Es el ZP del catolicismo.
No ha dicho que la homosexualidad sea moralmente permisible para el catolicismo, ni que el aborto sea aceptable en estas o aquellas circunstancias; tampoco ha modificado la doctrina de Pablo VI sobre la contracepción. Lo que ha dicho es que la iglesia católica tiene que hablar menos de la homosexualidad, del aborto y de la contracepción. ¿Por qué? Pues porque por lo visto hablar de esas tres cosas oculta el "aroma y fragancia del evangelio".
Se trata, por lo que parece, de apartar silenciosamente lo que molesta, sin afrontarlo cara a cara. Se trata de caer bien más que de ser coherente.
Pero el mayor regalo de los dioses no se encuentra en lo que callan, sino en lo que prohiben. 7 de los diez mandamientos de la iglesia católica comienzan con un "no". Los otros son: Amarás a Dios sobre todas las cosas, santificarás las fiestas y honrarás a tu padre y a tu madre.
Allá donde hay una moral, sea la que sea, se encuentran estos tres elementos: fe (amarás a tu moral por encima de cualquier otra), obediencia (cumpliré los preceptos de esta moral) y prohibición (no haré...). A mi me da la sensación de que el papa Francisco quisiera barrer todos los nos de la moral cristiana, guardarlos bajo la alfombra de San Pedro, y permitir que se manifestara de manera espontánea una moral del sí.
El imperativo "cree y obedece" no es tanto religioso como humanizador. Nos vamos convirtiendo en seres humanos a medida que vamos negando algunas de las posibilidades de ser que traíamos bajo el brazo en nuestro nacimiento. Debemos negarnos el gateo para poder caminar erguidos, creyendo en la invitación de nuestros padres a dirigirnos hacia sus brazos abiertos. Debemos aprender a hablar negándonos cientos de posibilidades fonéticas, etc.
Si analizamos las éticas que dicen fundamentarse en la naturaleza del hombre, lo que observamos de manera inmediata es que nos ofrecen imperativos opuestos (hedonismo, estoicismo, escepticismo...). Y todas tienen razón.
El imperativo "cree y obedece" no es tanto religioso como humanizador. Nos vamos convirtiendo en seres humanos a medida que vamos negando algunas de las posibilidades de ser que traíamos bajo el brazo en nuestro nacimiento. Debemos negarnos el gateo para poder caminar erguidos, creyendo en la invitación de nuestros padres a dirigirnos hacia sus brazos abiertos. Debemos aprender a hablar negándonos cientos de posibilidades fonéticas, etc.
Si analizamos las éticas que dicen fundamentarse en la naturaleza del hombre, lo que observamos de manera inmediata es que nos ofrecen imperativos opuestos (hedonismo, estoicismo, escepticismo...). Y todas tienen razón.
¡Y yo que solía decir de broma que la Iglesia debía sustituir los 10 mandamientos por las 10 sugerencias!
Pues sí, a muchos cada vez les gusta más este señor y a mi cada vez me gusta menos, es aquello catalán de 'quedar bé amb poc gasto'
ResponderEliminarestá ud. aquí muy acertado, don Gregorio. Pero, que no le guste al Opus es un buen síntoma, además, Francis es wagneriano, me cae simpático!
ResponderEliminar'Toda la moral bíblica es, pues, aristocrática. Podríamos pasar un rato divertido leyendo ciertos aspectos del Decálogo bajo una clave aristocrática, como un retrato del gentleman ideal: un hombre bien nacido no se inclina ante una imagen esculpida o pintada (Éxodo,20,5); no cuenta trolas (v.7,16); le concede a su mayordomo un día de fiesta (v. 8-10); es claramente consciente de su linaje, es decir, visita regularmente la galería de antepasados de su castillo (v. 12); no se mezcla en asuntos tales como matar, engañar a la mujer o desvalijar una tienda (V. 13-15); no se rebaja a considerar lo que otros poseen (v.17).
ResponderEliminar(Le prope de l'homme, Remi Brague, p. 231)
No es que hablar de esas tres cosas oculte el "aroma y fragancia del evangelio". Es que en el mismo Evangelio esas tres cosas son prácticamente inexistentes.
ResponderEliminarEn eso tiene razón, don Antonio. Pero por ese camino llegamos a una familia de judíos cuyos miembros (Jesús, José y María) murieron todos como judíos.
EliminarNo digo que no, don Gregorio.
EliminarQue este hombre fastidie a los fachas tiene su lógica porque esperaban un Scola. Pero es que el Cristianismo no es una moral, una Ley...O no lo es básicamente. Leído desde ahí no veo nada que sea extravagante ...
ResponderEliminar¿No será que desde fuera (expectativas, deterioro evidente, vatileaks, sobredimensión -como en este caso- de mensajes que en realidad son comentarios livianos, casi habladurías) lo están moldeando, o haciéndolo prisionero de quien quiere que sea en vez de aspirar, él, a salir al encuentro de sí mismo? Esto del pensamiento débil se ve que también afecta a la Iglesia, y más aún el aggiornamento. Ya estoy oyendo la confesión del mañana: Si quiere una confesión parcial, pulse 1; si quiere una confesión total, pulse 2; si quiere desahogarse, pulse 3; si quiere consejo para ganar indulgencia plenaria, pulse 4...
ResponderEliminar¿Por qué los agnósticos que sufrimos la imposición de la religión católica desde niños somos tan sensibles a todas las realidades que nos llegan de ese mundo oscuro, retórico y macho de las antiguas sotanas?
diría que en el fondo el discurso de Francisco es aquello de parole, parole, parole, muy argentino por cierto, veremos si hay hechos, porque hasta ahora sólo ha habido palabras y unos cuantos actos menores de demagogia, lo cual tampoco es mucho.
ResponderEliminarVaja, Francesc, m'has espatllat un quasi acudit (dolent, i potser per a alguns fins i tot xenòfob; però no ho és, almenys no més que tot plegat en aquest món) que aquests dies he dit a alguns: "¿No us adoneu que és argentí?" Potser fins i tot va fer algun curs de psicologia. I segur que ha llegit Freud. A mi, descreguda de tota religió (ja m'entén, Luri, que el veig venir), inclosa la freudiana, tot plegat em diverteix molt; ja em perdonaran.
EliminarEn esta ocasión, me parece un análisis un tanto superficial. Desde luego lo del ZP del catolicismo lo veo directamente injusto.
ResponderEliminarEntiendo que pueda existir una visión con tintes maurristas que limiten el papel de la Iglesia a una herramienta útil en la medida en que ofrece normas y jerarquía, pero eso no es lo fundamental; y lo que pide el Papa Francisco es que vayamos a lo fundamental, a saber, el seguimiento de una Persona, Cristo, que no vino a condenar al mundo sino a salvarlo.
La nueva Ley es el amor, que no anula la antigua, sino que le da sentido (matar impide amar, desear los bienes del próximo impide amar...), pero si perdermos de vista esto, nos convertimos en unos puritanos, que no cristianos.
Por otra parte, el Papa Francisco ni ha silenciado ni ha callado a propósito de cuestiones como el aborto:
http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=18551&utm_medium=email&utm_source=boletin&utm_campaign=bltn130920
Saludos.
Tiene usted razón. La prueba es que estoy escribiendo un artículo para un diario y el tono que estoy utilizando es muy diferente. A veces hay que meter la pata para ganar objetividad.
Eliminar