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domingo, 7 de junio de 2020

Yo sé quién soy

Terminaba el post anterior diciendo que El Quijote es la historia de esa triste búsqueda de alegría que es la vida. Añado ahora que esa vida es tanto la individual de cada uno como la nuestra, la vida colectiva de España, por eso no hay manera de hacer de esta joya literaria un mito nacional. Todos cuantos lo han intentado han fracasado ante la terca realidad de la verdad de esa chifladura de nuestro don Quijote, que no pudiendo vivir como "hidalgo sosegado", se empeñó en vivir como caballero andante, buscando en el desasosiego el plus de vida que necesitaba. Cuando se quiere hacer de don Quijote un mito nacional acabamos rebajando el mito o a pintoresquismo o a congreso cervantino. A lomos de Rocinante no hay héroe que sirva de estandarte de nuestro narcismo colectivo.

Cervantes nos ha legado una obra para la meditación, no para la acción.

"Yo sé quien soy", dice don Quijote en el capítulo quinto, mientras lo traen a casa sobre un borrico, derrotado físicamente, molido a palos, pero con su sueño intacto. Es un loco que no duda en declararse cuerdo, pero que, con su locura, ha logrado darle a su vida algo que los cuerdos que optamos por vivir como hidalguillos sosegados, no tenemos: un propósito unitario que nos guíe. Por eso don Quijote prosigue, incansable, su búsqueda de alegría y nosotros, sus paisanos, lo leemos en el tiempo libre que nos dejan nuestras rutinas.


La alegría, sin embargo, se encuentra, pero está en la escritura de Cervantes y brilla, incluso, en el tristísimo capítulo de la quema de los libros de caballería, en el que las llamas se presentan como terapia contra los sueños.

2 comentarios:

  1. Ahí reside la grandeza de Don Quijote, en sumergirse de lleno en la ensoñación que es la vida; en representar el papel que quiere y no el que le otorga el libreto social. Por eso desmitifica los postulados colectivos, porque los expone en la desnudez de lo que son al actuar desde sus propios postulados. La nota disonante muestra de qué está compuesta una melodía, de notas.

    "Somos de la misma sustancia que los sueños y nuestra breve vida culmina en un dormir", escribe Shakespeare.

    Y en "Legend" un personaje afirma: "Si la vida es sueño temeréis el despertar"

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  2. Conforme Cervantes va componiéndose frente a su propia obra el personaje de Don Quijote se va haciendo un loco muy cuerdo que no acepta la libertad de los demás, sólo la suya, y crece Sancho que es el puro sentido común y la bondad, lealtad y solidaridad sin doblez.

    Hay una confusión generalizada, normalmente entre quién no ha leído la obra, en pensar que Don Quijote es el personaje de los primeros capítulos. En mi opinión poco tiene que ver con el personaje que, en definitiva, dibuja Cervantes. Acaso sea Alonso Quijano.

    Me apetece volver a leerlo, sí.Y me apetece seguirle, Gregorio, en su relectura.

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