jueves, 11 de septiembre de 2008

El Archiduque Carlos de Austria entra en Madrid

La mañana del 28 de septiembre de 1710 el Archiduque Carlos de Austria entró en Madrid, donde ya comenzaba a ser distinguido con el apodo de “El Rey Duende”. Accedió a la ciudad por el Retiro y salió por la Puerta Verde en dirección a Atocha, donde tenía intención de oír misa antes de dirigirse al Alcázar. El día anterior se había dado orden a los madrileños de que regaran el trayecto y engalanaran sus balcones, pero no hicieron ni una cosa ni la otra. Dudaban, además, de la devoción del austriaco a la Virgen de Atocha, pues pocos días antes, cuando Stanhope entró en Madrid, habían sido robadas todas las banderas del santuario. Incluso circulaban coplillas sobre este hecho. Mientras accedía a la ciudad las campanas “más parecían doblar que repicar”, cuenta un cronista de lo sucedido.

Carlos recorría el trayecto montado en un caballo blanco y vistiendo traje negro, sorprendido por el silencio de los madrileños y la completa ausencia de motivos decorativos. Apenas había gentes en las calles. Muy pocos estaban asomados a los balcones. La subida hasta la plaza de Santa Cruz se hacía interminable en estas circunstancias. La Plaza Mayor estaba también vacía. Tras recorrerla en silencio, murmuró: “Esta ciudad está desierta”. Al embocar la Calle Mayor, no pudo resistir por más tiempo el espectáculo de la ausencia de espectáculo y sin llegar a la Virgen de Atocha, donde la Capilla Real lo esperaba para entonar un Tedeum, dio la orden de regresar. Y así, sin ver siquiera el Alcázar, abandonó la ciudad en la que quería asentar su corte.

4 comentarios:

  1. Desconocía que le hubiera hecho este desaire. Esta guerra fue muy dolorosa en Valencia. Saludos cordiales.

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  2. Esa guerra es la más ignorada de la historia de España.

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  3. El Archiduque se equivocó gravemente al atacar Madrid desde Barcelona; lo que en la época ya le echó en cara el Almirante de Castilla que tenía otro plan. Ocupar Cádiz, hacerse con los dineros de América y llegar a Madrid desde Andalucía.

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  4. No solamente fue incapaz, de verdad, de hacer de Madrid la capital de su Reino, sino que dejó desprotegida Gerona.
    Además su entrada en Madrid estuvo fatalmente planificada, al hacer alarde de las tropas que acababan de derrotar a los castellanos.

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