Ha muerto Manel Balasch. No lo traté extensamente, pero durante unas semanas sí que lo traté intensamente. Ha muerto alejado de su inteligencia, lejos de sí mismo, perdido entre las brumas de la enfermedad. Fue el presidente del tribunal que evaluó mi tesis doctoral sobre el Libro I de la República de Platón. Recuerdo la ironía con que juzgó un acento que ensuciaba la transliteración del término griego, "meson" (lo que está en medio), haciéndolo pasar por un "mesón". No se le escapó ni una coma, cosa que en los tiempos que corren, es de agradecer. He conocido después presidentes que no consideraban digno de su posición perder el tiempo leyendo las tesis que tenían que evaluar. Manel Balsch leyó la mía de arriba abajo. Me felicitó efusivamente por lo que consideraba digno de una felicitación efusiva y me enjuicio con dureza crítica, pero cordial, en todo aquello que creía criticable. No me puso fácil la tarea de constituir el tribunal, porque no aceptaba sentarse al lado de cualquiera. Tenía un altísimo sentido de la dignidad y -digámoslo así- no sentía mucho aprecio por los chaqueteros.
Recuerdo ahora una larga discusión con él, en una iglesia de Cornellà -Manel Balasch era cura-, sobre la traducción correcta del verbo griego "gignomai". Yo defendía que en Platón la mejor traducción, casi siempre, es "constituirse" y él me exigió que se lo probase caso por caso.
Se contaban abundantes maldades de él entre los filólogos progres, porque don Manel era un puritano que no estaba dispuesto a que los textos clásicos dijeran cualquier cosa. Se lo pasó mal traduciendo el Banquete de Platón, por ejemplo. Buena parte de esas maldades creo que no tienen ningún sentido, pero si lo tuviesen no impiden que le rinda desde aquí un tributo a su memoria.
Gracias, Fortuna, por haber permitido que Don Manel Balasch se cruzara en mi camino.
Fue profesor nuestro, también, don Gregorio. Tenía mucha paz y en ella seguirá. No coincido con el parecer que nos transmitía en clase (la semilla del cristianismo ya en la época clásica). Sabía enseñar: transmitía amor por su especialidad.
ResponderEliminarEn Manuel Balasch podia no coincidir amb què deien els textos, però mai no ens ho va amagar. Jo tampoc coincidia amb l'argument, però sí en les formes. Els gestos són importantíssims: el nihil nisi bonum que es diu en aquests casos és una hipocresia més, perquè SEMPRE es pot dir quelcom bo d'algú. D'en Balasch se'n poden dir moltíssimes coses. El vam estimar molt, i ho seguirem fent. Traduir dues vegades, rectificar-se al llarg dels anys, és un mèrit al qual no tothom sempre hi arriba.
ResponderEliminarUna persona estupenda. Un greu, no la seva mort, sinó la boira de la demència, si és que el feia patir.
Señor Le Satellite: Acabo de renindir una breve visita a su blog y me he encontrado con un himno generacional:
ResponderEliminar"I've been waiting so long
To be where I'm going
In the sunshine of your love".
¿A qué demonios espera para resucitar ese blog dormido?
Era difícil coincidir con Manel Balasc, pero era casi más difícil aún disentir de Manel Balasch.
Morenita: Hay que reconocer que no tenía muchos reparos en retorcerles el cuello (a los textos) con tal de dejarlos limpios como una patena. El problema es que su sentido del decoro era poco griego.
ResponderEliminarSu sentido del decoro en clase difería bastante de lo que ha quedado fijado en letra impresa: nunca hay que fiarse sólo de la información impresa, sea la Bíblia sean los textos clásicos, y aquí creo que nos empezaríamos a entender.
ResponderEliminarBalasch tenía un sentido del humor aparentemente muy blanco. Verlo y oirlo a mí me recordaba las películas de Buster Keaton con sus ojazos claros, y ahora veo el fotograma de Keaton colgao de la manilla del reloj, ni más ni menos. El señor Le Satellite y yo cursamos con él "Història del pensament grec", en un aula pequeña, de sillas con "mesita adosada" (a saber si hay palabro para esto), en tiempos diferentes. Lo quisimos mucho en clase. En el examen el señor le Satellite discrepó claramente de lo que nos había contado, pero su nota fue la mejor: por lo que todavía nos quitamos el sombrero ante Balasch, quien hubiera querido que nos dedicáramos a las Clásicas, especialmente el señor le Satellite. Nunca se sabe dónde nos lleva el viento, y a lo mejor algunos caminos acaban convergiendo en un futuro lejano. Las posibilidades son infinitas, la probabilidad no tanto.
Gracias por publicar esta entrada: de no ser por usted, este fin de semana no habríamos tenido noticia de ello. Un saludo,
Pronto no quedarán profesores de ese estilo 'de antes'. Bueno, contamos con usted.
ResponderEliminarEn el final dels seus dies, els seus nebots descobrim a cada instant noves facetes del nostre oncle. Molt agraïts per recordar-nos una activitat acadèmica una mica oblidada. Josep Pinyol i Balasch
ResponderEliminarMossen Balasch va ser molt més que un professor, va ser un geni incomprès per la seva generació i tot sovint pels seus companys. Una ànima bondadosa, un gran mestre i un gran sacerdot ... la més pura definició de la bonhomia i l'altruisme.
ResponderEliminarEll és responsable de part del que sóc avui i potser si potser s'hagi mort però no marxarà fins que no marxem tots aquells que vam formar-nos en el camí de les seves savies paraules, consells i ensenyances. Jo, mossèn Balasch ... sempre el porto i sempre el portare amb mi.
zhtw h Ellas! Zhtw o megistos fillellhnas pou pote eixe h Katalonia!
Gemma
Us agraeixo profundament a tots les vostres paraules. Ens ha sortit un petit homenatge. Reconec, efectivament, que no estava mancat de sentit de l'humor. I reconec que posseïa una gran erudició que exercia amb molta discreció. Les notes a peu de pàgina de les seves traduccions per a la Bernat Metge són dignes d'una tesi doctoral, ho dic molt seriosament. Crec que fins i tot tenia raó quan afirmava que els arguments filològics per interpretar homoeròticament els versos de Safo són més aviat escassos.
ResponderEliminarEn certa manera Balasch era el darrer hereu de la pretensió dels fundadors de la Bernat Metge de veure el grec com un model per un català mancat de referents clàssics.
Permeteu-me, però, que agraeixi molt especialment la presència de Josep Pinyol. Simplement vull dir-li que l'envejo per haver pogut gaudir d'un oncle con en Manel Balasch.