miércoles, 15 de mayo de 2024

La mejor cara de la Ilustración

 Madame de Vandeuil, hija de Diderot, refiere que un joven desconocido fue a visitar un día a su padre.

"- Os ruego -le dijo- que leáis este manuscrito y escribáis al margen las observaciones que vuestra lectura os sugiera.

El joven salió y mi padre, al coger el cuaderno, vio que todo él no era otra cosa que una amarga sátira contra su persona y sus escritos.

Cuando el autor volvió, pasados algunos días, mi padre le dijo:

- No os conozco, jamás he podido haceros daño alguno. Explicadme, pues, los motivos de semejante conducta.

- Me muero de hambre -contestó-; he escrito esta obra y he creído que me daríais algunos escudos si no la publicaba.

- No seríais vos el primero a quien se haya recompensado por callar, pero podéis sacar mejor partido de ese libelo. El Duque de Orleans, que se haya retirado en Santa Genoveva, me odia desde hace mucho tiempo. Es devoto; dedicadle vuestra sátira y poned su escudo sobre la encuadernación. Llevadle la obra y de seguro obtendréis algún socorro.

- Pero yo no conozco a ese príncipe y no acertaré a escribir la dedicatoria.

- Sentaos ahí, yo mismo voy a redactárosla.

Mi padre escribió la dedicatoria, el autor salió con ella, voló a casa del Príncipe, recibió veinticinco luises, y al cabo de algunos días se presentó a dar las gracias a mi padre, quien le aconsejó con dulzura que adoptara un género de vida menos vergonzoso."

- Ramón de Campoamor, Poética, en el volumen III de sus obras completas.

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