miércoles, 17 de junio de 2020

Pensar, caminar, cantar

 Con mi hijo y mi nieto Bruno, de excursión, el domingo pasado.
 
Hace meses me comprometí a escribir un libro sobre antropología y me puse a ello con entusiasmo. Era algo que me apetecía mucho hacer y sobre lo que creía tener ideas claras. Pero, a medida que lo iba escribiendo, me iba dando cuenta de que algo no funcionaba, de que comenzaba a no creerme lo que escribía, a pesar de que era coherente con lo que pensaba que creía. Mis argumentos se tambaleaban.

Así que bajé a los cimientos... y acabé descubriendo que no estaban bien asentados. Me paré, me establecí un plan de lecturas complementarias y me dediqué a ellas con intensidad. Cuando volví al texto, ya no había nada que se mantuviera en pie. Así que comencé a escribir de nuevo algo que, obviamente, era un libro diferente. Y en eso estoy. 

Considero que no hay nada más intelectualmente estimulante que enfrentarte a tus límites (a lo que crees que son tus convicciones), pero hay un momento en que aquello en lo que creías creer se hunde y no tienes refugio alternativo al que acudir, y te descubres a la intemperie y desorientado. 

Pensar -no me refiero a tener grandes ideas, que eso se lo dejo a los grandes, sino a pensar honestamente- es pensar contra uno mismo. Esto resulta muy noble proclamarlo, pero cuesta. Pensar es ir cuesta arriba. 

Ahora, pues, ando con otra cosa que poco tiene que ver con lo que me comprometí a entregarle al editor (aún no se lo he dicho). Creo saber por dónde voy... pero aún no veo con claridad cuál es mi meta. 

Don Quijote me acompaña en este viaje, pero a veces se me queda mudo aquí al lado, porque no tengo tiempo para abrirlo.

Un apunte sobre la excursión a la que hace referencia la foto. Mi nieto y yo compusimos una nueva canción, ésta con aires caribeños, que añadimos a nuestro ya extenso cancionero. Esta es su letra:
Yo tengo una gamba amaestrada
que no me hace caso a nada.
Pa'tener una gamba así,
mejor comerla con ajo y perejil.

2 comentarios:

  1. Cuando se es honesto con uno mismo, se sabe cómo se empieza pero no cómo se acaba.
    SAludos

    ResponderEliminar
  2. Pensar contra uno mismo.
    Lesson learnt, Professor.
    Gracias, y saludos de un maestro
    para su nieto coplero.
    El de Estepona.

    ResponderEliminar

El guionista caprichoso

 I A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempr...