La cosa estaba más o menos así. León Trotsky le tiraba los tejos a Cristina Kahlo a espaldas de Natalia Sedova, su mujer, cuya pasión era protegerlo. Pero Cristina se entendía con Diego Rivera y le dijo a Trotsky que ni hablar, situación que aprovechó Frida para liarse con "el viejo" a espaldas de su marido, un Diego convencido de que el día, no muy lejano, en el que triunfase la revolución trotskista, él sería el primer consejero del líder. Natalia Sedova no se enteró de nada gracias a que el bueno de Jean Van Keijenoort hizo lo posible y lo imposible por ocultar, durante los dos meses que duró la locura, los escarceos amorosos de un revolucionario que de repente había vuelto a la adolescencia y hacía de la imprudencia una confirmación de su romanticismo. Guillermo Kalho, el padre de Frida y Cristina veía algo raro en todo esto, pero no sabía interpretar los datos. Intuía que algo se desarrollaba en torno al ruso recién llegado a Coyoacán, pero él nunca se había interesado por la política y no tenía ni idea de quién era aquel hombre que tanto interés despertaba en sus hijas. Un día, para prevenirlos a todos, le dijo a Frida que quería hablar con Trostsky: "Quiero aconsejarle que no se meta en política. La política es siempre muy mala".
Cuando Frida volvió con su marido, cansada del pesado de Trotsky, éste se apresuró a escribirle una carta a su mujer en la que entre otras cosas le decía: "Te quiero tanto, Nata, ¡mi única, mi eterna, mi fiel, mi amor y mi víctima!".
Siempre hay líos de amores detrás de la política y de las grandes causas, me encanta.
ResponderEliminarJúlia; es que en la superficie de las cosas se encuentra la verdad más profunda de las cosas humanas. Hay quien por buscar la verdad en las profundidades acaba perdiendo de vista la realidad de los hombres, que es la que es.
EliminarSolo falta el hachís para tener la fiesta completa.
ResponderEliminarEl consejo de Guillermo Kalho, a medio camino entre lo conmovedor y lo cómico, resultó un poco tardío. ¿No creen?
Bueno... describe bien lo que nos suele pasar a los padres... especialmente con las hijas.
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