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sábado, 21 de febrero de 2009
A vueltas con el animal no fijado
1. Si el hombre, por naturaleza, es el animal aún no fijado. ¿De qué fijación hay que librarlo para renaturalizarlo?
2. ¿Y las fijaciones podrían ser contra-natura?
3. Pero... si se afirma la posibilidad de de ir contra-natura, ¿no se está afirmando también la existencia de algo más allá de la natura?
4. ¿Y si las fijaciones son todas pro-natura, qué es lo que nos permite determinar cuáles son más naturales y cuáles menos? ¿De dónde podrá extraerse el criterio que nos permita dilucidar lo que es más natural y lo que es menos natural?
5. En resumen: Si todo es naturaleza, ¿dónde encontramos el criterio de valor? Si no todo es naturaleza, ¿por qué naturalizar al hombre?
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I Respuesta de Rémi Brague al periodista que le pregunta cómo logra un estilo tan claro: «El bolígrafo rojo de mi mujer» II Viaje casi relá...
Demodeledor. O esa, me ha encantado.
ResponderEliminar¿Qué es un valor?
ResponderEliminarGracias Lola.
ResponderEliminarTumbaito: El valor es la mirada de respeto del otro, en la medida en que incrementa nuestra consciencia de sentirnos valiosos (me remito a nuestro admirado Hegel y, más en concreto, a la dialéctica del amo y del esclavo de la Fenomenología del Espíritu).
ResponderEliminarO sea, no es ni siquiera el respeto del otro sino la "mirada de respeto". Sería algo así como una mirada comprometida con.
ResponderEliminar¿Pero comprometida con qué? ¿Con nuestras ínfulas? O sea, con "nuestra consciencia de sentirnos valiosos".
Espero que nadie que crea que eso es un valor crea que yo los tengo aunque mi bici es una prueba de que, a Dios gracias, la creencia de que no los tengo está muy difundida y fuertemente enraizada.
Menos mal que es más rentable ser un currela que ser un esclavo.
Sólo tengo claras, y todavía en precario, dos respuestas. A la primera cuestión: la cultura. A la última: la atracción por el vacío, el vértigo.
ResponderEliminarMe refiero a la segunda parte de la última.
ResponderEliminar¿3ª edición Don Gregorio? se va a convertir Ud. en un Best Seller !!!!! y sin proponérselo¡¡¡¡¡
ResponderEliminarya sabe cuando vaya a dar las conferencias por el mundo yo le hago de Maletero, es decir de Mozo, a mis 50.
Fuera coñas. Enhorabuena, y ojala sea publicado en castellano y como asignatura obligatoria para todos aquellos que aspiren a tener ciertas responsabilidades en las decisiones sobre docencia, me alegro que al fin un libro orientativo y de critica construtiva se abra paso en algo tan vital como la educación.
Repito !!!!!!!!!!!ENHORABUENA¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
En el punto 5 radica el dilema que provocó mi separación (amistosa) de Nietzsche. A saber, la incompatibilidad entre elevación y autonomía.
ResponderEliminar“
ResponderEliminar“… el logro máximo de la inteligencia es la ética y su realización práctica, que es la bondad… esa es la idea que encierra la suprema sabiduría. Marina“ Lo mismo que pensaba Montaigne, concretado en una cita suya que puse en portada de mi blog.
No sé si és entrar en la metafísica, però creo que hay una tendencia paranatural (?) hacia el bien. Creo que este és el criterio -no escrito- (al menos para dilucidar lo que és más humano)Supongo que en la natura -no humana- sería la supervivencia.
Tumbaíto: Sigamos con la Fenomenología del Espíritu. El hombre no solamente desea. Desea ser deseado, especialmente por aquellos a los que él desea. La confirmación de este deseo de deseo es algo que no podemos darnos a notros mismos. Su presencia ha de ser confirmada por la presencia del otro. Digamos, entonces, que esta presencia es el reconocimiento de nuestro valor (el reconocimiento de que somos valiosos para el otro) y, por lo tanto, de ser portadores de valor.
ResponderEliminarLo remito a la Dialéctica del amo y del esclavo. Hegel es infinitamente más sutil que esta presentación chapucera de su pensamiento.
Tinglado: la cultura nos permite considerarnos valiosos. Eso es cierto y, al mismo tiempo, viendo lo que se hace pasar con frecuencia por cultura, enormemente deprimente.
ResponderEliminarRuben: Muchas gracias. ¡De victoria en victoria hasta la derrota final!
ResponderEliminarIrichc: Pero yo sospecho que Nietzsche, el Nietzsche que no recluye a Zaratustra en la montaña en una vida eremítica, sino el que le hace bajar al llano, sabía de esa incompatibilidad, que sabía que no hay elevación posible sin la elección de una fuerte disciplina y, por lo tanto, de una dependencia. Cuando se plantea la posibilidad de "llegar a ser lo que somos" está abriendo la posibilidad de llegar a elegirnos como podemos llegar a ser. Pero aquí hay que ir más allá de Nietzche y adentrarnos en su interpretación.
ResponderEliminarCriteri: Yo tengo mis dudas sobre que el logro máximo de la inteligencia sea la ética. Más bien diría que cuando la inteligencia es consciente de su indigencia, la ética -cuya sustentación sería, por lo tanto, precaria- se presenta como una cuestión de salud. Ahora bien, la elección de la salud y no de la enfermedad puede ser inteligente, sin duda.
ResponderEliminarUn animal fijado xD
ResponderEliminarhttp://www.indexarte.com.ar/imgs/obras/Cristo-crucificado.jpg
A mi lo que me llama la atención de esta forma de ver al ser humano, es, si lo entiendo bien, la visión casi maniquea que contiene. Porque si por naturaleza, el hombre es el animal no fijado, el hombre es algo más que naturaleza y toda fijación y toda renaturalización supone su desaparición como hombre. Desde este punto de vista, la naturaleza, para el hombre, es poco más o menos que el Mal.
ResponderEliminarSi he entendido bien, creo poder contestar que nos olvidamos del altruismo, de lo realizado desinteresadamente, no para la salud -la nuestra-.Ello no tiene un sentido funcional.
ResponderEliminarPues estoy de acuerdo con criteri, la no ética llega a la destrucción total ¿estaríamos vivos si no fuera por una ética universal?
ResponderEliminarAñado, en un futuro seremos juzgados por nuestra no ética como insuficiencia intelectual.
ResponderEliminarNo sé, don Gregorio... No veo que eso pueda explicar más que la lisonja (siempre, of course, que no sostengamos que es lo mismo).
ResponderEliminarNo lo veo si no postulamos la previalidad de los valores.
Deseamos ciertas compañías y, efectivamente, normalmente no queremos que la compañía sea la de alguien amarrada a la pata de la cama, luego deseamos que deseen acompañarnos...
Oh, me ha venido a la cabeza el masoquista. Todo se complica y sólo llevo un café y recién tomado.
La naturaleza es una cosa. Su naturaleza apenas un criterio de la primera. Y como de ella hacemos parte o de su contraparte, su todo y su criterio (que es su otro todo pero hecho camino) parece perdido o, mejor, vedado.
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