I
A eso de las cuatro de la tarde ha sonado el teléfono. Era una de esas llamadas que esperas que nunca lleguen y que cuando llegan, siempre sin avisar, te encogen el corazón y te estrechan el mundo.
II
He ido al traumatólogo. En resumen: me ha recetado dos inyecciones anuales de ácido hialurónico, una en cada rodilla. En total: 600€. Ya sabía yo que esto era grave. Sin embargo con la dieta se ha mostrado escéptico: "Es buena, siempre que no reduzca la masa muscular...".
III
De lo terrible a la rodilla con esa singular solución de continuidad que se llama vida. Estaba yo pensando en el guionista tan poco versado en arte dramático que escribe nuestras vidas y me ha interrumpido otra llamada, esta vez desde Sevilla. Me invitan a que conferencie por tierras sevillanas y malagueñas.
Lo siento mucho
ResponderEliminarAllá se olvidará de la rodilla
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