Volvamos atrás.
Lo primero para mí es que ando sumergido en la lectura de Manliness, de Harvey C. Mansfield. La virilidad es hoy una virtud en desuso... si no es un vicio o reducto de la moral machista. Lo que pasa que la naturaleza es muy tozuda y se acaba inmiscuyendo en nuestros actos de las más extrañas maneras. En la escuela está muy mal visto hablar de la virilidad -o, si se quiere, del coraje- pero sin embargo tiene su templo de culto en los estadios de fútbol. Y parece claro que no hay religión hoy con más devotos que el fútbol. Tanto es así que lo que está mal visto en clase está muy bien visto en la hora de entreno, cuando los niños, guiados de la mano por sus padres, acuden a comprobar si llegarán a ser futbolistas de provecho. sometiéndose a los gritos de un entrenador que intenta estimular su competitividad con las viejas artes de los sargentos chusqueros. Le daré vueltas al asunto. Es curioso que nuestra actual conciencia generista no arremeta contra el fútbol. Una cosa más: ¿se puede ser creativo si no se tiene coraje?
Pero yo quería volver atrás para hablar de lo primero en sí y esbozar algunas ideas de estas que me impone la calor del ferragosto:
Lo primero para mí es que ando sumergido en la lectura de Manliness, de Harvey C. Mansfield. La virilidad es hoy una virtud en desuso... si no es un vicio o reducto de la moral machista. Lo que pasa que la naturaleza es muy tozuda y se acaba inmiscuyendo en nuestros actos de las más extrañas maneras. En la escuela está muy mal visto hablar de la virilidad -o, si se quiere, del coraje- pero sin embargo tiene su templo de culto en los estadios de fútbol. Y parece claro que no hay religión hoy con más devotos que el fútbol. Tanto es así que lo que está mal visto en clase está muy bien visto en la hora de entreno, cuando los niños, guiados de la mano por sus padres, acuden a comprobar si llegarán a ser futbolistas de provecho. sometiéndose a los gritos de un entrenador que intenta estimular su competitividad con las viejas artes de los sargentos chusqueros. Le daré vueltas al asunto. Es curioso que nuestra actual conciencia generista no arremeta contra el fútbol. Una cosa más: ¿se puede ser creativo si no se tiene coraje?
Pero yo quería volver atrás para hablar de lo primero en sí y esbozar algunas ideas de estas que me impone la calor del ferragosto:
- Lo primero en sí es incognoscible, porque no tiene forma.
- Lo primero en sí es cognoscible porque tiene forma (la de la fórmula científica). La visión científico-técnica del mundo defiende que todo puede ser en última instancia explicado, es decir, que la ignorancia que podamos tener sobre el mundo es una ignorancia epistemológica, no ontológica. Es cierto que esta visión no puede desembarazarse del azar, pero aún así, su apuesta por el orden y la inteligibilidad es indudable. El mundo está hecho de manera que puede ser comprendido por el hombre.
- Si el punto primero es cierto, da igual que llamemos a lo primero en sí naturaleza o Dios... siempre que ese Dios sea un Deus absconditus. Pienso en el Dios que le dice a Moisés "yo soy el que seré" o en Dios de Calvino. Pienso que la piedad (una piedad no nacida del miedo sino de la aceptación del misterio que nos sustenta) es entonces una forma de la teoría.
- Si el punto segundo es verdadero, entonces la religión no tiene ningún sentido. El único Dios posible sería el de Spinoza.
- Pero queda una cuestión en pie y a mi modo de ver es la central: ¿Qué es lo que humaniza al hombre? Hay dos posibles respuestas de acuerdo con las dos alternativas que he planteado inicialmente: O la ley científica o la ley política. (ya saben que en mi opinión el humanismo no es suficiente). Podemos intentar reducir la ley política a ley científica, pero este camino nos conduce al Estado Universal y homogéneo, es decir a una sociedad habitada por clones. Si es la ley política lo que humaniza al hombre, hay que aceptar su arbitrariedad y que el sometimiento a esta arbitrariedad es lo que permite la pluralidad cultural del hombre.
- Claro que el hombre moderno quiere ser a la vez científico y relativista cultural.
Sigue el tórrido verano. Por eso me he sentado al borde de mi piscina imaginaria, a remojarme los pies entre Ernst Lubitsch y Fritz Lang.
Sóc atea, gràcies a Déu :)
ResponderEliminarDichosa usted, si ha analizado todas las alternativas posibles, ha sopesado sus posibles consecuencias, y ha logrado una conclusión irrefutable.
ResponderEliminar¿Es 2 una forma de fe?
ResponderEliminarOf course!
ResponderEliminarAquello que decía el amigo Leo sobre la elección entre Jerusalén y Atenas se reduce a la elección entre dos formas de fe. Pero irónicamente, no podemos descartar que la elección de Jerusalén (y resalto lo de elección) sea la elección más científica.
¿Es la educación religiosa un obstáculo?, se pregunta Hugo. Y se responde:
ResponderEliminarWe submit that a religious education, particularly at an early age, is an obstacle to the development of a scientific mentality. For this and other reasons, religious education should be kept away from public schools and universities. Instead of promoting a religious world view, we should teach our children what science knows about religion, i.e., how science explains the existence of religion in historical, biological, psychological and sociological terms.
Martin Mahner y Mario Bunge, Is religious education compatible with science education?
Aquí, sim embargo, habría que hacer una salvedad que es, de hecho, toda una impugnación a la tesis: la de los judíos.
Gracias.
ResponderEliminarUn manifiesto agnóstico (enlaces interesantes).
http://www.slate.com/id/2258484
El hombre viene comprendiendo el mundo... lentamente.
ResponderEliminarHola, llegué aqui de forma curiosa,y aunque no tiene nada que ver con este ultimo post - que me ha parecido muy interesante - te lo quiero comentar.
ResponderEliminarTu blog aparece cuando busco Arthur Koestler, y publicas alli la nota de su suicidio. En el post, alguien comenta que nadie lee y además nadie conoce a Arthur Koestler. No me explico porque lo dice, pero no le creas.
Soy católico, gracias a mis padres.
ResponderEliminarSerenus: Recomprendiendo, diría yo...
ResponderEliminarChenia: No me lo creo.
Bate:Yo a veces pienso lo de Lister: No creo en la católica, que es la verdadera, ¿así que cómo voy a creer en cualquier otra cosa?
A mi me gusta lo que dejó dicho el inabarcable Chesterton: "El hombre ha dejado de creer en Dios, para acabar creyendo en cualquier cosa"
ResponderEliminarBate: Nietzsche piensa eso también. Considera que la sustitución de Dios por la piedra como motivo de adoración es un mal negocio para el hombre. Hay, en cualquier caso, una superioridad de la fe religiosa sobre las demás fes. La religiosa sabe que es fe.
ResponderEliminarYo creo Gregorio, que don G.K, se refería a los adoradores de las nuevas formas políticas más que a los seguidores del Escarajo mesopotámico, muy respetables, por cierto.
ResponderEliminarLe dejo con una pulida perla chestertoniana:
"Nosotros realmente no queremos una religión que tenga razón cuando nosotros tenemos razón, lo que nosotros queremos es una religión que tenga razón cuando nosotros estamos equivocados"
La Iglesia Católica y la Conversión
Sí, efectivamente. Pero es que yo he descubierto muy tardiamente, es cierto, que ese es también un pensamiento muy nietzscheano.
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