Las aficiones de dos equipos que compiten voluntariamente por una copa con el escudo de España bien visible se jactan de pitar el himno del país por cuya copa compiten, pero se alegran muchísimo de haberla ganado. De hecho, es como si las aficiones de dos equipos que juegan la final de la Copa de Europa pitasen el himno de la Champions. Digo esto pensando en los que cuentan que el Barça se ha traído otro trofeo internacional a sus vitrinas. Nada de esto es excepcional en España. Ya se sabe que es español el que no puede ser otra cosa. Lo que sí me parece digno de ser resaltado es que los madrileños han reaccionado a la pitada contra el himno de su patria o a los gritos antimadridistas de la afición barcelonista en la Cibeles con bastante más temple de lo que -sospecho- se habría reaccionado en Cataluña a una pitada castellana contra Els Segadors o una escandalera antibarcelonista en Canaletes.
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sábado, 26 de mayo de 2012
Algo así como España entre dos finales de Copa
Las aficiones de dos equipos que compiten voluntariamente por una copa con el escudo de España bien visible se jactan de pitar el himno del país por cuya copa compiten, pero se alegran muchísimo de haberla ganado. De hecho, es como si las aficiones de dos equipos que juegan la final de la Copa de Europa pitasen el himno de la Champions. Digo esto pensando en los que cuentan que el Barça se ha traído otro trofeo internacional a sus vitrinas. Nada de esto es excepcional en España. Ya se sabe que es español el que no puede ser otra cosa. Lo que sí me parece digno de ser resaltado es que los madrileños han reaccionado a la pitada contra el himno de su patria o a los gritos antimadridistas de la afición barcelonista en la Cibeles con bastante más temple de lo que -sospecho- se habría reaccionado en Cataluña a una pitada castellana contra Els Segadors o una escandalera antibarcelonista en Canaletes.
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En los madriles hay más tolerancia que en Chapelandia o Barretinia, hace tiempo que no se ponen el mundo por montera, salvo Esperanza, que siempre es la primera que se pierde por España.
ResponderEliminarSaludos
Eso es cierto; mucho más temple. Lo que dudo es si se trata de virtud o de costumbre
ResponderEliminarMadrid en general, Espe a banda, es muy tolerante, quizás porqué apenas viven en ella madrileños de raíz y todos son de alguna parte de España. No es por ello virtud, ni costumbre, es que son muy pueblerinos, ranciamente pueblerinos.
ResponderEliminarD. Fransesc:
Eliminaren realidad, me parece que no tiene usted ni idea de lo que es Madrid y, en sintonía, se comporta de la manera paleta y gárrula que ANtonio Machado expresó como el desprecio de aquello que se ignora. Con el juicio que se atreve a secretar está usted exactamente al nivel de los paletos de Madrid -que también los hay, por supuesto- y de todo el mundo. Paletos del mundo, uníos.
Decir que los madrileños -así, todos y por herencia ineludible, supongo- somos "muy pueblerinos, ranciamente pueblerinos" no dice nada sobre los madrileños, pero sí acerca de la densidad de su propia boina interior.
Un saludo
Cierto, todo me parece muy surrealista, si no se quiere rey que no se quiera copa del rey y que no se vaya a ver jugar la copa del rey ni se celebre ganar la copa del rey. Claro que pedir coherencia en esos temas es como pedir peras al olmo.
ResponderEliminarEl problema es que todo esto va a acabar mal.
ResponderEliminarMal para todos , aunque para algunos más que para otros.
Como siempre.
Su opinión me apena mucho. Más que nada, porque estoy de acuerdo con ella.
EliminarEsto suena al viejo chiste de vascos: para qué discutir, si podemos darnos de hostias...
Es el eterno retorno de lo mismo.
protestar , el derecho al pataleo que se llama, porque es lo único que podemos hacer. Y razones no nos faltan. Creo que es fácil de entender ( los patinazos del rey, el malestar, el deficit fiscal con Cataluña o expolio). Cuando España ganó un mundial aquí se celebró y se respetó la bandera, los gritos .. No sé esta sospecha en que se basa, aunque radicales los hay en todas partes.
ResponderEliminarSusana, a mi lo que me llama la atención es algo de orden lógico, aunque comprendo que la lógica y la política van cada una a su aire. Me parece que si la pitada fue sincera la copa ganada no tiene valor. pero no me haga usted mucho caso.
EliminarPues a mí lo que me llama la atención es la mala educación. No puedo con ella.
EliminarLo que a mí me sorprende es que en Cataluña - y aún peor en el País Vasco, donde no cabe hablar de "expolio" ni siquiera en sentido metafórico - los separatistas no se den cuenta que el "nacionalismo español" es en primer lugar solidaridad con los catalanes y vascos que también se sienten españoles y quieren seguir siéndolo.
ResponderEliminarPor eso se ha celebrado el partido.
No sé si me explico.
En ocasiones da la sensación de que la tolerancia solamente funciona en una dirección, lo que concuerda con la percepción de Gregorio sobre los fallos de la pura lógica. Pero también de la coherencia. Con frecuencia nos comportamos como auténticos idiotas, aunque presuntamente no lo seamos. ¿Somos más felices después de esa pitada? ¿Estamos más relajados? ¿Hemos ganado identidad? ¿Para qué? ¿Por qué no dejamos de seguirles el juego a Esperanza, Artur y demás ralea? Nos equivocamos al suponer que les importamos un comino. No sé a ustedes pero a mi me atrae mucho más la idea de tener aliados que enemigos, unirme que separarme. Nuestros representantes no van a unirnos porque les interesa sacar 'partido' de nuestra estúpida miopía. Y nos dejamos, lo que confirma la eficacia de su estrategia. Soy catalán, y también madrileño. Créanme, no experimento ninguna contradicción existencial.
ResponderEliminarBuenas, sobre este tema se puede interpretar que los aficionados además de silbar un himno que no es el suyo, festejan que pueden llevarse a sus países una compa muy espanyola como es la Copa del Rey. Por otro lado el temple de los madrileños tiene una razón de ser...no es lo mismo ser español, que españolizado.
ResponderEliminarAunque tarde, no quiero dejar de decir que este artículo demuestra una gran valentía intelectual. Felicidades.
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