miércoles, 23 de octubre de 2013

Educación y consenso

Parece evidente que en España no puede haber una ley de educación conservadora. Hay una especie de consenso en que eso de la educación es cosa de izquierdas. Así que, sean las que sean las propuestas de la derecha, serán rechazadas por retrógradas y sean los que sean los fracasos de las leyes educativas de la izquierda, nadie pondrá en cuestión el dogma imperante de que ninguna ley educativa de izquierdas puede ser sustituida por una ley educativa de derechas. El principal capital político de la izquierda no está ni en sus ideas ni en su gestión, sino en su inagotable capacidad para la autoamnistía.

No estoy diciendo con esto que los conservadores españoles sean un mirlo blanco. Su negativa para llegar a consensos con el ministro Gabilondo por razones meramente coyunturales no nos ha hecho ningún bien a nadie. Gabilondo ha sido quizás el único ministro de educación español capaz de entender que la principal virtud de una ley educativa es el consenso.

Wert menospreció desde el principio el consenso (incluso con los consejeros autonómicos de su propio partido) porque estaba convencido de que la suya era la primera ley no ideológica de la educación española. Parece que se ha dado finalmente cuenta de que no hay leyes educativas no ideológicas. Y creo que ha comprendido que la tramitación de esta ley será larga. 

En cuanto al cuerpo central de la ley (evaluaciones externas, fortalecimiento de las asignaturas troncales, incremento de la autonomía de los centros y creación de itinerarios) creo que no hay diferencias ideológicas sustanciales entre los socialistas y el PP. Eso sí, hay muchas diferencias retóricas, pero esa es otra cosa.

14 comentarios:

  1. Perdóneme pero soy novato. ¿Qué entiende usted por "ley conservadora" en educación ?. Brevemente , pero no "gaseosamente".

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  2. Pues la ley elaborada por un partido conservador.

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  3. D. Gregorio, tiene usted razón en señalar -frente a los que tiran sin tino y dan en el disparate- que, en realidad, esta nueva ley no es sustantivamente distinta de las anteriores. En realidad, ¿existe en ella un planteamiento que se separe nítidamente de la LOGSE? Son diferentes ejemplares que nacen del mismo paradigma progresista, según veo.
    Por eso, en lo que no estoy de acuerdo es en que sea una ley conservadora. Habría que concretar qué entendemos por "conservador", pero, en la línea de la convergencia con los planteamientos LOGSE, creo que el lenguaje es todo menos conservador: la justificación de todo es el progreso, la inserción acelerada en estructuras económicas burguesas que, como bien supo Marx, son las más revolucionarias y transfroman constantemente la faz del mundo, la adaptación compulsiva a un proceso incesante de novedad y reforma de la realidad... es decir, el ajuste del individuo a una sociedad de "laborantes", que decía mi amiga Arendt, y el desmantelamiento de toda forma de comunidad -si la hubiere- aún no asimilada por el Estado protector.

    Un abrazo desde Soria

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    1. Sí, tienes -como sueles- razón. Yo estaba más pensando en los apoyos políticos de la ley que en los contenidos a la hora de hablar de ley conservadora, pero como eso no queda claro, el post resulta un tanto confuso.

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  4. En la diana, Gregorio. La sacrosanta unidad de la izquierda en torno a las reformas sucesivas en la educación es un lastre que ya no tiene marcha atrás, sólo Gabilondo supo ver pero nadie le escuchó. Suele suceder. Seguiremos teniendo un país sin capacidad para incorporar al mercado de trabajo profesionales bien capacitados también desde la FP e incapaz de premiar la excelencia, sobre la tiranía de los derechos fundamentales del individuo.

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  5. Discrepo (un poco) en la valoración del ex-ministro Gabilondo. Si bien es cierto que tenía cierta tendencia a la búsqueda de consensos (que no es poco en los tiempos que corren), no es menos cierto que su idea de la educación era bastante más sectaria de lo que sus formas daban a entender. Por lo demás, absolutamente de acuerdo con lo que expones en esta entrada, Gregorio. Añadiría que, además de la suposición de que la única idea válida de la enseñanza debe proceder de la izquierda, que es mucho suponer, tampoco se sostiene la asociación de determinados postulados con un punto de vista progresista. Nada más reaccionario que la limitación del ascenso social de aquellos alumnos que más se lo merezcan por su esfuerzo. Si se nos viene abajo la enseñanza pública, solo aquellos que puedan pagarse una educación privada rigurosa estarán en condiciones de prosperar.

