Artículo en El Periódico de Cataluña.
Cada vez
opino sobre los recortes acabo con mala conciencia. Veo a la gente de a pie con
las ideas claras, pero los economistas no se ponen de acuerdo. A pesar de que intento
dejarme guiar por los que saben, me veo impelido a obedecer más a mis buenas
intenciones que a mi inteligencia de lo que está pasando. Ciertamente no me
gustan nada los recortes. ¿A quién demonios le puede gustar trabajar más –si
trabaja-, ganar menos y pagar los servicios públicos más caros? Pero si me
preguntan a ver si quiero someterme a una operación, también me parecería mal, por eso me dejaría aconsejar por mi médico de confianza. ¿Vista la falta de acuerdo
entre los economistas, hemos de recurrir a ideólogos de confianza? ¿Y si o un
ideólogo ante una crisis es como un curandero ante un cáncer?
Quiero
pensar que a los políticos les mueve algún sentimiento más noble que el masoquismo
y sé que las bravuconerías siempre son más fáciles en la oposición. De hecho
los recortes los comenzaron los socialistas y si ahora hemos pasado del recorte
al tijeretazo, no tengo claro que de gobernar los socialistas se le
soliviantaran a la Merkel.
Si algo
hemos aprendido con la crisis es que es soberano quien tiene poder para
comprarte la deuda. O dicho de otra manera: quien tiene poder para imponerte
una reforma constitucional. Resulta que ser pobre hoy es ser lo que ha sido
siempre un pobre: un tipo que apenas cuenta; que la política además de con
valores tiene que ver con correlaciones de fuerza y que los derechos efectivos
son los que te puedes pagar.
Uno, en el
fondo, tiene la sensación de que por no haber querido tomarnos una taza de
sentido común en su momento ahora hemos de tomar taza y media de neorrealismo. El
23 de febrero del 2009 Salvador Cardús ya dejó bien claro lo que había que
hacer en la universidad catalana en una conferencia en Tribuna Barcelona. Entre otras cosas recordaba lo evidente: que la educación
nunca ha sido gratuita en ningún nivel.
Ante las duras medidas que se anuncian no sería honesto apiadarse
del alumno que vegeta por las facultades y acababa aprobando por agotamiento de
un profesorado que, por cierto, a veces ha estado más interesado en mantener
una estructura que en garantizar la calidad de la enseñanza. En quien nos hemos
de fijar es en el alumno capacitado que no dispone de suficientes recursos para
seguir estudios universitarios. Si a este alumno lo abandonamos, dejándolo sin las
becas necesarias, entonces lo que habremos recortado habrá sido nuestro sentido
de la dignidad.
Sintomático.
ResponderEliminarDe como el neomercantilismo alemán y la avidez de la burguesía española - incluida " la peor burguesía de España" que dijo aquel maestro andaluz- están destruyendo a la clase media y los mansos no se enteran.
La cuestión de los recortes es de una sencillez apabullante: no se puede gastar más de lo que se tiene. Y recurrir al endeudamiento es pan para hoy y hambre -mucha hambre- para mañana. Lo demás es retórica de saldo.
ResponderEliminarA todos los estudiantes hay que cuidarlos si no queremos volver a los índices de analfabetismo que hubo en otros tiempos.
ResponderEliminarLo peor del artículo es la contraposición que hace entre ciencia e ideología en el terreno de la economía política.Como una disyunción exclusiva quiero decir.
ResponderEliminarNo me extraña que le cause desconcierto lo que interpreta muy superficialmente como falta de consenso entre los especialistas.
En realidad hay un casi total consenso sobre el porqué la Unión monetaria europea no es una "Unión monetaria óptima".
O en que el problema de la deuda pública en España no deriva tanto del despilfarro de las Administraciones como de las consecuencias de la recesión y del futuro de la enorme deuda privada, especialmente de las empresas , financieras y no-financieras.
Alberto Garzón, Luis Garicano y Soros contarían una historia muy parecida.
El problema es que para salir de este lío alguien tiene que perder y aquí es donde los estados y las clases sociales juegan sus cartas.
Lo que me duele es que nadie es culpable de nada, nos estafaron y ahora lo pagamos los estafados, mientras indultan a los estafadores, acabaré indignado mientras pido perdón a la generación de mi hijo.
ResponderEliminarNo sé si hay algun estudio sobre la cantidad de licenciados que "sobran" y perdón por la expresión. Si no lo hay sin duda ha de haberlo. No serà el quid?
ResponderEliminarAh, oigan, gratis no hay nada.
A lo mejor, respecto a la educación, centrándome en la universitaria, hemos cometido fundamentalmente dos errores. Desde la llegada de la democracia, crear universidades en casi toda la geografía urbana española, dió votos en su momento. Yo me temo que haber invertido una parte de ese dinero en becas generosas, nos hubiese permitido estudiar en casi cualquier lugar del mundo.
ResponderEliminarEl segundo error es pensar que es lo mismo que todos puedan tener estudios superiores a que todos los tengan de hecho. La universidad debería estar sólo para los más capacitados, independientemente de la capacidad económica de sus progenitores. Que en la práctica sea una suerte de terapia ocupacional para jóvenes adultos, pues nos sale socialmente carísimo.
Des del 94 que la meva orla i el títol de llicenciada pengen d'una de les parets de casa dels meus pares. A data d'avui em sento, com molts, així:
ResponderEliminarJo: Però profe, que no ho veu que he tret molt bona nota en la prova de càlcul i no hi ha divisió amb decimals que se'm resisteixi, que tinc memoritzades totes les serralades de la geografia espanyola i fins i tot sé per on és que para el Naranjo de Bulnes aquell que de vegades surt al Rodríguez de la Fuente? I que potser no li ha dit la senyoreta Teresa que ja domino la conjugació del passé composé (participis irregulars inclosos)? Miri, si fins i tot li he tret punta a tots els llapis de colors i a cap Carioca li falta la seva caputxa...
Profe: Que t'he dit que no. Avui no hi ha pati.
N.B. "Avui" = 18 anys que porto sense esbarjo.
De recortes y de vivir por encima de nuestras posibilidades,solo puedo decir que en el 95,ganaba bastante más dinero que en el 2005,sin titulacion superior y bastante más que ahora,con esto quiero decir que con la entrada del euro los sueldos en ningun momento subieron,al contrario bajaron lo que subio fue el nivel de endeudamiento y los precios.
ResponderEliminar"Sobran licenciados" esta afirmacion me da un miedo terrible,ya que bajo mi ignorante punto de vista lleva implicita,una afirmacion todavia peor,que es la de no tener ideas para un nuevo modelo productivo, veo que la famosa palabra "competitividad" es el unico modelo productivo que se tiene en mente,lo cual quiere decir que seamos un pais con mano de obra barata y el patio de recreo de europa,al que venir a bailar flamenco y comer paella,por desgracia donde no sobran licenciados es en cualquiera de nuestros gobiernos,ya que si no se habrian dado cuenta de que han perdido dos generaciones,una que se va,otra que no tiene futuro ya que no tendra acceso a la educacion,y otra que no nacera, ya que no pidan a una pareja de treinta y pico que tenga un hijo.