Buena parte de eso que se suele llamar platonismo es un cuento (y frecuentemente un cuento para beatos filosóficos).
El platonismo (el platonismo de los manuales, especialmente) es el resultado de proyectar en letras gigantescas todas las referencias platónicas a las ideas e ignorar todo cuanto se dice en los diálogos sobre la materia. Es una metástasis eidética. Si el platonismo habla de la materia es para resaltar su impureza, fragilidad y evanescencia
Sin embargo para Platón en el origen fue la materia.
Se trata, eso sí, de una materia extraña, informe, a la que le da los nombres de "causa errante" o de "nodriza del devenir".
La llama "causa errante" porque está pensando en un momento inicial en el que la materia aún no había coagulado en forma alguna. Y es errante porque en ese momento está inquiera, sin parar de moverse, en pura agitación caótica. No se mueve porque el demiurgo le esté dando vueltas con un palo metafísico en el caldero del cosmos, sino porque su ser es ser movimiento informe. Ni es movida por nadie (carece de causa agente) ni se mueve para algo (en su movimiento no hay ninguna finalidad).
La llama "nodriza del devenir" porque al moverse ella misma con espasmos, comenzó todo. En realidad Platón no habla de espasmos, sino que utiliza un término mucho más fuerte, el de "seísmo" (Timeo 52 c), que en su tiempo era utilizado preferentemente por geógrafos e historiadores. Sin duda quiere dejar claro que el movimiento proviene del interior de la materia. Este seísmo funciona como un órgano de agitación (como nodriza) de la misma materia, con lo cual, su actividad interna se acelera y así se forman las primeras condensaciones materiales con un esbozo de forma (las primeras "delimitaciones", dice Platón) de las que surgirán los cuatro elementos y los cuerpos geométricos elementales.
Platón sólo es idealista para los que no saben leerlo.
El platonismo (el platonismo de los manuales, especialmente) es el resultado de proyectar en letras gigantescas todas las referencias platónicas a las ideas e ignorar todo cuanto se dice en los diálogos sobre la materia. Es una metástasis eidética. Si el platonismo habla de la materia es para resaltar su impureza, fragilidad y evanescencia
Sin embargo para Platón en el origen fue la materia.
Se trata, eso sí, de una materia extraña, informe, a la que le da los nombres de "causa errante" o de "nodriza del devenir".
La llama "causa errante" porque está pensando en un momento inicial en el que la materia aún no había coagulado en forma alguna. Y es errante porque en ese momento está inquiera, sin parar de moverse, en pura agitación caótica. No se mueve porque el demiurgo le esté dando vueltas con un palo metafísico en el caldero del cosmos, sino porque su ser es ser movimiento informe. Ni es movida por nadie (carece de causa agente) ni se mueve para algo (en su movimiento no hay ninguna finalidad).
La llama "nodriza del devenir" porque al moverse ella misma con espasmos, comenzó todo. En realidad Platón no habla de espasmos, sino que utiliza un término mucho más fuerte, el de "seísmo" (Timeo 52 c), que en su tiempo era utilizado preferentemente por geógrafos e historiadores. Sin duda quiere dejar claro que el movimiento proviene del interior de la materia. Este seísmo funciona como un órgano de agitación (como nodriza) de la misma materia, con lo cual, su actividad interna se acelera y así se forman las primeras condensaciones materiales con un esbozo de forma (las primeras "delimitaciones", dice Platón) de las que surgirán los cuatro elementos y los cuerpos geométricos elementales.
Platón sólo es idealista para los que no saben leerlo.
Por cierto:
El cráter Platón es rico en focos de actividad TLP (fenómenos lunares transitorios). Estos fenómenos se presentan como resplandores y oscurecimientos locales los cuales se creen que están producidos por lunamotos y perturbaciones que provocan escapes de gases desde el interior del satélite, también se cree que pueden estar producidos por las rápidas diferencias de temperatura que se suceden en cortos periodos de tiempo y que pueden llegar a oscilar hasta unos 200ºC.
Muy interesante, señor Luri.
ResponderEliminarPero, si me permite que se lo pregunte, ¿qué le ha parecido la cuarta de El País de hoy?
http://www.elpais.com/articulo/opinion/imperativo/felicidad/elpepiopi/20100813elpepiopi_12/Tes
La felicidad. ¡Qué trampa!
ResponderEliminarSomos (post)cristianos que buscamos con la misma fe que los cristianos los premios prometidos a los beatos, pero en vez de rezar, compramos.
Excelente aportación, pero me queda una duda: si la materia es capaz por sí misma de irse organizando, "delimitando", entonces ¿qué pinta en todo este asunto el demiurgo de las narices?
ResponderEliminarLe he dado vueltas a la cosa y sólo se me ocurre que el demiurgo sea una metáfora de lo siguiente:
- La materia bien pudo a) organizarse de un modo cada vez más racional-lógico; o b) organizarse "levemente", desorganizarse inmediatamente después, volverse a organizar "levemente", etc.
- El demiurgo sería entonces la "causa" de que las cosas se organizaran de un modo cada vez más lógico [de que se haya producido la opción a) en vez de la opción b)]. Dicho en otras palabras, el demiurgo sería la explicación de por qué se da el ser (lógico) más bien que la no-lógica.
Gregorio, no con afán de polemizar sino para comprender. Pregunta: la materia primera, en Platón -en Aristóteles creo que más claramente- ¿no es pura hipótesis?. O sea, lo que realmente lleva a los hombres a filosofar (la admiración famosa, que es más el problema que el pasmo) es la forma, no el ideal, sino lo racional que captamos sensiblemente e intelectualmente.
ResponderEliminarAlmotasim: Esa ha sido también mi pregunta durante bastante tiempo, hasta que encontré la respuesta en "El político". En este diálogo se presentan dos movimientos del mundo que vienen a ser como la sístole y diástole del cosmos. En uno de ellos el universo está guiado por el dios en una dirección, en el otro movimiento, el dios se retira y el universo cambia de dirección. Esta imagen de un doble movimiento está presente también en otros diálogos y pretende explicar que junto a la dinámica conformadora (creadora de formas, neguentrópica podríamos decir) está siempre actuando la contraria (la dinámica disolvente, entrópica). Para explicar el paso de uno a otro movimiento, Platón vuelve a utilizar el término "seísmo". Es decir que el movimiento interno está siempre presente. Ahora bien, Platón es un filósofo político que pretende apostar por el orden. Sabe que la vida humana sólo es concebible como apuesta por la esperanza y por eso crea una filosofía que contribuya a la confianza en el orden del mundo. Platón sabe que la verdad de la ciencia natural es una verdad antipolítica.
ResponderEliminarLola: A mi parecer:
ResponderEliminar- Si la materia es una hipótesis, las formas también y, por supuesto, también lo es el Bien. Es difícil (Platón insiste en ello) decir nada de la materia. Pero más difícil es decir algo del Bien (que está más allá del ser) y algo no polémico de las ideas (recuerda el Parménides).
- La admiración filosófica procede de la contemplación de lo aparentemente concreto, de ese objeto sensible que se nos presenta a los ojos. Suponemos que decir lo que es, pero resulta que para nombrar su ser necesitamos recurrir a lo que él no es, la materia y la forma que, sin embargo se dan en él como "meixis". "Meixis" es una palabra curiosa, significa mezcla, pero sobre todo significa "coito".
- Si los objetos sensibles son imágenes de algo cuyo ser siempre ha de ser postulado, entonces todo lo sensible se problematiza a medida que lo inteligible se hipotetiza (no es de extrañar la deriva escéptica de la Academia).
- Recuerda la crítica que realiza Platón en La República a la "poiesis". Insiste en que el "poietés" es un creador en tercer grado. Primero está el creador de la idea (la "cama"), después el artesano de la cama y por último, el pintor (o el poeta). ¿Quién ese primer creador de la idea? Es el creador de lo que directamente se nos presenta como imagen (el creador de todo lo sensible), esto es, la phýsis.
Y, evidentemente, todas estas tesis son también polémicas.
Y muy "llamineres", Gregorio. Lo que pasa es que este Platón no finalista me resulta, todavía (?), ajeno.
ResponderEliminarEn todo caso, Aristóteles se empeñaba en hacer una "física" finalesta. O, quizás, no se empañaba,no conscientemente,sino que tiraba de lugares comunes.
En fin, son enormes, tanto Platón como Aristóteles. No se acaban nunca.
