Girolamo Cardano ya había aceptado como parte de su dotación natural una frigidez de estatua; una frigidez tan contundente que no se veía alterada por ningún pensamiento relacionado con el sexo, lo cual, ciertamente, le proporcionada la concentración necesaria para no dejar de escribir. No por ello, sin embargo, se aliviaban sus preocupaciones existenciales.
Una noche inesperadamente tuvo un sueño que cambió completamente su vida. Soñó que se encontraba en un jardín llamado Paraíso, invadido por "un extraño deleite". Desde el interior vio más allá de la puerta de entrada a una hermosa muchacha vestida de blanco y sin excesivos adornos. Cuando salió del jardín para acercarse a ella, las puertas se cerraron a sus espaldas. Intentó volver a entrar, pero se lo impidió un guardia que le dijo: "Estabas dentro, ¿por qué saliste?". "Así pues -confiesa Cardano-, como no sabía qué hacer, me puse a dar abrazos a la muchacha mientras ella a su vez me acariciaba."
Algunos meses después se topó en la calle con una muchacha exactamente igual a la soñada y se le abrieron todas las compuertas que habían estado hasta entonces conteniendo su deseo. Se casó con ella en cuanto pudo. "Asombra contarlo, pero inmediatamente me convertí de capón en gallo y de eunuco en semental, de manera que de no haberme moderado, por fuerza me hubiera puesto en peligro de muerte."
A partir de entonces Cardano aconsejó a los intelectuales hacer el amor, "porque no hay nada mejor para aligerar las preocupaciones".
Hola, me he quedado sin palabras. Saludos.
ResponderEliminarGran verdad, gran verdad. ¡Qué a menudo la olvidamos!
ResponderEliminarGracias por el recordatorio
Pilar:
ResponderEliminarPolonio: ¿Qué leéis, mi señor?
Hamlet: Palabras, palabras, palabras.
Hamlet está leyendo el De Consolatione de Cardano.
Tinglado: Entre usted y yo: Ese "gracias por el recordatorio" es una fórmula retórica, ¿verdad?
ResponderEliminarNo crea, no crea!!! Por lo demás oportuno. Hoy es el día de Andalucía. Oi que m'entén.
ResponderEliminarBueno, me permito un chiste fácil, como aquel del Cornelio, con ese apellido... 'predestinato'.
ResponderEliminarDon Gregorio: hoy dulce y suave...
ResponderEliminarEl placer forma parte de la embriaguez mística. Bendito Dionisio que nos dejó el legado del disfrute, de ahí a la “sanación cuerpo mente” hay sólo un pequeño paso...
Supongo que hay que contestar que sí, és lo políticamente correcto. Pero si a qué? a follar? -con perdón- ¿con cuala? porque haria falta saber cuanto le duro la pasión esa al Cardón éste. ¿Qué entiende cada cual por hacer el amor? ¿Gimnasia y cosquillas? en fin, tema con tela.
ResponderEliminarTinglado: Oí a una mujer sabia decir que en España se jode mucho y se folla poco. Y debía saber de qué hablaba, porque era una de las musas del "destape".
ResponderEliminarJúlia: Me lo dijo Javier Pérez Abdújar: "Pero cardano o no cardano?"
ResponderEliminarCon razón dedicó este hombre tanto tiempo a aclarar su horóscopo.
Neelam: ¿Conoce usted el inicio del "Cármides", el diálogo platónico?
ResponderEliminarCriteri: Hombre... esto del amor ya se sabe que es una cosa magnífica siempre que no se entre en detalles.
ResponderEliminarDon Gregorio:
ResponderEliminarMe ha hecho recordarlo y lo volveré a leer, merecerá la pena y se lo agradezco.
Ante tanta seriedad, da escalofrio escribir sobre este asunto. Le he elegido para formar parte en el juego de los Premios Limonada. Saludos.
ResponderEliminarexactamente, exactamente Don Gregorio de ahí la junta Cardán.
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