Los que, de verdad, no descansan nunca, son los tontos. Eso sí que es deprimente.
I El camino de Bucaramanga a Barichara es un ejercicio de ascetismo para iniciados. Tres horas y pico de ida y otras tantas de vuelta en un...
Los que, de verdad, no descansan nunca, son los tontos. Eso sí que es deprimente.
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