Me llegan algunas respuestas de los alumnos de selectividad franceses a sus exámenes de filosofía. Miren ustedes, me divierto mucho leyéndolas, pero me dan una envidia terrible las preguntas. ¿Alguien sabe por qué nosotros no consideramos a nuestros alumnos de selectividad suficientemente inteligentes como para hacerles preguntas de este tipo?
¿Las percepciones pueden educarse?
Los profes de filosofía se creen con derecho a todo. Habría que recordarles que ellos también son funcionarios y que sus colegas que trabajan con percepciones son tan educados como ellos.
¿Se puede hablar sin decir nada?
Sí.
¿Hay otros medios diferentes a la demostración para establecer una verdad?
Sí. El martillo.
¿Se puede desear sin sufrir?
Claro que sí. Si, por ejemplo, a los cincuenta años, eres un profesor de filosofía empeñado en corregir exámenes sin tener medios para comprarte un Rolex, es que te has equivocado de vida.
“No te puedes bañar dos veces en el mismo río”. Heráclito.
¡Evidentemente! Sobre todo después de comer.
¿La pregunta “¿Quién soy yo?” admite una respuesta exacta?
Sí. Sobre todo si la pregunta te la dirige amablemente un representante de las fuerzas del orden.
¿Las apariencias engañan?
No necesariamente, pero los elefantes, sí, mucho.
Algunas respuestas son tan buenas como las preguntas. Aunque sean técnicamente incorrectas, la capacidad de reacción es muy sugerente...
ResponderEliminarEso pasa por ser profesor de filosofía...
ResponderEliminar¡Dios mío!
ResponderEliminarMenos mal que nunca me corté las venas con un boniato y ahora puedo leer eso. En mi próxima reencarnación espero que siga habiendo alumnos de Filo asín.
"-¿Hay otros medios diferentes a la demostración para establecer una verdad?
ResponderEliminar-Sí. El martillo"
Puritito Nietzsche minimalista
El irrespetuoso sentido del humor, que cuanto más lo pienso más respetuoso me parece...
ResponderEliminarNo querrá que les pongamos en un brete en plena selectividad cuando antes, durante años, hemos sido incapaces de plantearles preguntas relevantes.
ResponderEliminarCalia, Luis: Las respuestas son magníficas. Y además están bien escritas, para más INRI.
ResponderEliminarLuis, amigo. Y punto.
MOntse: Sí, posiblemente es la forma más contradictoria de ser profesor.
ResponderEliminarMujer árbol: Yo solía comenzar mis clases de bachillerato manifestando un deseo en voz alta: "Tengo la esperanza de encontrar este año un alumno". "¿Y nosotros qué somos?", me contestaba siempre alguno. "¡Eso es lo que está por descubrir!", le replicaba yo.
ResponderEliminarMLL: ¡Exacto!
ResponderEliminarÀngel: Di las ideas principales del texto y cómo están relacionadas: 2 puntos. ¿Te suena?
ResponderEliminarLa del martillo ya la esgrimió Musolini a su manera en un texto en el que considera argumento al puño, argumento implacable la pistola, y la síntensis de todos los argumentos a la bomba.
ResponderEliminarLas respuestas son geniales, sobre todo esa dada a ¿Quien soy yo?
ResponderEliminarsaludos,
Un éléphant ça trompe énormemment..... ¿En español un elefante engaña cuando va trompa , o algo así? En fin
ResponderEliminarY interesan algunas de los alumnos de por aquí, en nuestra Selectividad?
ResponderEliminarPues serà por mi inclinación a lo absurdo, pero a mi la última, la del elefante, me ha hecho reír largo y tendido.
ResponderEliminarGebreisol
Eliminar¿No será que el elefante al que se refiere el alumno es el elefante de Lakoff?