Su hijo es realmente cruel. No sólo le roba sus vinilos (esos que fueron como sus hijos antes que él mismo) sino que encima le manda irrespetuosos bodegones con una copa de vino en primer término, lo cual no admite otra interpretación que la satisfacción sádica y lujuriosa que le provoca la estampa. Yo de usted lo desheredaba.
Su hijo es realmente cruel. No sólo le roba sus vinilos (esos que fueron como sus hijos antes que él mismo) sino que encima le manda irrespetuosos bodegones con una copa de vino en primer término, lo cual no admite otra interpretación que la satisfacción sádica y lujuriosa que le provoca la estampa. Yo de usted lo desheredaba.
ResponderEliminarEfectivamente: nuestros hijos son nuestra derrota.
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