I
Anda el invierno enseñándonos las orejas entre amenazas de tormentas. Llevamos semanas bajo cielos revueltos y amenazas de gotas frías y tras el desastre de Valencia nadie parece dispuesto a jugar con los avisos de alarma. Estamos condenados a vivir cada vez más asustados, porque estamos condenados a advertirnos de las acechanzas de lo posible. Y lo posible siempre crece en detrimento de lo real.
II
Llovía ayer por la tarde cuando llegué a la estación de Sants y decidí ir andando hasta Catalunya Ràdio, donde me esperaba un reencuentro con Sílvia Cóppulo para una larga entrevista para su programa El divan. No sé si los que lo oigan lo encontrarán o no interesante, pero lo cierto es que nos reímos mucho. Es extraña la afinidad, la proximidad, incluso, que sientes con ciertas personas. Son presencias que cobijan.
III
Esta tarde le presento a Jorge Freire, a quien tanto aprecio, su último libro, Los extrañados. Es un libro magnífico. A ver si la gota fría nos deja en paz y podemos hacer la presentación que el libro merece porque aquí, en Cataluña, cuando hay tormentas lo primero que se resiente es el transporte público.
No me creo yo, que UD haya subido toda la calle Numancia andando desde Sants a Diagonal...
ResponderEliminarE(R/S)
Toda enterita,
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