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lunes, 13 de octubre de 2008

Más allá del bien y del mal

Releo Más allá del bien y el mal. En la Plaza de Cataluña, esperando al tren que me llevará a Ocata, alcanzo la sección novena, dedicada a responder a la pregunta "¿Qué es aristocrático?". El día ha sido pesado, con nubes bajas y una humedad pegajosa, un poco animal. Una máquina se me queda dos monedas sin entregarme a cambio mi bebida. Al subir al tren nos empujamos despiadadamente intentando alcanzar un asiento libre. Por culpa de la máquina, me quedo sin asiento y sin bebida. Leo de pie, ensardinado y sudoroso. Leído así, Nietzsche me ha parecido, por primera vez en mi vida, obvio.

8 comentarios:

  1. Leer a Nietzsche en esas latas de sardinas que nos llevan de aquí para allá es una proeza. Yo me sentiría satisfecho si la gente entendiese aquello de: "Dejar salir antes de entrar". ¡Vamos! ¡Un esfuerzo!

    Tomás

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  2. quin valor! jo sòc incapaç de llegir nietzsche al tren, tot i que potser m'aniria bé canviar d'habits,a vegades segons com estas o a on estas el que llegeixes ho rebs d'una o altre manera...hauria d'aprendre a llegir nietzsche, a entendre'l...lo que em vas dir de que m'hauria de cabrejar em va fer reflexionar.

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  3. (...) con nubes bajas y una humedad pegajosa, un poco animal. Magnífic! Xafogor d'estiu en plena tardor. Ens estem tornant una mica bojos?

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  4. Leyendo Lolita en Teherán, Nietzsche en el Metro ... y Aristóteles en Indonesia.

    http://www.dissentmagazine.org/article/?article=1228

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  5. Tomàs: Es Nietzsche quien nos aconseja filosofar en todos los lugares. La suya es una filosofía para leer en movimiento.

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  6. Ilia: Insistiendo en lo que le he dicho a Tomàs: yo creo que Nietzsche renegaría de quienes lo leen sentado. Probablemente nos animaría a leerlo en movimiento (a ser posible subiendo a una montaña) y en voz alta, impregnados del ritmo de sus frases.
    Te tengo presente en mis oraciones.

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  7. Aquest matí me topat amb una veïna gran que es queixava de que les cames no l'obeïen. "És aquest temps!", m'ha dit. A mi em passa això mateix amb el cap.

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  8. Claudio: En Uzbekistán me sorprendía cada vez que oía llamar a alguien Aristu (Aristóteles) o Sucrat (Sócrates).
    ¡No sabe usted cómo le agradezco estas joyas que me va dejando por el café!

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