Lola: el anciano Platón de las Leyes: somos como marionetas tiradas por los hilos de los dioses... y quién sabe si con un fin serio solamente lo hacen para divertirse.
ResponderEliminarLa política es la apuesta por le fin serio.
Gracias por contestarme.
ResponderEliminarAcabo de encontrar una frase ingeniosa del gran Jerry Lewis: “La felicidad no existe. Hay que tratar de ser feliz sin ella”.
Lola: Me falta una "o": con un fin serio o simplemente...
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=Ytp1O_GF4lo
ResponderEliminarMuchas gracias por la explicación, Don Gregorio.
ResponderEliminarNo he leído El Político, pero compruebo para mi contento que mi hipótesis, desde la ignorancia (pues no había pensado en esto hasta leerle a usted), sobre el demiurgo como mera metáfora de que se dé el orden más bien que el desorden cuadra aceptablemente bien (o al menos a mí me lo parece) con esa especie de dinámica neguentrópica.
Claro que entonces Platón, para ser del todo honesto y coherente, tendría que haber acuñado alguna otra metáfora de la dinámica entrópica... pero posiblemente decidió evitarlo por los mismos motivos políticos que apunta usted para su "apuesta por el orden".
Ahora bien, esto me lleva a cierta ocurrencia que someto aquí a su consideración, por si fuera totalmente descabellada: veamos, si Platón en su filosofía "oculta" las dinámicas entrópicas, porque políticamente quiere "apostar" (como usted dice) sólo por las neguentrópicas, ¿entonces no sería su filosofía toda un ejemplo de esas "ficciones o mentiras útiles" que proponía en la República para la educación de los menos intelectuales? Al fin y al cabo, es una filosofía que oculta cosas con fines políticos. Y, si esto fuera así, ¿no sería de una ironía deliciosa el que Platón dijera a los filósofos que esas ficciones o mentiras útiles eran sólo para los menos cultivados, pero que en realidad él mismo se las endilgara a todos los que se creen cultivados, leen a Platón, no captan esta idea encerrada y, por lo tanto, no son tan inteligentes como se creen?
Claro que, entonces, si estamos entre los que hemos descifrado el acertijo de Platón y sabemos que en el fondo él sólo quería "apostar" por algo que no estaba tan claro que fuera así, ¿no corremos el riesgo de volvernos un tanto cínicos y escépticos? Se me ocurre ahora que quizás este es otro de los motivos de ese deslizamiento hacia el escepticismo de la Academia que usted citaba más arriba.
Almotasim: Permítame la mala educación de contestar a su pregunta con otra, pero en su formulación ya va implícita la respuesta: ¿Y por qué cree usted que Platón es tan reticente con los poetas? O mejor dicho: ¿Por qué es tan reticente con sus contendientes, los poetas?
ResponderEliminar"April is the cruellest month".
ResponderEliminarSobre poetas y meixis.
... y con este "sun" tan escasamente de York...
ResponderEliminarInteresantísimo. Ahora entiendo mejor lo de los poetas también (por si no fuera bastante con haber aprendido hoy todo lo que he aprendido sobre la materia, "El Político" y la "apuesta" de Platón).
ResponderEliminarLa verdad es que siempre me había parecido un tanto tontuela la crítica de Platón a los poetas: que si vosotros hacéis copias de las copias, que si yo voy al original. (Supongo que en épocas de reproductibilidad técnica, esa lectura de Platón se hace más y más obsoleta). Ahora ya entiendo que la lucha de Platón con los poetas no es la de un purista que reivindica el original frente a los copieteos; sino el de un tipo que trata de usar la palabra para hacer un mundo más ordenado hacia el bien, mientras que los poetas la usan para hacer mundos también, pero a veces falsos (arte como evasión), a veces perjudiciales (arte como algo que contribuye al movimiento "entrópico").
En fin, muchas gracias, Don Gregorio, por proporcionarme hoy la ocasión de vivir un diálogo sobre Platón (¿platónico pues?) tan delicioso, que sólo nos ha faltado un banquete de por medio.
¿Cuando Platón acuña al Demiurgo potencia ordenadora del cosmos, puede tener que ver con que fuese muy proclive incluso a señalar como los pitagóricos que el principio son los número? Un saludo, me gusta el blog. Me quedo por aquí.
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