerismo, que dicen- propio del los barracones de marras que estaba prohibido llamar por su nombre. Pero algunos hasta obtenían notas brillantes sin ayudas personalizadas. Es el problema del olvido culpable. Pero no era un problema académico, sino en todo caso, económico: aulas diseñadas para 25, con 50. Aun así, funcionaba, como bien saben los chinos y nosotros hemos olvidado. Sí. Shangai merece un seminario a fondo. Tomo nota. Desde luego que sí. Igual que ellos inventaron la pólvora y los europeos les recordamos su invento manu militari, ahora tendremos que estudiar cómo lo hacen para que les salga tan bien, cuando aquí lo teníamos no hace ni cuarenta años. Pero claro, si no viene de fuera, es poco innovador. Un saludo.
Uno de los problemas más graves es precisamente ese (del que Don Gregorio lleva tiempo, además, advirtiendo): la incapacidad de mantener la atención en algo. Eso se nota ya, como dicen los pedantes, "en las edades más tempranas". Pero claro, si al niño le cuesta mantener la atención, se le diagnostica con el déficit de atención y asunto finiquitado. Esto es más cómodo que ejercitar la atención. Y desde luego mucho más "democrático".
Pues yo, Alberto, creo que hay una sobrecapacidad para mantener la atención. Mírese Uf cómo juegan ante la cónsola de videojuegos o ante el móvil y se dará cuenta de que ninguno de nosotros pudiera mantener tan intenso grado de concentración durante tan larga jornada de esfuerzo!
Interesante, Don Gregorio, muy interesante, como todo en este Café. Y no sólo porque Lilianjie Lu imparta en su Shangai natal "sólo" dos clases diarias, sino también porque "sólo" enseñe matemáticas en un determinado nivel y porque se "pasara" en la universidad cinco años estudiando didáctica de la matemática. Si lo comparamos con los horarios de por "acá", con los estudios del grado de primaria para ser maestro, tan repletos de procedimientos como huecos de contenidos positivos de conocimiento, o con el máster de secundaria impartido por las facultades de pedagogía, o para acabar de redondearlo, con la polivalencia curricular consagrada por nuestras maravillosas leyes educativas, la verdad es que entonces no es que las comparaciones resulten odiosas, sino más bien insultanes. El problema es que los insultados no se dan por aludidos.
ResponderEliminarMención aparte merecen los "escépticos" y sus argumentos. Pero esto ya es harina de otro costal. Como ya sabemos, para cada solución tienen un problema cuya gestión pasa por ellos mismos.
Xavier, Xangai merece un seminario a fondo porque desmonta muchas memeces.
ResponderEliminarUna advertencia: La contrapartida para poder permitirse tener a maestros con pocas clases que imparten únicamente su asignatura, son las clases muy numerosas. Pero los chinos saben algo que a nosotros nos cuesta mucho aceptar: que la ratio alumnos/profesor es mucho menos relevante que la calidad del profesor. Saben también que el buen profesor de matemáticas ha de saber muchas matemáticas.
Xangai nos vuelve a demostrar la conclusión más clara de PISA: que la clave del éxito no está en el método: ni el constructivismo, ni el trabajo pro proyectos, ni las inteligencias múltiples, ni la educación emocional... son la clave de nada por sí mismas.
"Perhaps our children are suffering from sensory overload": Nuestras aulas y, en general nuestros centros se creen mejores cuantos más estímulos reúnan en torno a un alumno, con lo cual acabamos dispersando su atención. Lo chinos saben que la herramienta fundamental del aprendizaje es la relación cara a cara entre el maestro y el alumno.
etc, etc..
Claro que sí, Don Gregorio, la contrapartida son clases más numerosas. Por supuesto. Pero igual que los chinos se olvidaron de saber construir barcos de tonelajes inimaginables para la Europa de los siglos XV y XVI... hasta el XVIII no estuvimos a la altura que habían estado ellos siglos antes (artillería y otras fruslerías aparte), me temo que, igual que ellos, por otras razones, nosotros -es un decir- estamos olvidando intencionadamente que tuvimos clases de COU con entre 45 y 50 alumnos -puede que en algunos casos hasta más- sin que nada se resintiera, excepto el calor humano -olor a compañerismo, que dicen- propio del los barracones de marras que estaba prohibido llamar por su nombre. Pero algunos hasta obtenían notas brillantes sin ayudas personalizadas. Es el problema del olvido culpable. Pero no era un problema académico, sino en todo caso, económico: aulas diseñadas para 25, con 50. Aun así, funcionaba, como bien saben los chinos y nosotros hemos olvidado.
EliminarSí. Shangai merece un seminario a fondo. Tomo nota. Desde luego que sí. Igual que ellos inventaron la pólvora y los europeos les recordamos su invento manu militari, ahora tendremos que estudiar cómo lo hacen para que les salga tan bien, cuando aquí lo teníamos no hace ni cuarenta años. Pero claro, si no viene de fuera, es poco innovador. Un saludo.
Uno de los problemas más graves es precisamente ese (del que Don Gregorio lleva tiempo, además, advirtiendo): la incapacidad de mantener la atención en algo. Eso se nota ya, como dicen los pedantes, "en las edades más tempranas". Pero claro, si al niño le cuesta mantener la atención, se le diagnostica con el déficit de atención y asunto finiquitado. Esto es más cómodo que ejercitar la atención. Y desde luego mucho más "democrático".
ResponderEliminarEs que sin educación de la atención simple y llanamente no hay educación.
EliminarPues yo, Alberto, creo que hay una sobrecapacidad para mantener la atención.
EliminarMírese Uf cómo juegan ante la cónsola de videojuegos o ante el móvil y se dará cuenta de que ninguno de nosotros pudiera mantener tan intenso grado de concentración durante tan larga jornada de esfuerzo!
Himberbe
No estoy seguro de que eso sea concentración, la verdad. ¿No será más bien alienación?
EliminarClaro, era ironía. Qué torpe he estado...
EliminarEfectivamente, la atención entretenida no es lo mismo que la atención concentrada.
EliminarPor eso ¿al entre-tenimiento ahora le llaman CULTURA?
Eliminaral dis-traimiento, ¿ESPECTACULO?
i al ............... ¿EDUCACION?
No sé....
Himbrerbe
Los últimos párrafos hacen pensar que tal vez tenga razón el que dice que es tirar el dinero.
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