Buscar este blog

sábado, 13 de septiembre de 2008

Descartes y la sabiduría de los monos

Como los habituales de este café ya habrán notado, tengo cierta debilidad por el personaje Descartes. De hecho cuanto más lo conozco, mejor me cae y, al mismo tiempo, más me crece la sospecha de que no le acababan de cuadrar las cuentas de su filosofía.

No carece de interés filosófico descubrir que el Descartes que en las Meditaciones metafísicas soñaba que se encontraba vestido junto al fuego de una chimenea, en realidad dormía desnudo. ¿Tendría algo que ver con todo esto el que le diera con frecuencia a la marihuana?

Pero el Descartes que más me gusta es el irónico, y éste no se muestra tanto en sus tratados como en su correspondencia. Un ejemplo bastará para demostrarlo. Se trata de una carta que le escribe el 1 de noviembre de 1644 a Chanut en un momento en que lo estaba hostigando el predicador calvinista Voetius de Utrech.
Ojala hubiera sido tan sabio como al parecer los salvajes consideran a los monos; es decir, los salvajes se imaginan que los monos podrían hablar si quisieran, pero no hablan para que nadie los ponga a trabajar”.
Son palabras que me conducen hasta el lema de Spinoza: “Tacet”.

11 comentarios:

  1. Hola Gregorio, comparto contigo tu "debilidad" por Descartes, desde que lo "conocí" quedé prendada de él, no sé porque extraña razón pero es así, será por esa manía que tengo de poner en duda todo. No se le puede negar a Descartes el papel que tuvo en el pensamiento moderno pero de verdad, ¿qué manera de buscarle las 5 patas al gato, que si el genio maligno, que dudar de mi propia existencia? Cómo va a ser???

    Saludos!

    ResponderEliminar
  2. Gregorio, tanto tiempo!! Es que la verdad he abandonado la vida conectada. Igualmente hay post que lo llaman a uno. Puede haber conclusión más irónica de Descartes cuando al final del Discurso nos dice no fiarnos de los filósofos, quienes en comunicarnos sus experiencias, uno las hallaría casi todas tan mal explicadas e incluso tan falsas, por haber sus autores procurado que parezcan conformes con sus principios que, de haber algunas que pudieran servir, no valdrían desde luego el tiempo que tendría que gastar en seleccionarlas.
    Que diría el Sócrates de Jenofonte, que encontraba justamente en esta tarea la única actividad digna de un filosofo.

    ResponderEliminar
  3. ¿Cuántos trolls hay?¿Y quiénes son y cómo los detectamos?Eso es relativo ;alguien le puede parecer a Ud un troll y a otro no y viceversa.

    ResponderEliminar
  4. ¡Aro!
    ¿Qué es de su vida?
    ¿Dónde se ha metido todo este tiempo?
    Desde que dejamos a Gorgias allá por marzo no he vuelto a tener noticias suyas.
    Me alegra volverlo a ver.

    ResponderEliminar
  5. Tumbaíto: Eso demuestra que no somos tan dueños de nosotros mismos como para erigirnos en fundamento de todo. Nos fundamenta el tiempo.

    ResponderEliminar
  6. Quignard escribe en sus "Sombras errantes" : "Sucedió que en 1618 el caballero Le Cerf, recién salido de la infancia, se enroló como voluntario en las tropas reales con intención de viajar por todo el mundo.
    Se reunió con Guillermo el Taciturno en el Castillo de Breda.
    Permaneció allí trece meses.
    Allí se encontraron cuatro amigos. Eran cuatro compañeros de habitación. En orden de enrolamiento: el Señor de Jaume, René Des Cartes, Nathan Le Cerf, Isaac Beeckman. Durante la jornada de las Barricadas del 27 de agosto de 1648, el caballero Des Cartes salió precipitadamente de Prís de manera que no pudo encontrarse con Le Cerf - que se hacía llamarAbraham-, ni con Jacques Esprit. Partió a caballo. Cuando llegó a Leyde, dijo qu eno volvería jamás a Francia. El 31 de marzo de 1649 el caballero Des Cartes escribió a Chanut: 'Tengo motivos para creer que quieren que de nuevo vuelva a Francia para exhibirme únicamente como si fuera una pantera'. Confiesa que echa de menos la casita junto a la iglesia en la orilla del canal del oeste ( In den Westerheerckstraet). Fue aquel año cuando renunció a los favores sexuales de Frantsinge. Pero que una vida permanezca oculta no quiere decir que sea más inocente".

    Pascal Quignard, Las sombras errantes, ed, Elipsis, 2007, pp.9-10.

    Abrazos, Gregorio.

    ResponderEliminar
  7. ¡¡¡Gracias mil Gabriela!!!
    ¡No puedes hacerte nin idea como te agradezco este detalle zoosófico!
    "Descartes como pantera", la idea me parece de lo más sugerente.
    Un fuerte abrazo.
    Por cierto, ¿cuándo vuelve José Tomás a Barcelona?

    ResponderEliminar
  8. Me gusta lo poco que voy conociendo de Descartes pero me fue repulsivo lo que algunos llegaron a hacer con sus ideas. Claro que yo hasta a mis máquinas las trato con delicadeza.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  9. En realidad, parece que Descartes escribió "(exhibirme) como pantera o elefante", pero Quignard lo ha reducido a 'pantera' por mor de la eficacia literaria, porque en el fragmento se cita al caballero Le Cerf (El Ciervo), al caballo que monta Descartes, y con el elefante y la pantera la cosa ya parecía un zoo, de modo que se eliminó al elefante, pero por supuesto, tú puedes volverlo a colocar en su sitio.

    Esta referencia al elefante la encontré después de poner el comentario. En mi nombre te dejo el enlace.
    Abrazos.

    En cuanto a José Tomás, viene por la Merced, pero yo no tengo entradas. Se me pasó, porque andaba en otro rollo y ya no hay nada. Otra vez será.

    ResponderEliminar
  10. Ehh, entre trabajo y otras yerbas además de que por un tiempo me fui imposible superar el Gorgias, (estoy en terapia para eso jajajaja!!!!) en el sentido de lo último que conversamos. Si no tengo razones para elegir la filosofía y el problema teológico político está siempre ahí, cómo no pensar que es el único problema!!!.
    Para eso me tuve que alejar un poco de Platón a, como ser, Descartes, y qué maravilla lo que uno encuentra!!!!
    Pero estoy con intenciones de volver, jajaja!

    ResponderEliminar

Las águilas no cazan moscas

 I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...