martes, 8 de mayo de 2012

La moral de la tierra quemada

Hay algo que une a los manifestantes anti-Putin en Rusia con los resultados electorales en Grecia: la constatación de que una (supuesta) oposición moral no necesariamente es una efectiva oposición política, por mucho que vaya acompañada de imágenes reivindicativas en facebook, vídeos de brutalidad policial en youtube, eslóganes en los medios de comunicación, del humor de los dibujantes bien-pensantes, del apoyo de los artistas-colegas y del patronazgo de los intelectuales que quisieran ganar su respetabilidad más en la calle que en las cátedras (sin por ello, claro, renunciar a su nómina). Decía hace poco el inefable Julio Anguita que a la hora de la verdad, sólo quedan en pie los frentes del fascismo y del comunismo. El problema es que si vemos la frivolidad con que los grandes partidos actúan a veces, su incapacidad para salir a la calle a decir la verdad de lo que pasa, su interés por consumir más energías intentando desgastar al contrario que en defender opciones propias, pues igual hasta no le falta una miaja de razón a don Julio.

La sabiduría política es siempre escasa, pero el gran secreto no es ese, sino que no hay sabiduría alternativa. Y especialmente no la hay en los márgenes morales del sistema. La capacidad para rasgarse las vestiduras sólo pone de manifiesto que hay personas que se sienten moralmente satisfechas dejando constancia de que todo es un desastre. La suya es la moralidad de la tierra quemada.

5 comentarios:

  1. La experiencia demuestra que cuando una oposición moral toma el poder automáticamente pierde la moralidad. Probablemente la inmoralidad sea una condición necesaria para ejercer el poder.

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  2. Tienes toda la razón: da escalofríos ver lo que está pasando, por ejemplo en Grecia.
    El discurso anti-política acaba siendo contraproducente, ya se ve.

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  3. Ahora que ya sabemos con toda clase de pruebas gracias al eminente historiador inglés Anthony Sutton que el llamado Comunismo fue financiado desde su nacimiento , primero por bancos privados de Wall street y luego, a lo largo de toda su vida, mediante supuestas partidas presupuestarias oficiales y encubiertas- hasta que Reagan se las cargó y se acabó la partida-, vemos mejor lo que el instinto nos dice, a saber: Que el señor del Pan y el de la Espada forman y han formado siempre la alianza fundamental de la que surge la ciudad, en la cual todos los demás son simples convidados de piedra, les guste o no, con el dogal muy prieto o muy suelto, votando a los capataces (políticos) de la plantación o no, con prosperidad para muchos o para muy pocos, con muchos capataces - estado "grande"- o pocos, etc.
    Por eso, la frasecita de Julio Anguita sólo muestra que no se entera de nada. La diferencia entre el llamado Estado Corporativo -fascismo- y el Estado Corporación - comunismo- es ninguna, como puede verse, sólo tiene que ver con la ridiculez de quién es visible y quién es implícito.
    Y el orden actual, ahora como en Sumer, es ése y no puede haber otro. A menos que nos tomemos en serio que se quite el nombre a ambos y se diga que son los convidados de piedra, las simples ovejas, las que "consituyen el Orden del Pan y la Espada o sociedad", la llamada "democracia", el oxímoron más idiota jamás tragado por la humanidad (el gobierno del gobernado, Ja, Ja, Ja....!!!!).
    Pero, acaso el axioma básico de todo hombre no es el del bolero? : Miéntemeeee, miénteme muchoooo!

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  4. Rasgarse las vestiduras con todo tipo de aspavientos ha sido un medio de ganar respetabilidad social utilizado desde los tiempos más remotos. Nihil novum sub solem.

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  5. Pues el caso es que a mí me gusta cómo Kong le rasgaba las vestiduras a Fay Wray. Bastante.

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