Yo suelo defender en público a los políticos.... Incluso he llegado a decir que cuanta más gente conozco mejor me caen los políticos. No soy tan ciego como para no sospechar que muchos de los que se escandalizan de los políticos corruptos tienen las manos manchadas de negro. Quiero, a pesar de todo lo que está cayendo, seguir hablando bien de ellos, pero demonios, ¡podrían poner algo de su parte para hacerme más fácil la tarea!
No entiendo por qué sospechar que muchos (sospechar que muchos, eh?) se escandalizan hipócritamente conduce a la defensa pública de los políticos, que además no colaboran "poniendo algo de su parte".
ResponderEliminarAh, pero claro, nunca se trató de racionalismo sino de fe institucional. Ese creerse un paso por delante.
No, no, la defensa pública de la política, y por lo tanto de los políticos, me parece esencial para la salud democrática, que debe llevarse a cabo incluso incluso a veces contra los actos de los mismos políticos. Lo que ocurre es que además, se da todo lo otro.
ResponderEliminarNo sé si me explico...
Usted verá, pero que tenga la picha hecha un lío no le exime de la responsabilidad de sus defensas. Porque usted, finalmente, no defiende una entelequia sino a los políticos realmente existentes en este país.
EliminarAy, D. Gregorio, mire que la distancia entre la virtud cívica y la condición de primo (según la acepción Barnum) no es mayor que la distancia entre el amor romántico y la condición de pagafantas.
ResponderEliminarQue conste que no le reprocho nada, y entiendo perfectamente que su defensa de los políticos es una firme defensa de la República (en el sentido etimológico, se entiende), pero le veo en una posición difícil, y me recuerda a un funambulista que, avanzando sobre un cable a cien metros de altura sobre el asfalto, provoca al mismo tiempo gestos de admiración y de vértigo entre el público que le observa desde la calle.
Don gato: La memoria de Berlusconi. ¿Recuerda usted la de "manos limpias" que le entregaron a "Il Cavaliere" las riendas del Estado?
EliminarFrente a la tesis de que todos los políticos son corruptos mientras no se demuestre lo contrario, prefiero pensar que son corruptos aquellos que se ha demostrado que lo son.
Donald Kagan explicaba las tres fases por las que había evolucionado su actitud ante los hechos (en este caso, hablaba de la antigua Grecia): primero, se lo creía todo; luego, pasó a no creerse nada; y, finalmente, volvió a creer todo lo que le parecía posible hasta que encontrara pruebas en contra.
EliminarCuando se habla de corrupción, en referencia a los políticos, el sentido más habitual que se le da al término es el directamente relacionado con el dinero. Sin embargo, hay otras formas de corrupción de las que se habla menos, y que están mucho más extendidas. La corrupción intelectual entre los políticos, la que tiene que ver con las ideas, con las palabras, con la verdad, es más visible y no necesita prueba judicial (a veces, como mucho, hay que tirar de hemeroteca).
EliminarSi al menos no se metieran tanto en nuestros asuntos, en nuestras vidas, y los impuestos no fueran tan abusivos, la cosa sería más tolerable. Imagine lo que le importarían a la gente los tejemanejes de los políticos si, en lugar de manejar o controlar casi la mitad del PIB, controlasen solo la centésima parte. Pues mire, sería algo así como esto: que coman lo que hay en el plato y que nos dejen en paz.
Y ahí entra la responsabilidad del pueblo español, que no toleraría ese panorama. El pueblo español, mayoritariamente, es partidario del intervencionismo. Por ejemplo: si un gobierno español se propusiera en serio liberalizar el suelo, quitando poder a los políticos y reduciendo los incentivos perversos que propician las corruptelas, la respuesta de la opinión pública no sería favorable, sino de oposición. Creo que ya hay algún precedente en ese sentido. Antes de las quiebras en cadena de las cajas de ahorros, la gente veía esas instituciones con muy buenos ojos (instituciones públicas, sin ánimo de lucro, con obra social y blablabla), a pesar de la evidencia de lo que eran: otro comedero para políticos y para gente bien relacionada con ellos. Todo esto es irracional, pero la ignorancia sobre los factores que incentivan y favorecen la corrupción, que crean el caldo de cultivo, es monumental. Queremos los factores, pero no las consecuencias. Si estuviéramos hablando de una persona, esto sería un caso de trastorno emocional con graves fallos cognitivos.
Desde luego, también hay una falta de independencia judicial; pero eso se debe, en buena medida, a que es tanto lo que está en juego, que la presión para controlar el poder judicial se hace inevitable. Si no hubiera tanto en juego, si el pastel no fuera tan grande, la presión sería menor.
Don Gato , no le creía a usted leibniziano...
Eliminar¿Por la Teodicea, lo dice? Debe de estar usted bromeando, amigo Karl.
EliminarDe todos modos, no sé muy bien lo que soy. Para empezar, ni siquiera sé si estoy vivo o muerto, o las dos cosas al mismo tiempo.