    Un saludo

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    1. Respecto a Gabilondo, si lo que sé de su ejercicio ministerial es cierto, estaba dispuesto a abandonar muchas posiciones que los padres de la LOGSE consideraban blindadas. No olvidemos que fue él quien, por ejemplo, defendió ante la UE la necesidad de abrir los itinerarios en 4º de ESO. Lo que ocurre es que si eso lo defiende un ministro socialista, no pasa nada. Si lo defiende un ministro del PP, es un enemigo declarado de la educación, un sectario y un clasista.

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    2. "Nada más reaccionario que la limitación del ascenso social de aquellos alumnos que más se lo merezcan por su esfuerzo. Si se nos viene abajo la enseñanza pública, solo aquellos que puedan pagarse una educación privada rigurosa estarán en condiciones de prosperar. "

      Alberto, confieso que no lo veo claro. Estoy de acuerdo con la primera frase, con que es reaccionario impedir la movilidad social.

      Estoy también de acuerdo con la segunda: debe fomentarse y mantenerse una educación pública de calidad.

      Lo que no entiendo, seguramente por mi culpa, es la relación entre esas dos dimensiones. ¿Puede usted concretar en qué sentido se vincula la calidad de la enseñanza con la movilidad social? No creo que la pregunta sea tan necia/retórica...

      Por mi parte, creo que la pregunta esencia es cui prodest? pero es que se llega a ser muy cínico con el paso del tiempo. Básicamente porque sigo siendo algo platónico y no creo en las leyes. Y menos en una que diga "de calidad". Se le supone, no? Como el valor al soldado...

      De veras, le doy vueltas a lo que ha escrito.

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  6. A día huelguístico de hoy:
    -Profe, mañana vaga, eh, que no vengo.
    -X, si lleva usted tres años en huelga, sin dar ni golpe.Venga usted mañana, que seremos menos, trabaje, y habrá hecho algo revolucionario...
    -¿...?
    Y vino. Pero no ha dado ni golpe. Tiene consolidado el hábito que le permitirá, sin hacer nada, sacarse el título de la ESO.

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  7. Gregorio, si es así, que será, pues mi valoración de Gabilondo procede únicamente de sus declaraciones y no tengo más información que esa, entonces debo rectificar mi opinión. Sobre la diferente vara de medir, desde luego que es así.

    Martín, claro, lo que se dice claro, tampoco yo lo tengo. Algunas cosas las creo e incluso estoy convencido; otras, quiero creerlas (como diría Unamuno). Una de ellas es la de que alguien que no tenga la suerte de haber nacido en el seno de una familia con recursos pueda recibir una buena formación (gratuita) y no tenga que buscarla en la enseñanza privada, lógicamente inaccesible para él. Quiero creer que si la escuela pública es capaz de ofrecer una buena formación académica a este alumno le proporcionará herramientas para progresar socialmente tanto, al menos, como quien ha tenido la posibilidad de pagarse una escuela privada.

    Un saludo

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    1. Por lo que yo veo, una clase con poca exigencia, con muchas facilidades y todo eso es pan para hoy y hambre para mañana. De acuerdo. Pero irse al otro extremo, rescatando a los excelentes y dejando a los demás en el camino, pues me parece que lleva al mismo destrozo de la escuela pública. Yo no sé qué motivación tendrán los alumnos de una clase, yo no soy capaz de pensar en la escuela en general, si saben que todos son los llamados y casi ninguno los elegidos. Y máxime con la que esta cayendo. De verdad, yo pienso que no es cosa de leyes, que es un elemento mínimo y muy poco evaluable de un com plenísimo sistema de factores. A título particular, no creo que esta ley sirva para nada. Para nada bueno. Y ya no le cuento del lugar donde parece dejar las materias no instrumentales. En definitiva, que si la educación sigue en marcha , como educacion pública, será por efecto del voluntariismo del colectivo docente, que yo creo que en cuanto a integridad esta muy por encima de la media, junto con las buenas intuiciones de las familias. Pero por la ley y por los políticos, para nada.

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  8. No estamos demasiado en desacuerdo. Veamos: no creo que se trate tanto de rescatar a los excelentes y dejar a los demás en el camino como de intentar que el mayor número de alumnos se acerque lo más posible a la excelencia. A aquellos que no puedan (o no quieran) conseguir un buen nivel de formación se les debe plantear alternativas. Las leyes son importantes puesto que marcan una línea, establecen una filosofía: pueden, por ejemplo, aspirar a la excelencia y fundamentarse en el esfuerzo, los conocimientos y los contenidos disciplinares u optar por el buenrollito, la socialización, la adquisición de competencias guays y la ¿uniformización? de los resultados. Eso sí: comparto absolutamente lo que afirma sobre el voluntarismo del colectivo docente. Es por lo único que todavía esto se sostiene.Un saludo

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