No , por las "sociodiceas" - Raymon Aron dixit- que presuponen monadologías "sociales".
EliminarFue la impresión al leerle lo de "intervencionismo" y tal.
Pues yo sobre este punto, estoy con el juicio de Luri en líneas generales.
ResponderEliminarIncluso lo ampliaría al mundo sindical, que también es "política".
Lo que me fascina son los detalles que afloran, por ejemplo enterarme de que el PP recibe diez veces más en donaciones privadas que el PSOE...
¡Cuánta razón tienes, Gregorio!
ResponderEliminarSobre los políticos diria lo mismo que creo que dijo Churchill sobre los franceses, no puedo opinar, son muchos y no los conozco a todos.
ResponderEliminarMe da miedo pensar como iría la cosa sin políticos, para mi que peor.
Pues sí, Gregorio. A mí también me da mala espina toda esa gente que se rasga las vestiduras con tanto aparato delante de las cámaras. Pero me temo que usted y yo debemos de ser los únicos. A casi todo el mundo que conozco se le cae la baba viendo a esos personajes representar el papel de honrado pueblo. Supongo que es parte de eso que llaman la idiosincrasia nacional...
ResponderEliminar¿De verdad a alguien le importa hoy día si Perikles se llevó una tajada de los fondos destinados a la Acrópolis? ¿O lo cuadradas que estaban las cuentas de Bruneleschi? Richelieu creó la Francia moderna de soborno en soborno. Ojalá Olivares hubiera sido más eficaz, robase lo que robase.
ResponderEliminarMás que el famoso tres por ciento, me preocupa mucho más lo que se haga con el restante noventa y siete, destinado, en no poca parte, a sobornar a una población no menos proclive a ello que los políticos (la gracia es que, en este caso, la sobornan con su propio dinero).
El colmo, para mí, es la expresión, tan habitual, de que 'pagan los de siempre', con la que, sospecho, se refieren a la gente que uno se encuentra a diario, yo mismo sin ir más lejos, y que no duda en cometer ilegalidades y abusos a la menor oportunidad.
El republicanismo, creo, debería exigir a los políticos no más, ni menos, que a uno mismo. Pero con nosotros somos más blandos. O, podríamos decir, más demócratas.
Oh, qué brillante estupidez.
EliminarLos Pujol les estarán muy agradecidos, sin duda.
Y Pericles no digamos.
uy!! qué post tan Maquiavelo, ¿dónde quedó Platón y Sócrates?
ResponderEliminarAnna C
Leyendo la biografía de Churchill se ve que tenía algunos chanchullos que le proporcionaba algún que otro amigo millonetis, aunque calderilla porque no nadó en la abundancia, pero adoraba el xampangne, qué caramba!
ResponderEliminarcomo yo (me conformo, qué remedio, con cava tirando a medio).Hoy no llegaría a primer ministro, me temo.
No me gusta esta sociedad inquisitorial. La ética es algo mucho más importante que, precisamente, al diluirse por falta de fundamento, se quiere sustituir por indignación, por ejemplo, ante unos trajes o unas bragas de más (dedicado a la pobre Pilar Miró).
Creo que también Kohl se vió envuelto en problemas de este tipo al final. Y menudo canciller para Alemania; mis respetos.
Una recomendación: la película "Lincoln", no apta para los tiquismiquis en política.
Otra cosa es el crimen organizado, ya de orden mafioso,que puede estar incrustado en las estructuras políticas y sociales. Y que me temo que existe. Habrá que tomárselo en serio y hacer limpieza. Pero, ojo, con el precedente de Italia. Cargarse, de golpe, a toda una clase política tiene un alto precio.
Claro... las personas más honestas que he conocido están en la Cartuja de Montealegre de Tiana. La política es, efectivamente, otra cosa. Y ponernos a hacer de ayudantes de cámara tiene su precio. Pero junto a nuestars acusaciones, más o menos hipócritas, están las de los hechos y no veo suficiente coraje político para salir a afrontarlos a cara descubierta. Por eso lo que me asusta de verdad es que salga lo que salga en la prensa mañana, no nos sorprenderá. Y este estado de ánimo e sun caldo de cultivo propicio para los salvapatrias.
EliminarTiene usted razón en su último comentario. Lo peor es que ya no nos sorprende. En Alemania un ministro dimite por no poner algunas citas en su tesis doctoral y aquí nunca pasa nada ni aunque te pillen con las manos en la masa.
ResponderEliminarLa cultura del sobre es muy útil para que todo siga igual, mire usted un ejemplo de cómo se educa en ella: http://www.diarioinformacion.com/vega-baja/2013/02/01/piden-estudiantes-rechacen-recibir-becas-alcalde-mano/1339474.html
En este pueblo hacen lo mismo con una ayuda que se da a los jubilados. El alcalde entrega en mano un sobre a cada uno de ellos en un acto público.